Representación de la Fuerza de Ataque japonesa de portaaviones, con el Akagi en primer plano.
Bajo el más alto secreto, la Fuerza de Ataque Japonesa (Kido Butai) formada por seis portaaviones (Akagi, Kaga, Sōryū, Hiryū, Shōkaku, y Zuikaku) con 408 aviones ha salido hoy del norte de Japón en una ruta que la llevará al noroeste de las islas Hawaii, desde donde lanzará un ataque por sorpresa contra la base naval norteamericana de Pearl Harbor.
El Almirante Chuichi Nagumo dirige la Fuerza de Ataque de portaaviones denominada Primera Flota Aérea. El Gobierno Imperial Japonés, que ama la paz por encima de todas las cosas, le ha informado a Nagumo de que en el caso de que “las negociaciones con los Estados Unidos alcancen una conclusión satisfactoria, la fuerza de ataque regresará a la patria.” De hecho, las negociaciones han estado teniendo lugar durante meses. Japón tan sólo desea que terminen las sanciones económicas estadounidenses, pero por su parte los Estados Unidos exigen que Japón salga de China y del Sudeste de Asia y repudie el Pacto Tripartito con Alemania e Italia como condiciones inexcusables antes de que las sanciones puedan ser levantadas. Ningún bando ha dado el brazo a torcer hasta ahora. El Presidente Roosevelt y el Secretario de Estado Cordell Hull esperan un ataque de represalia japonés, aunque no saben dónde. Las Filipinas, las Islas Wake, Midway, Hawaii… todos los objetivos son posibles. Los servicios de Inteligencia estadounidenses han informado de un movimiento naval japonés fuera de Formosa (Taiwan), aparentemente hacia Indochina. Como resultado de esta acción de “mala fe”, el Presidente ha dado orden de que cancelar un gesto conciliatorio mediante el cual iban a reanudarse los suministros mensuales de combustible para las necesidades civiles japonesas. Hull también ha rechazado el “Plan B” de Tokyo, una serie de propuestas japonesas de retiradas parciales del sudeste asiático a cambio de una relajación temporal de las sanciones. El Primer Ministro Tojo ha considerado que todas estas maniobras norteamericanas son esencialmente un ultimátum y ha terminado por convencerse de que la vía diplomática está prácticamente agotada.
Isoruku Yamamoto.
Es lebe Japan!
Gott straffe Amerika!
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