Fotografía de Pearl Harbor del 30 de octubre de 1941, hace menos de una semana.
Camaradas,
A la vista de las circunstancias, a Japón no le queda otra alternativa que la expansión en Extremo Oriente. El país ha sido condenado al hambre y a la paralización industrial desde que los Estados Unidos decidieron el pasado julio, después de los acuerdos alcanzados entre la Indochina Francesa y el Imperio Japonés para que éste último estableciese bases militares en Indochina, detener las exportaciones de petróleo y gas a Japón. El empecinado Roosevelt es perfectamente consciente de la situación a la que ha abocado a una nación de más de 100 millones de personas pero, bajo el pretexto de que la modificación de la política de embargo podría entenderse como un signo de debilidad, ha preferido seguir en sus trece. Virtualmente sin ninguna fuente de petróleo propia, los ojos de Japón están ahora fijos sobre las Indias Orientales Holandesas, ricas en petróleo.
El enviado especial Saburo Kurusu y el Embajador Kichisaburo Nomura en Washington.
Bajo este marco ha tenido lugar hoy en Tokio entre las 10:30 y las 15:15 horas la 7ª Conferencia Imperial. En primer lugar, los japoneses han discutido los términos de sendas propuestas que se van a presentar a los Estados Unidos a través de Saburo Kurusu respecto al papel de Japón en el Sudeste Asiático. Conocidas como Borrador A y Borrador B, el plan de los japoneses es proponer en primer lugar el Borrador A y, de no ser aceptado, proponer el Borrador B, que incluye concesiones adicionales.
Primera página del texto original de las propuestas diplomáticas Borrador A y Borrador B.
En el caso de que las conversaciones diplomáticas no lleguen a buen puerto, durante la misma Conferencia en presencia del mismísimo Emperador Hiro Hito, se ha aprobado finalmente iniciar los preparativos para un ataque por sorpresa contra la flota estadounidense en Pearl Harbor, Hawaii. Esta operación estaría complementada por el ataque simultáneo contra Malaya y las Islas Filipinas mediante el cual Japón se haría con el control de las Indias Orientales Holandesas. Algunos comandantes japoneses se habían mostrado reacios a atacar las Filipinas, territorio de Estados Unidos, implicando a los norteamericanos en la guerra. Por ello, un ataque preventivo por sorpresa se considera esencial para mermar el esfuerzo defensivo estadounidense.
Foto del almirante Isoroku Yamamoto en 1940. Jefe de la Flota Combinada Japonesa, es pesimista acerca de las posibilidades de Japón para derrotar a los Estados Unidos a través de la fuerza si la victoria no se obtiene dentro de los seis meses después de la declaración de guerra. Conocedor del poder estadounidense, sabe que Japón no puede permitirse una guerra a largo plazo.
La idea de atacar Pearl Harbor no es nueva, pero ha requerido la determinación del Comandante en Jefe Japonés, el Almirante Isoroku Yamamoto, y su habilidad de presentar el plan ante sus colegas. Yamamoto estudió inglés en Harvard y fue adjunto naval en Washington, lo que le permitió hacerse una clara idea del potencial industrial y militar de los Estados Unidos. Cree que sólo un ataque por sorpresa garantizará el éxito.
No obstante, todos los líderes del Japón están de acuerdo en que antes de lanzar cualquier ataque todavía hay que tratar de alcanzar un acuerdo negociado acerca del papel de Japón en Extremo Oriente. Si las negociaciones fracasan, Japón y los Estados Unidos estarán en guerra antes de Navidad.
Es lebe Japan!
Gott straffe Amerika!
no hubiera sido mejor pedirle petroleo a sus aliados de europa?
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