Fotografía del Atlantis obtenida por un prisionero norteamericano al que el Capitán Rogge liberó y permitió regresar a casa. La fotografía ha resultado crucial para ayudar a nuestros enemigos a identificar al buque corsario alemán.
Camaradas,
El crucero del buque corsario Atlantis ha llegado hoy a su fin después de 602 días en la mar durante los cuales ha recorrido más de 161.000 kilómetros y hundido o capturado 22 buques enemigos con un total de 142.104 toneladas. Unas cifras completamente asombrosas que lo sitúan al frente de todos los cruceros corsarios que han operado durante esta guerra y la de 1914-18, siendo tan sólo superado por el Pinguin en tonelaje hundido. Mención aparte merece la captura del mercante Automedon en noviembre de 1940, que supuso la incautación de importantísimos documentos secretos relativos a los planes defensivos y operativos del Imperio Británico en Extremo Oriente.
El final del Atlantis se cuajó el pasado 18 de octubre, cuando su Capitán Bernhard Rogge recibió órdenes de encontrarse con el submarino U-68 a 800 kilómetros al sur de la Isla de Santa Helena para dejarle repostar al sumergible y a continuación hacer lo mismo con el U-126 al norte de la Isla Ascensión. El encuentro con el U-68 se produjo el 13 de noviembre, y hoy se ha producido el encuentro con el U-126. Por desgracia, la señal enviada por el OKM al U-126 fue interceptada y descifrada por los revienta-códigos Aliados de Bletchey Park, lo que provocó que el Almirantazgo enviara a la zona de encuentro al crucero pesado HMS Devonshire.
A primera hora de la mañana, el HMS Devonshire ha aparecido por sorpresa en el horizonte mientras el U-126 se encontraba repostando de las reservas de combustible del Atlantis. El U-126 se ha sumergido, dejando a su capitán a bordo del Atlantis. A las 08:40, el Atlantis ha informado de que se trata del buque holandés Polyphemus, pero a las 09:34 el Devonshire ha recibido la confirmación de que esto es falso. Desde 15 kilómetros de distancia, fuera del alcance de los cañones de 150 mm (5,9 pulgadas) del Atlantis, el crucero británico ha abierto fuego.
El puente del Atlantis. Dos miembros de su tripulación le aplican una nueva capa de pintura. Los buques corsario pasan desapercibidos mediante diversas técnicas de camuflaje que los asemejan a inofensivos buques mercantes.
El Atlantis con diversos disfraces.
El Atlantis descubre sus armas para combatir.
Al cabo de 25 segundos, las salvas de proyectiles de 200 mm (8 pulgadas) han comenzado a caer en torno al Atlantis; la segunda y tercera salvas han alcanzado al buque corsario. Siete marineros han muerto y el resto han abandonado el buque; el Capitán Rogge ha sido el último de ellos. A continuación, sus municiones han estallado y la popa se ha alzado, yéndose a pique el Atlantis.
Instante en el que el U-126 rescata a los náufragos del Atlantis.
Los náufragos del Atlantis, sobre el U-126.
El crucero HMS Devonshire ha abandonado el área, abandonando a los marineros alemanes naufragados. Por suerte, el U-126 ha emergido y recogido a 300 alemanes y a un prisionero norteamericano herido, a quienes ha transportado o remolcado hacia Brasil, 1.500 kilómetros al oeste. Un triste final para uno de los buques corsarios más gloriosos de la Kriegsmarine, que durante casi dos años ha surcado con gran éxito los Océanos Atlántico e Índico y ocasionado daños incalculables a nuestros enemigos.
Heil, Hilfskreuzer Atlantis, heil!
Es lebe die Kriegsmarine!
Heil, Hilfskreuzer Atlantis, heil!
Es lebe die Kriegsmarine!
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