martes, 7 de junio de 2011

La Wehrmacht mira hacia el Este - 07/06/1941.

Nach Osten, kamaraden!

Camaradas,

Cien ferrocarriles cargados de tropas están siendo trasladados cada día a las fronteras orientales del Reich a medida que el Alto Mando Alemán reúne a las tropas de ataque necesarias para el comienzo de la Operación Barbarroja: la Cruzada con la que la Wehrmacht asestará, en el nombre de Europa y de la civilización occidental, una estocada mortal en el corazón de la bestia bolchevique.

Un tren cargado de camiones se dirige hacia el Este.

Vehículos de la Wehrmacht en los vagones de un tren rumbo al Este.

Ferrocarril repleto de Panzer recién llegado a primera línea.  Sobre el primer tanque puede apreciarse la insignia de la 3ª División Panzer (en el detalle ampliado).

El traslado de tropas a la frontera soviética comenzó antes incluso del comienzo de la Campaña de los Balcanes. A finales de febrero de 1941, 680.000 soldados alemanes se encontraban estacionados ya sobre la frontera rumano-soviética. Pero el Führer ha planeado lanzar contra el monstruo comunista la friolera de tres millones y medio de soldados alemanes (además de cerca de un millón de soldados de los países del Eje), por lo que el traslado de tropas hacia el este y la concentración de material prosigue aún a falta de quince días para la proyectada fecha de inicio de las hostilidades.

Un aeródromo de la Luftwaffe en plena actividad.

Al mismo tiempo, bajo la máscara de los ataques nocturnos sobre Gran Bretaña que continúan sin interrupción aunque en números muy reducidos, la Luftwaffe se traslada también hacia el Este. La poderosa flota aérea que destruyó Belgrado y allanó el camino a la Wehrmacht durante su marcha a través de los Balcanes está siendo transferida a Polonia para unirse a los escuadrones traídos allí desde Francia. En estos momentos hay 2.770 aviones alemanes, organizados en tres flotas aéreas distintas, desplegados ante la Unión Soviética.

Soldados alemanes son transportados en tren al Frente Oeste, antes de la Campaña de Francia en 1940.

Historia del despliegue.

A finales de julio de 1940, el Führer alertó por primera vez a sus fuerzas armadas de la posibilidad de un ataque contra la Unión Soviética. Desde ese momento, el Estado Mayor Alemán tomó conciencia de los trabajos de reconstrucción de las redes ferroviarias que serían necesarios para preparar la tremenda concentración de fuerzas que requeriría una operación de la envergadura de Barbarroja, contemplándose incluso la posibilidad de conectar las vías del sistema ferroviario alemán con el soviético para así poder proporcionar apoyo logístico a las tropas alemanas sin ninguna interrupción. El General Rudolf Gercke, Jefe del transporte militar alemán, se encargó de la planificación de las tareas.  Después, a la sombra de la primera orden que emitió el Alto Mando de la Wehrmacht acerca de Barbarroja: el Aufbau Ost (Reconstrucción Oriental) del 9 de agosto de 1940, en la que se especificaba la mejora y expansión del sistema ferroviario de Polonia Oriental, Gercke dio luz verde al Programa Otto con el inestimable apoyo de la Organización Todt. Al tiempo, Gercke fue el principal responsable de la coordinación del traslado de treinta y cinco divisiones de infantería alemana desde Francia hasta Polonia y Prusia Oriental haciendo uso de las vías existentes, a un ritmo tranquilo pero constante desde julio hasta octubre de 1940. Finalmente, en el mes de enero de 1941, Gercke informó al Alto Mando de las Fuerzas Armadas (OKW) de que de los 8.500 kilómetros de vías ferroviarias que debían ser mejoradas, reacondicionadas o reconstruidas, el 60 por ciento había sido ya completado. En consecuencia, Brauchitsch y Halder, Jefes respectivos del OKW y del OKH, comenzaron el día 2 de febrero de 1941 la concentración de fuerzas para Barbarroja, con la intención de completarla en tres oleadas distintas de movimientos ferroviarios hasta el 15 de mayo de 1941.

"Vamos a Polonia a darle su merecido a los judíos."  Tren de tropas alemán rumbo al frente polaco en 1939.

Debido a circunstancias imprevistas, entre ellas la Campaña de los Balcanes y el crudo invierno que ha azotado Europa, la concentración de tropas todavía se está llevando a cabo y es posible que lo siga haciendo hasta el mismo día del comienzo de la invasión. De manera increíble, desde la Batalla de Francia, el OKH ha logrado trasladar al Este alrededor de 17.000 trenes por encima de lo que se podría considerar un tráfico ferroviario normal . Mediante el secreto, el camuflaje y el engaño, el Alto Mando Alemán está logrando una completa sorpresa táctica y operativa ante las fuerzas armadas soviéticas y una gran sorpresa estratégica ante el liderazgo político soviético. Nos consta que Stalin y sus consejeros han recibido varias advertencias acerca de una posible agresión alemana desde hace meses, pero han desestimado siempre dichas informaciones en base a las plausibles explicaciones que les ha proporcionado el Reich y a la favorable circunstancia de que Alemania se encuentra todavía en guerra con Gran Bretaña. A la vista de la magnitud de las tropas que el Ejército Rojo ha desplegado en sus fronteras, tampoco se puede descartar que los propios soviéticos se estén preparando ellos mismos para desencadenar una ofensiva contra el Reich o alguno de sus aliados orientales del Eje. Sean cuales sean sus planes, Barbarroja los frustará y el mundo asistirá, de una vez por todas, al canto del cisne del bolchevismo .

Es lebe Nationalsozialismus!
Es lebe Europa!

5 comentarios:

  1. Hola, precisamente hace muchos diarios de guerra que se habla de la Operación Barbarroja. Con lo cual entiendo que estos diarios eran secretos. Yo en un principio pensaba que eran unos diarios públicos de la época, como un periódico. Pero esto me indica que no es así. ¿Dónde aparecieron? supongo que estarán publicados en forma de libro o algo así. Recibe un saludo colega!

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  2. Uhm... la verdad es que me dejas un poco perplejo. Estos diarios relatan, ni más ni menos, lo que está sucediendo cada día en los frentes de combate de la guerra que se ha impuesto al Reich desde hace casi dos años. Sus lectores, fieles simpatizantes todos de nuestra justa causa, tienen el privilegio de contar con fuentes de información únicas y precisas y es por ello, por su incondicional adhesión al Führer y al movimiento Nacionalsocialista, que a su alcance se ponen noticias que jamás podría llegar a leer ninguno de nuestros enemigos judeo-masónico-plutocrático-bolchevique.

    Saludos, camarada.

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  3. Siempre me he preguntado como un despliegue de tropas y vehículos de tal envergadura pasase desapercibido para los servicios secretos soviéticos e ingleses. Por mucho camuflaje que se emplease una concentración de tres millones de hombres, con sus tanques y vehículos, es imposible que quede oculta. stalin que tenía ojos y oidos en toda Europa no pudo ignorar que en sus fronteras se estaba desplegando el mayor ejécito reunido hasta la fecha. José Ignacio.

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  4. La personalidad de Stalin era muy retorcida, tanto o más que la de Hitler, y a pesar de ser tan proclive a la paranoia y a ver enemigos y conspiraciones por todos lados, parece que en el caso de Hitler estaba convencido de que su idilio todavía se alargaría un tiempo. La colaboración con Alemania le había resultado muy provechosa (Polonia, países bálticos, Finlandia, Besarabia), y tal y como le expresó Molotov a Hitler durante su visita a Berlín a finales de 1940, todavía albergaba otros objetivos como Bulgaria y terminar de rematar a Finlandia.

    La acumulación de tropas alemanas en la frontera era grande y no había pasado desapercibida a Stalin. Los rusos protestaron airadamente por estos despliegues, en particular cuando supieron que había tropas alemanas en Finlandia. Sin embargo, también era grande la acumulación de tropas del Ejército Rojo. Stalin sabía que la guerra con Hitler era inevitable en el futuro, pero debía pensar que todavía tenía tiempo mientras Hitler terminaba de acabar con los ingleses. Lo cierto es que Hitler logró cogerle por sorpresa. Hasta unas pocas horas antes de la invasión, trenes soviéticos cargados de materias primas continuaron rodando hasta Alemania. Stalin debió pensar que Hitler no se atrevería a atacarle y que se mantendría el status quo que más tarde se vivió durante la Guerra Fría, cuando el bloque occidental y el del Pacto de Varsovia mantuvieron una línea de frente en medio de Europa sin llegar a lanzarse nunca el uno contra el otro, o la situación que Corea del Sur y del Norte mantienen desde hace décadas.

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  5. Hitler creyó que vencería a Rusia en cuatro semanas y no combatiría una guerra prolongada. Más le interesaba conquistar Ucrania que el resto de la URSS. Le obsesionaba crear si provincia germana en Crimea que tomar Moscú (una ciudad habitada por tártaros piojosos).

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