domingo, 5 de junio de 2011

Segunda Guerra Sino-Japonesa: El bombardeo de Chungking - 05/06/1941.

Civiles chinos muertos en Chungking tras una estampida humana producida durante un ataque aéreo japonés.

Camaradas,

La ciudad china de Chungking ha sido objeto hoy de un brutal ataque aéreo japonés que ha causado la muerte por asfixia de 4.000 civiles chinos tras quedar sepultados en un refugio antiaéreo situado en el interior de un túnel. Los aviones japoneses han efectuado más de 20 salidas y han bombardeado la ciudad durante tres horas sin ninguna oposición.

Bombardeo aéreo de Chungking.

Hasta el día de hoy no hemos realizado ninguna seria mención a la guerra que chinos y japoneses mantienen desde hace varios años. Sin embargo, y a pesar de que se trate de un teatro de operaciones muy alejado de Europa y de que el conflicto no pueda encuadrarse dentro de la guerra mundial en curso (de hecho, las hostilidades comenzaron más de dos años antes de la invasión alemana de Polonia), el status de Japón como firmante del Pacto Tripartito y su más que conocido interés sobre las colonias que el Reino Unido mantiene en sus áreas de influencia del Lejano Oriente nos obliga a efectuar al menos una escueta reseña de lo que ha estado teniendo lugar en esta parte del mundo.

El Generalísimo Chang Kai-Shek, líder militar chino y enemigo principal de los japoneses.

Aunque los combates entre tropas chinas y japonesas se remontan a 1931, la mayoría de los historiadores coinciden en situar el comienzo de la Segunda Guerra Sino-Japonesa en el día 7 de julio de 1937, coincidiendo con el Incidente del Puente Marco Polo, en el que un punto de acceso crucial a Beijing fue asaltado por el Ejército Imperial Japonés. Dado que los defensores chinos contaban con divisiones de infantería precariamente equipadas, los japoneses capturaron Beijing y Tianjin con facilidad.

Chiang Kai-Shek se dirige a China tras el Incidente del Puente Marco Polo.

Al principio, los Cuarteles Generales Imperiales en Tokio eran reacios a desatar una guerra a gran escala y se conformaron con las victorias obtenidas en el norte de China tras el Incidente del Puente Marco Polo. Sin embargo, este inmovilismo le hizo pensar al Gobierno Central del Kuomitang (China Nacionalista) que la agresión japonesa había superado su cénit y Chiang Kai-Shek movilizó con rapidez al ejército y a la fuerza aérea central bajo su mando directo para atacar a los marines japoneses en Shangai el 13 de agosto de 1937, lo que condujo a la Batalla de Shangai. El Ejército Imperial Japonés se vio obligado a movilizar a más de 200.000 tropas, junto con numerosos buques de guerra y aviones para capturar Shangai después de más de tres meses de intensos combates, sufriendo muchas más bajas de lo esperado.

Soldados japoneses durante un ataque con gases venenosos en la Batalla de Shangai.

Sobre la base de la costosa victoria obtenida en Shangai, para el final de 1937 el Ejército Imperial Japonés logró capturar la capital del Kuomitang (Nanking) y el Sur de Shanxi en campañas en las que hubo de emplear 350.000 soldados japoneses. La masacre de Nanking que tuvo lugar tras la caída de Nanking el 13 de diciembre de 1937 fue la consecuencia más famosa –e infame- de aquella operación militar, con hasta 300.000 muertos según algunas estimaciones chinas.

Los japoneses entran en Nanking.

Una cabeza decapitada de un chino expuesta sobre unas alambradas.

Al principio de 1938, los Cuarteles Generales en Tokio todavía esperaban poder limitar el alcance del conflicto a las áreas ocupadas alrededor de Shangai, Nanjing y la mayoría del norte de China. Los japoneses pensaban que esta situación les permitiría mantener la fuerza en un posible enfrentamiento con la Unión Soviética, pero llegado ese punto el Gobierno Japonés y los Cuarteles Generales en Tokio habían perdido el control sobre el Ejército Japonés en China. Tras haber obtenido tantas victorias, los propios generales japoneses en China intensificaron la guerra por su cuenta hasta que, finalmente, fueron derrotados en Taierzhuang. Tras esto, el Ejército Imperial Japonés se vio obligado a modificar su estrategia y desplegar casi todos sus ejércitos en el ataque sobre la ciudad de Wuhan, que se había convertido en el nuevo centro político, económico y militar de China, con el objetivo de destruir la fuerza combativa del Ejército Nacional Revolucionario y forzar al Gobierno del Kuomitang a negociar los términos de paz. Pero, tras la captura japonesa de la ciudad de Wuhan el 27 de octubre de 1938 que obligó al Kuomitang a retirarse a la ciudad de Chungking para establecer en ella la nueva capital provisional, Chiang Kai-shek siguió negándose a negociar a menos que Japón accediera a retirarse hasta la frontera que había antes de la agresión de 1937.

El Emperador Japonés Hiro Hito vestido con el uniforme de los Cuarteles Generales Imperiales.

Llegado ese punto, con las bajas y el gasto japonés creciendo a pasos agigantados, los Cuarteles General Imperiales de Tokio decidieron iniciar una serie de acciones de represalia, ordenando a las fuerzas aéreas de la Marina y del Ejército desatar los primeros ataques masivos de la guerra contra objetivos civiles de la capital provisional de Chungking y de casi todas las principales ciudades de la China no ocupada, ocasionando millones de muertos, heridos y gentes sin hogar.

Soldados chinos marchan hacia el frente.

Desde el comienzo de 1939 la guerra entró en una nueva fase con las derrotas japonesas sin precedentes en Changsha y Guangxi. Estos resultados animaron a los chinos a desencadenar su primera contraofensiva a gran escala contra el Ejército Imperial Japonés a principios de 1940. Sin embargo, debido a su reducida capacidad industrial-militar y a su limitada experiencia en la guerra moderna, el Ejército Nacional Revolucionario fue derrotado. Después de esto, Chiang Kai-Shek se dio cuenta de que no podía arriesgar sus fuerzas en nuevas campañas ofensivas a la vista del bajo estado de entrenamiento, equipamiento y organización de sus ejércitos y de la oposición a su liderazgo que se ejercía desde el Kuomitang y desde China en general. Durante la Batalla de Shangai había perdido una parte importante de sus hombres mejor entrenados y equipados y muchas veces se encontraba a merced de sus generales, quienes mantenían un alto nivel de autonomía respecto al Gobierno del Kuomitang.

Soldados japoneses.

A partir de 1940 los japoneses hubieron de enfrentarse a grandes dificultades en la administración y guarnición de los territorios ocupados e intentaron resolver estos problemas mediante la creación de una serie de gobiernos independientes pero favorables a los intereses japoneses. El más prominente de ellos fue el Gobierno Nacionalista de Nanjing, encabezado por el anterior Primer Ministro del Kuomitang Wang Jingwei. Sin embargo, estos gobiernos marionetas no terminaron de cuajar entre la población, y el único éxito que los japoneses pueden atribuirse fue el de haber logrado el reclutamiento de un gran Ejército Chino Colaboracionista con el que mantener la seguridad pública en los territorios ocupados.

Territorios controlados por el Japón hasta finales de 1940.

Para 1941, Japón ha conseguido mantener el control de la mayoría de las zonas costeras orientales de China y Vietman, pero el combate de guerrillas no ha cesado en ninguno de los territorios ocupados. A manos de la inesperadamente tenaz resistencia china, Japón ha sufrido tremendas bajas, no habiendo podido ningún bando lograr ningún progreso significativo a la manera que la Blitzkrieg alemana en Polonia, Francia y los Balcanes.

El incidente de hoy en Chungking que ha costado la vida a cuatro millares de civile chinos ha constituido el último capítulo, hasta ahora, de una guerra cruenta entre asiáticos. El Reich reconoce el derecho inalienable de su aliado japonés a obtener su propio Lebensraum en sus áreas de influencia política, pero se lamenta profundamente por que su campaña militar esté resultando tan sangrienta y porque el verdadero enemigo que azota a los pueblos libres: el capitalismo, encarnado en Gran Bretaña, esté saliendo indemne de sus felonías en Extremo Oriente.

Es lebe Japan!
Sieg Heil!

2 comentarios: