martes, 21 de junio de 2011

Operación Barbarroja: La calma que precede a la tempestad - 21/06/1941.

Las fuerzas, frente a frente.

Camaradas,

La Operación Barbarroja, la mayor operación militar de la Historia está a punto de comenzar. Más de 4,5 millones de soldados del Eje se disponen a lanzarse a lo largo de un frente de 2.900 kilómetros para liberar a Europa del mayor peligro al que se ha visto sometida desde Genghis Khan: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, epítome del peor engendro ideológico que ha asolado jamás la faz de la tierra: el Comunismo Bolchevique.


Detalle del despliegue al norte de los Pantanos del Pripet (mapa en ruso).


Detalle del despliegue al sur de los Pantanos del Pripet (mapa en ruso).

Despliegue Alemán.

En estos precisos momentos, sin contar con el frente finlandés, que no estará activo durante los primeros días, la Wehrmacht Alemana despliega a lo largo de un frente de 1.600 kilómetros entre el Mar Báltico y el Mar Negro a 140 divisiones, incluidas 17 divisiones Panzer y 13 divisiones motorizadas organizadas en tres grupos de ejército: Grupo de Ejército Norte (Feldmarschall Wilhelm Ritter von Lebb), Grupo de Ejército Centro (Feldmarschall Fedor von Bock), Grupo de Ejército Sur (Feldmarschall Gerd von Runstedt). En total, los alemanes despliegan 3.500.000 soldados, 42.000 cañones y morteros, 4.200 tanques y cañones de asalto, 600.000 vehículos a motor, 750.000 caballos y 4.400 aviones.

Franz Halder, como Jefe de Estado Mayor del OKH, ha concentrado a las siguientes fuerzas de la Wehrmacht y de la Luftwaffe para las operaciones:

Grupo de Ejércitos Norte (Heeresgruppe Nord) (Wilhelm Ritter von Leeb) estacionado en Prusia Oriental con (26 divisiones).  Su misión: ocupar los estados bálticos y capturar Leningrado con ayuda de los finlandeses.  Se compone de:

Fuerzas enfrentadas en el sector central.

Grupo de Ejércitos Centro (Heeresgruppe Mitte) (Fedor von Bock) estacionado en Polonia Oriental con (49 divisiones).  Tiene la mayor dotación de tanques y su misión consiste en rodear y destruir las fuerzas soviéticas en Bielorrusia y abrir el camino a Moscú.

Situación en el Grupo de Ejércitos Sur (Dirección Sur-Oeste Soviética) en la víspera de Barbarroja. 

Grupo de Ejércitos Sur (Heeresgruppe Süd) (Gerd von Rundstedt) estacionado en Polonia Meridional y Rumanía con (41 divisiones).  Su misión es efectuar un ataque limitado desde Rumanía hacia Besarabia al tiempo que su fuerza de tanques se adentra profundamente en Ucrania hasta Kiev para aislar a los defensores soviéticos.
Estacionado en Noruega, un pequeño grupo de fuerzas consistente en:

Tropas alemanas marchan hacia sus posiciones en primera línea de frente en Polonia Oriental.


Distribución de fuerzas por Grupos de Ejército (Alemania) y Distritos Militares (URSS).



Despliegue soviético.


En la actualidad, las areas de responsabilidad del Ejército Rojo en la Unión Soviética Europea se divide en cuatro Frentes activos
Las fuerzas en la Dirección Nor-Oeste son:

Despliegue soviético en el Mar Báltico.

Las fuerzas de la Dirección Oeste son:

Las fuerzas de la Dirección Sur-Oeste son: 
Además de los Ejércitos organizados en Frentes, hay otros seis ejércitos en la región occidental de la Unión Soviética: el 16º Ejército, el 19º Ejército, el 20º Ejército, el 21º Ejército, el 22º Ejército y el 24º Ejército que constituyen, junto con otras unidades independientes, el Grupo de Ejércitos de Reserva de la Stavka, nominalmente bajo el mando directo de Stalin.

Línea de frente a día de hoy y fases proyectadas de la invasión.

Detalle del plan final para la Operación Barbarroja.


Wehrmacht vs Ejército Rojo.


El tamaño total de las monstruosas fuerzas armadas soviéticas es de cerca de seis millones de hombres, de los cuales 2,6 millones se despliegan en el oeste, 1,8 millones en el este mientras que el resto se encuentra desplegado o en estado de entrenamiento en otras localizaciones. Mediante su fantástico despliegue, el Eje ha logrado una superioridad local de 4,5 millones de soldados frente a los 2,6 millones de soldados del Ejército Rojo desplegados en la frontera, aunque el peso principal del primer asalto recaerá sobre los hombros de los 3,5 millones de alemanes.

Una horda de tanques soviéticos.

A pesar de esta superioridad en efectivos, lo cierto es que el Eje se encuentra en una clara desventaja numérica en lo que respecta a otras armas. El Ejército Rojo, por ejemplo, dispone de 23.106 tanques de los cuales unos 12.782 se encuentran en los Distritos Militares Occidentales (tres de los cuales se enfrentarán directamente a la invasión). Una ventaja cuantitativa que, sin embargo, se ve compensada por el precario estado de mantenimiento de las máquinas, la escasez de municiones y radios y el hecho de que muchas unidades carecen de los camiones necesarios para reabastecerse más allá de sus cargas de combustible y munición básicas.

Además, el Ejército Rojo adolece de un grave defecto organizativo: a partir de 1938, los soviéticos habían dispersado sus tanques entre sus divisiones de infantería, una práctica que tras sus experiencias en la Guerra de Invierno y los fantásticos resultados que el arma acorazada alemana consiguió en Francia se relevó errónea. Por ello, los soviéticos han comenzado a imitar la doctrina de los Panzer y organizado sus unidades de tanques en grandes divisiones y cuerpos blindados independientes de la infantería. Sin embargo, esta reorganización ha sido implementada sólo parcialmente y a día de hoy el Ejército Rojo no cuenta con suficientes tanques encuadrados en cuerpos blindados como para oponerse de manera efectiva a nuestros cuerpos Panzer.

Los monstruosos KV2 soviéticos.

La Wehrmacht alemana en su conjunto dispone de un total de 5.200 tanques, de los cuales 3.350 han sido asignados a la invasión (además de cerca de un millar de cañones de asalto), lo que arroja un balance de 4:1 a favor del Ejército Rojo en cuanto a tanques inmediatamente disponibles. El mejor tanque soviético, el T-34, es uno de los más modernos del mundo, y la serie KV el mejor blindado. Estos dos modelos, sin embargo, que en sí pueden constituir una seria amenaza a nuestros Panzer, no se encuentran disponibles en grandes números, suponiendo tan sólo el 7,2% de la fuerza blindada soviética. Además, aunque estos 1.861 tanques modernos con que cuentan soviéticos puedan ser técnicamente superiores a los 1.404 tanques Panzer III y Panzer IV, los soviéticos no cuentan con las comunicaciones, el entrenamiento y la experiencia para emplear estas armas con la efectividad de que han hecho gala las tripulaciones de los Panzer en media Europa.

La ventaja numérica soviética en equipo pesado también se ve más que compensada por el superior entrenamiento y preparación de las fuerzas armadas alemanas. La Gran Purga de Stalin (1936-1938) diezmó al cuerpo de oficiales y alto mando soviético. De los 90 generales arrestados, tan sólo 6 sobrevivieron a las purgas, así como 36 de 180 comandantes de división y únicamente 7 de 57 comandantes de cuerpo de ejército. En total, el régimen comunista ejecutó a 30.000 miembros del Ejército Rojo y muchos más fueron deportados a Siberia y reemplazados por oficiales considerados “políticamente fiables.” Tres de un total de cinco mariscales y unos dos tercios de los comandantes de cuerpo de ejército y división fueron fusilados. A menudo esto dejó en su lugar a oficiales jóvenes y con poca experiencia; por ejemplo, en este año 1941, el 75% de los oficiales del Ejército Rojo han estado en su puesto durante menos de un año. La media de edad de los comandantes de cuerpo soviéticos es 12 años inferior a la media de edad de los comandantes de división alemanes. Estos oficiales, además, acogotados por el régimen de terror de Stalin, tienden a ser muy reacios a tomar la iniciativa y a menudo carecen de la preparación suficiente para llevar a cabo sus trabajos.

Fotografía de reconocimiento de la Luftwaffe sobre un aeródromo soviético con los aviones inmaculadamente aparcados en hileras.

El número de aviones también se inclina muy pronunciadamente a favor del lado soviético. Sin embargo, los aviones soviéticos son muy anticuados, la mayoría obsoletos, y la artillería soviética carece de técnicas de control de tiro modernas. La mayoría de las unidades del aire soviéticas no se encuentran en alerta y tienen estacionados sus aviones en hileras rectas y compactas en lugar de dispersos, lo que va a suponer una gran alegría para nuestros chicos de la Luftwaffe. Más aún, la fuerza aérea soviética tiene la orden expresa de no derribar a ningún avión de reconocimiento de la Luftwaffe, lo cual quizás no se vea alterado cuando cientos de Stuka se adentren en territorio soviético y se dirijan hacia sus aeródromos.

La fuerza de caza soviética se encuentra equipada con grandes números de aviones obsoletos, como los biplanos I-15 e I-16. Los MiG-3, LaGG-3 y Yak-1, que todavía se encuentran en fase de diseño y producción, a pesar de que supongan una cierta ventaja cualitativa, en cualquier caso seguirán estando por detrás del Messerschmitt Bf 109 o del Focke Wulf FW 190 que entrará en servicio en breve. Pocos aviones del Ejército Rojo cuentan con radio y aquellos que la tienen no disponen de sistema de encriptación y no funcionan con fiabilidad. La mala actuación de la fuerza aérea soviética durante la Guerra de Invierno por Finlandia supone una garantía más para nuestros chicos de la Luftwaffe, que confían en poder dominar a sus homólogos soviéticos. El Ejército Rojo ha acelerado los programas de entrenamiento de sus pilotos en previsión de un ataque alemán que esperaban llegara en 1942 o más tarde. Pero la realidad es que, en comparación con los alemanes, los pilotos soviéticos se encuentran pésimamente entrenados. Significativamente, a pesar de que los soviéticos disponen en la actualidad de 201 MiG-3s y 37 MiG-1s listos para el combate, tan sólo cuatro de sus pilotos han recibido entrenamiento para volar dichas máquinas.

Fábrica de aviación soviética.  El paraíso comunista: tienen aviones pero no pilotos para manejarlos.

El Ejército Rojo se encuentra disperso y mal preparado y sus unidades a menudo se ven separadas entre sí y sin transporte motorizado para concentrarse antes de entrar en combate. A pesar de que cuentan con numerosas piezas de artillería de buen diseño, algunos de los cañones no disponen de munición. Las unidades de artillería a menuda carecen de transporte para trasladar sus piezas. Las unidades de tanques rara vez se encuentran bien equipadas y también carecen de entrenamiento adecuado y apoyo logístico. Los estándares de mantenimiento son muy bajos. Cuando llegue el momento de la verdad, las unidades serán enviadas al combate sin que exista ningún mecanismo ni plan de repostaje de combustible, reaprovisionamiento de municiones y reemplazo de personal, de tal guisa que después de un solo enfrentamiento, muchas unidades quedarán destruidas por completo o incapacitadas para un nuevo combate. El estado del ejército, en medio de una reorganización de sus unidades acorazadas en grandes cuerpos de tanques, viene a sumarse al caos.

Como resultado de esto, a pesar de que sobre el papel el Ejército Rojo parezca al menos similar a la Wehrmacht, la realidad sobre el campo de batalla es muy diferente; los oficiales incompetentes, las carencias parciales en equipamiento, el insuficiente apoyo logístico motorizado y el pésimo entrenamiento sitúan al Ejército Rojo en una gran desventaja.

La victoria de Europa es tu prosperidad.

La Alemania Nacionalsocialista, el escudo de Europa.

En agosto de 1940, el servicio británico de inteligencia había recibido algunas pistas de los planes alemanes para atacar a los soviéticos tan sólo una semana después de que el Führer aprobara los planes para Barbarroja. La desconfianza de Stalin en los británicos le indujo a ignorar las advertencias, creyendo que se trataba de un truco diseñado para atraer a la Unión Soviética hacia la guerra y sacarle las castañas del fuego a Churchill. En la primavera de 1941, los propios servicios de inteligencia de Stalin y norteamericano efectuaron regulares y repetidas advertencias acerca de un inminente ataque alemán. Stalin eligió ignorar dichas advertencias. A pesar de que reconocía la posibilidad de un ataque y de llevar a cabo sus propios preparativos, decidió no correr el riesgo de provocar a Hitler. También confiaba ciegamente en el Pacto Molotov-Ribbentrop, que había sido firmado tan sólo dos años antes. Por último, en su habitual línea paranoica, también sospechaba que quizás los británicos seguían tratando de propagar falsos rumores para hacer estallar la guerra entre Alemania y la Unión Soviética. En consecuencia, a día de hoy, cuando faltan horas para la que la Wehrmacht desate la mayor ofensiva de la Historia, las tropas fronterizas soviéticas no han sido puestas en alerta y a algunas incluso se les ha prohibido responder al fuego en el caso de que sean atacadas. El Ejército Rojo, simplemente, no está preparado para enfrentarse a la invasión.

En azul, la Europa libre de injerencias capitalistas (rojo) y comunistas (verde) que el Reich protege.

Sin embargo, el Führer tiene razón al temer que el plan de Stalin no es otro que el de sumir a toda Europa en una época oscura de bolchevismo rojo y sustituir milenios de civilización occidental por la barbarie asiática. El Ejército Rojo se agolpa en masa detrás de su frontera occidental no sólo en el caso de que los alemanes ataquen, sino como parte del proyecto de dominación global que Stalin ha urdido y que pretende llevar a cabo a largo plazo. En 1938, el Ejército Rojo había adoptado, bajo la instigación del General Pavlov, una táctica de defensa lineal estándar similar a otras naciones. Las divisiones de infantería, reforzados por un componente de tanques orgánico, se atrincherarían para constituir zonas pesadamente fortificadas. Entonces llegó el shock de la Caída de Francia. El Ejército Francés, considerado el más poderoso del mundo, cayó derrotado en seis semanas. El análisis de los acontecimientos, basado en información incompleta, les llevó a los soviéticos a la conclusión de que el colapso de Francia había sido causado por la confianza en la defensa lineal y por una falta de reservas blindadas.

Los soviéticos decidieron no repetir estos errores. En lugar de atrincherarse en una defensa lineal, las divisiones de infantería deberían concentrarse en grandes formaciones. También, la mayoría de los tanques deberían organizarse en 29 cuerpos mecanizados, cada uno con más de 1.000 tanques. En el caso de que los alemanes atacasen, cosa que Stalin calcula tendría lugar dentro de dos años mínimo, las puntas de lanza Panzer serían barridas por los cuerpos mecanizados, que a continuación cooperarían con los ejércitos de infantería para repeler a la infantería alemana, vulnerable tras haber perdido sus vanguardias acorazadas. El ala izquierda soviética en Ucrania debía de ser ampliamente reforzada para ser capaz de ejecutar una maniobra envolvente estratégica: tras destruir al Grupo de Ejércitos Sur alemán, vivaría hacia el norte a través de Polonia sobre la retaguardia de los Grupos de Ejército Centro y Norte. A continuación, una vez consumada la completa aniquilación del Ejército Alemán, el Ejército Rojo lanzaría su ofensiva hacia el interior de Europa, esparciendo la peste roja por todo el mundo civilizado.

Es lebe Nationalsozialismus!
Es lebe Europa!

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