Camaradas,
La presencia de la Royal Navy en el Mediterráneo ha llegado a su ocaso. Tras la heroica acción de ayer, en la que los torpedos humanos italianos destruyeron a los dos últimos acorazados con que contaba el Reino Unido en este teatro de operaciones, una acción precipitada por parte del Almirantazgo Británico, ansioso por compensar sus recientes fracasos en todos los mares del mundo con una gran victoria sobre los convoys de suministros del Eje, ha culminado hoy con la destrucción de una de sus grandes fuerzas navales estratégicas operativas: la Fuerza de Ataque de Malta, integrada por la Fuerza K al mando del Capitán W. G. “Bill” Agnew y la Fuerza B al mando del Capitán O'Conor.
El destructor británico HMS Legion en el puerto de La Valetta, Malta.
Al mediodía del 18, la fuerza italiana se dividió también; tres buques se dirigieron a Trípoli, acompañados por la Fuerza de Cobertura Cercana, mientras que el cuarto buque mercante, el buque de suministros alemán Ankara, puso rumbo a Benghazi. La Fuerza de Cobertura Distante Italiana permaneció a la espera en el Golfo de Sirte hasta el atardecer antes de regresar a base. En ese momento los británicos se dieron cuenta de que los italianos tenían un convoy en la zona; Vian lo buscó sin éxito en su camino de vuelta a Alejandría.
En la tarde del 18, los británicos establecieron la posición del grupo Trípoli, y la Fuerza de Ataque de Malta con el crucero y los dos destructores de la Fuerza B y los dos cruceros y dos destructores de la Fuerza K zarparon a las 18:00 horas para interceptarlos y compensar de algún modo el terrible golpe que los italianos acaban de ocasionarle a la Royal Navy en Alejandría esa mañana.
Esquema de las derrotas seguidas por el Neptune y el Kandahar tras chocar contra los campos de minas italianos.
Sin embargo, la operación de venganza de la Royal Navy no ha podido ser más desafortunada. Durante las primeras horas de hoy, 19 de diciembre, la fuerza británica se ha dado de bruces con un campo de minas del Eje a 32 kilómetros de distancia de Trípoli. El campo de minas ha cogido a los británicos desprevenidos, puesto que la profundidad del mar en la zona es de 180 metros, lo cual según los británicos es demasiado para poder plantar un campo de minas. El crucero HMS Neptune ha chocado contra cuatro minas y se ha ido a pique; el destructor HMS Kandahar también ha chocado contra una mina y ha quedado mortalmente averiado, siendo hundido por los británicos algunas horas después. Los cruceros HMS Aurora y HMS Penelope también han resultado seriamente dañados pero han sido capaces de regresar a Malta. En total, unos 830 marineros británicos, muchos de ellos neozelandeses a bordo del Neptune, han perdido la vida en este nuevo desastre para la Royal Navy.
Tras este incidente, la Fuerza de Ataque de Malta, que ha supuesto una gran amenaza para el tráfico naval del Eje hacia Libia durante la mayor parte del año 1941, ha quedado virtualmente aniquilada. Sus últimos despojos serán retirados a Gibraltar, lo que dejará visiblemente reducida la presencia naval británica en el Mediterráneo Central y concederá un respiro a los convoys del Eje que surcan el Mediterráneo justo en el momento en que Rommel, en plena retirada a través de Cirenaica hacia Tripolitania, más lo necesita.
Viva l'Italia!
Vinceremo!
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