Fotografía tomada en junio de 1940, cuando el Duce declaró la guerra a Inglaterra y Francia.
Camaradas.
Hoy es otra jornada de decisiones solemnes en la historia de Italia y de los acontecimientos memorables destinados a imprimir un nuevo rumbo a la historia del Continente. Las potencias del Pacto de Acero, la Italia Fascista y la Alemania Nacional Socialista, cada vez más estrechamente unidas, se alinean hoy junto al Japón contra los Estados Unidos de América.
El Pacto Tripartito se convierte así en una alianza militar que agrupa en torno a sus banderas 250 millones de hombres dispuestos a todo para vencer. Ni el Eje ni el Japón querían la extensión del conflicto.
Ecce homo.
Sólo un hombre, un auténtico y democrático déspota, a través de un serie infinita de provocaciones, embaucando con fraude supremo a las mismas poblaciones de su país, ha querido la guerra y la ha preparado día a día. con una tenacidad diabólica.
Los formidables golpes que sobre la inmensa extensión del Pacífico han sido ya asestados a las fuerzas norteamericanas demuestran que están a merced de los soldados del Sol Naciente. Yo os digo, y vosotros me comprendéis, que luchar con ellos es un privilegio. El Pacto Tripartito se encuentra hoy en la plenitud de sus medios materiales y morales y es el instrumento poderoso de una guerra entablada con la seguridad de la victoria. Mañana será el Pacto el artesano organizador de una paz justa entre los pueblos.
Italianos e italianas: ¡Una vez más en pie!
¡Sed dignos de esta hora histórica!
Vinceremo!
Fue una tontería que Italia le declara la guerra a EEUU, además era completamente innecesaria. Solo por agradar a Alemania.
ResponderEliminarA Mussolini no le quedaba otra que apostarlo todo por la carta alemana. Sabía muy bien que el destino de la Italia Fascista estaba unido al de la Alemania Nacionalsocialista. ¿De veras crees que habría podido evitar el enfrentamiento con los Estados Unidos estando en guerra con Gran Bretaña y enfrentada a ella en el desierto? Habría sido una situación un tanto grotesca. ¿Habrían discriminado objetivos los norteamericanos al desembarcar en el Norte de África? "¡Ojo, Joe! ¡No bombardees esas trincheras, que no estamos en guerra con ellos! ¡Bombardea a los de al lado, que son alemanes y con esos sí estamos en guerra!"
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