Representación artística de los heroicos combates defensivos que están plantando los soldados alemanes.
Camaradas,
La Contraofensiva de Invierno soviética ha comenzado al norte de Moscú con la batalla por el saliente de Klin. Este arco proyectado en el frente del Tercer Grupo Panzer constituía la más seria amenaza a la capital roja.
Saliente de Klin proyectado hacia Moscú, desde donde el Tercer Grupo Panzer amenaza, a pocos kilómetros de distancia, la capital soviética.
Todo comenzó durante la mañana gris del 5 de diciembre, mientras el bombardeo inicial de la artillería rusa hacía a los centinelas del 87º Regimiento de Infantería Alemán correr en busca de protección junto al Yakhroma. Los regimientos soviéticos ya se lanzaban contra las primeras líneas de la 36ª y, junto a ella, de la 14ª División de Infantería Motorizada entre Rogachevo y el borde sur del embalse del Volga. Un batallón de esquiadores soviética irrumpía en el sector de la 36ª División de Infantería Motorizada y avanzaba hacia el oeste. Los rusos estaban imitando la Blitzkrieg alemana.
Al mediodía del 7 de diciembre –es decir, cuarenta y ocho horas después- los soviéticos aparecieron ante los cuarteles generales del Cuerpo del General Schaal en Bloshoye Shchapovo, 7 kilómetros al noreste de Klin. Los oficiales de estado mayor, los mensajeros y los oficinistas echaron mano a sus fusiles. Tres vehículos blindados, unos pocos cañones antiaéreos autopropulsados de 2 cm y dos cañones antitanque del destacamento de escolta del Cuerpo disparaban un proyectil detrás de otro. El propio general se encontraba echado cuerpo a tierra detrás de un camión con su fusil, disparando balas bien apuntadas. El jefe de operaciones dirigía hacia la acción una unidad de combate antiaérea y sellaba la entrada norte del pueblo con dos secciones de ametralladoras. Por la tarde, una desvencijada compañía de la 14ª División de Infantería Motorizada llegó desde la perforada línea de frente y de inmediato tomó posiciones para mantener a raya a los rusos. Poco después, el Coronel Westhoven, comandante del 1º Regimiento de Infantería, llegó a la escena después de haberse adelantado a toda prisa con su sección de combate; poco después de la medianoche lo siguió el grueso del 2º Batallón del 1º Regimiento de Infantería, proveniente de Belyy Rast.
La mañana siguiente a las 08:30 horas los rusos atacaron con tanques. ¿Habría llegado la última hora de los cuarteles generales del Cuerpo? El primer tanque irrumpió a través de las líneas alemanas por el extremo norte desde Selchino. Dos regimientos de infantería, apoyados por poderosas unidades de artillería que avanzaban hacia el sudoeste, rebasaron Shchapovo. Justo entonces el ruido de la batalla llegó desde el flanco izquierdo. El Coronel Westhoven estaba atacando con unidades de la 1ª División Panzer. Los primeros tanques del 25º Regimiento Panzer de la 7ª División Panzer también llegaron justo a tiempo y, dirigidos por el Teniente Ohrloff, chocaron contra el flanco del enemigo. Los rusos fueron cogidos desprevenidos. Su infantería retrocedió y sufrió cuantiosas pérdidas. Los cuarteles generales del Cuerpo se trasladaron a Klin.
En Klin el General Schaal recibió más malas noticias. El enemigo había logrado una profunda penetración en la juntura entre las Divisiones de Infantería 36ª y 14ª. Poderosas formaciones se habían abierto paso a través de la brecha, rebasando Klin por el norte; habían bloqueado la ruta de suministros del Cuerpo y girado hacia Klin a través de Yamuga. Tan sólo le quedaba una carretera al Tercer Grupo Panzer, y ésa también se encontraba gravemente amenazada. Si el enemigo conseguía bloquearla, entonces el desastre amenazaría a todo el Grupo Panzer. Quedaría aislado. Los hombres tendrían que intentar abrirse camino a pie, dejando detrás todos sus vehículos y armas pesadas. En torno al mediodía del 8 de diciembre, este peligro agravó. Los soviéticos conquistaron Spas-Zaulok y a continuación Yamuga, 8 kilómetros al norte de Klin.
La 1ª División Panzer de Turingia y la 2ª División Panzer de Viena –dos de las tres divisiones fundadoras de las fuerzas acorazadas alemanas, siendo la tercera la 3ª División Panzer de Berlin, entonces todavía en el sector de Guderian- eran la última esperanza de Schaal. Tendrían que salvar la situación y mantener abierta la vital carretera de retirada hacia la nueva línea de intercepción del Tercer Grupo Panzer, la posición Lama. La 1ª División Panzer, la mayor parte de la cual todavía mantenía una línea defensiva alrededor de Nikolskoye sobre la carretera Togachevo-Moscú, fue retirada por el General Reinhardt y enviada a Klin el día 7 de diciembre.
Cada vez había más riesgo de que este nudo de tráfico, tan vital para la retirada de las unidades motorizadas, pudiera perderse antes incluso de que la división llegara allí, pero este peligro fue conjurado el 8 de diciembre mediante un ataque con formaciones de emergencia apresuradamente reunidas bajo el mando del Coronel Kopp. El 37º Batallón de Ingenieros Panzer capturó y mantuvo Maydanovo en el límite norte de la población. De este modo, el mayor peligro había sido soslayado por el momento. La defensa del extremo norte de Klin fue organizada de inmediato y reforzada considerablemente para asegurarse de que la localidad era mantenida hasta la llegada de las primeras unidades de la 1ª División Panzer. El Mayor General Siri estaba a cargo de estas operaciones.
Se trataba de una tarea difícil porque los soviéticos sabían bien lo que estaba sucediendo. El General Schaal informó de lo siguiente: “Animados por la retirada alemana, impulsados por la escena que se han encontrado a lo largo de las rutas de la retirada alemana, y obligados a seguir adelante por las órdenes del Alto Mando Soviético, los rusos están combatiendo con gran tenacidad y furia. Además, en su avance algunos de ellos emplean esquís, pero el grueso marcha a pie o a bordo de vehículos ligeros apoyados por T-34s. Los rusos cuentan con casi todas las ventajas del terreno de su lado. En este terreno tan boscoso y difícil, las torpes y pesadas unidades motorizadas alemanas se ven relegadas casi totalmente a las carreteras duras. Cada vez en mayor medida, el combate se está volviendo en una serie de enfrentamientos a corta distancia en los que la cooperación entre las diferentes ramas de servicio alemanas, que normalmente resulta tan exitosa, ya no es posible. Así que, como resultado, los rusos a menudo son superiores a nosotros.”
A pesar de estas dificultades, los grupos de combate de la reforzada 1ª División Panzer, junto con grupos de combate de las Divisiones Panzer 5ª y 2ª, tuvieron éxito en mantener abierta y cubrir la carretera de retirada desde Klin hacia el oeste, en dislocar todas aquellas fuerzas enemigas que habían penetrado a través del frente alemán, y en asegurar –aunque sólo mediante enormes esfuerzos y a un alto coste- la retirada de cuatro divisiones móviles y partes de varias divisiones de infantería. En este punto, el General Schaal decidió que había que poner punto y final a estas operaciones provisionales y desesperadas. Por tanto, ingenió un plan audaz diseñado para obtener un poco de espacio vital para el Cuerpo y el Grupo Panzer y permitirles recuperar la iniciativa.
La idea era frustar las intenciones del enemigo a través de una serie de contraataques rápidos. El Coronel Hauser, al mando del 25º Regimiento Panzer y famoso en toda la 7ª División Panzer por ser un nombre de brío e iniciativa, recibió todos los Panzer disponibles en el área del Cuerpo, así como cincuenta y tantos tanques prometidos por el Grupo de Ejércitos, con órdenes de irrumpir a través de la línea defensiva al este de Klin, barrer los cuarteles de división enemigos identificados y localizados a través de reconocimiento de radio entre Yamuga, Spas-Zaulok y Birevo, atacar la artillería soviética desde la retaguardia y poner fuera de combate a sus cañones y, a continuación, tras haber sembrado el caos y la confusión, regresar al interior del anillo defensivo alemán. En seguida se iniciaron todos los preparativos para este contraataque.
Mientras tanto, dos grupos de combate de la 1ª División Panzer organizaron un ataque de alivio hacia el norte. En primer lugar, el grupo de combate de Westhoven hizo retroceder a fuerzas enemigas considerablemente poderosas al sur de Kirevo. Después, el 9 de diciembre, hacia las 10:30 de la mañana, el grupo de combate von Wietersheim, con el 1º Batallón Motociclista, media docena de tanques Pzkfw IIIs al mando del Teniente Stoves y apoyado por el Batallón de Artillería Morn, atacó a lo largo de la autopista de Kalinin hacia Yamuga. Al principio, la operación obtuvo buenos progresos. A pesar de su superioridad numérica, los rusos no se mantuvieron firmes y cedieron terreno. Dejaron 180 muertos, 790 prisioneros y una gran cantidad de armas pesadas, incluidos tres T-34s, detrás de los campos de batalla en torno a Yamuga. El propio pueblo, no obstante, no pudo ser conquistado por los alemanes.
Por la tarde, la 1ª División Panzer hizo regresar al grupo de combate el extremo norte de Klin y allí se preparó para la defensa. Formaciones enemigas que les habían perseguido fueron rechazadas en combates cuerpo a cuerpo. Durante la noche del 9 de diciembre, los cuarteles generales de la 1ª División Panzer obtuvieron el mando general de la defensa de Klin. El General Krüger defendería la localidad hasta el 14 de diciembre. Había llegado la hora de la “Operación Hauser.”
Todo estaba listo – los últimos tanques de las Divisiones Panzer 1ª y 7ª, una compañia de tanques de la 2ª División Panzer y unos veinticinco tanques de la 5ª División Panzer. En ese momento, llegó un mensaje desde el flanco derecho en el que se informaba de que el enemigo había irrumpido en el área del Cuarto Grupo Panzer en el sector de la 23ª División de Infantería. El 1º Ejército de Choque del General Kuznetsov había lanzado el colmillo meridional de su ataque contra Klin. Era obvio que los Ejércitos Soviéticos 1º y 30º tenían intención de unirse al oeste de Klin y atrapar al Tercer Grupo Panzer y a cualquier otra unidad dentro del saliente de Klin. Tan sólo un vigoroso e inmediato contraataque con Panzer lograría salvar la situación. Por muy amarga que fuera la decisión, Schaal tuvo que desviar el grupo de combate Hauser hacia el sudeste para sofocar el inminente peligro.
A primera hora de la mañana del 12 de diciembre, los Panzer alemanes se pusieron en marcha hacia el sudeste. Un repentino cambio en el tiempo había provocado que el termómetro ascendiera unos pocos grados por encima del punto de congelación. El brillo del sol invernal sobre la carretera junto con las orugas de tanques desgastadas hicieron que fuera un viaje muy resbaladizo. En cualquier caso, la fuerza logró interceptar a los rusos, rescatando a las unidades alemanas desperdigadas y llevando a varios grupos que todavía resistían en la línea de frente rota de vuelta al refugio seguro de la línea defensiva del Tercer Grupo Panzer en torno a Klin.
La defensa de la propia localidad de Klin, donde miles de heridos permanecían todavía a pesar de las continuas evacuaciones, estaba en manos de tres formaciones creadas ad hoc. Inicialmente, la población se había mantenido abierta para las divisiones en retirada por medio de unidades de emergencia apresuradamente constituidas a las órdenes del Coronel Kopp y del Teniente Coronel Knopf, con zapadores, destacamentos de construcción de carreteras, unas pocas secciones antitanque y antiaéreas, tres cañones autopropulsados, personal de tierra de la Luftwaffe, mecánicos de los talleres y unos pocos tanques reparados. Durante los siguientes días, sin embargo, todos los hombres disponibles fueron reclamados para la defensa activa –incluidos veinticinco músicos de la banda del 25º Regimiento Panzer, que fueron empleados como infantería en los suburbios septentrionales a las órdenes de su director. En ese momento, los abigarrados grupos de combate Westhoven, von Wietersheim y Caspar se encontraban desplegados a lo largo de los bordes noreste y noroeste de la localidad. Para entonces, Klin se encontraba bajo el bombardeo de la artillería soviética, y los incendios ardían por todas partes.
El 13 de diciembre el Grupo Panzer, con la aprobación del Führer, ordenó el abandono de las posiciones al este de Klin. Todo se desplazó marcha atrás – todo a lo largo de una única carretera, la carretera de Klin.
Desde la noche del día 13 el borde oriental de la localidad había estado defendida por la reforzada 14ª División de Infantería Motorizada junto con grupos de combate de la 2ª División Panzer y el grupo del Coronel Hauser. Justo fuera de la parte norte de Klin, al oeste de la población, la 1ª División Panzer cubría la gran ruta de retirada contra furiosos ataques soviéticos provenientes del norte. Una y otra vez despejó la carretera, y por lo tanto aseguró la retirada de los últimos miles de heridos y del material pesado. Bajo la cobertura de estas operaciones, el saliente de Klin fue evacuado hacia el mediodía del 14 de diciembre, ayer. Pero mientras las tropas de combate en la línea llevaban a cabo esfuerzos sobrehumanos, la retirada de las tropas de suministros y de las unidades desperdigadas se convirtió en una auténtica tragedia.
El General Schaal describió así la situación: "La disciplina comenzó a desmoronarse. Había más y más soldados que se abrían camino de regreso hacia el oeste, sin armas, conduciendo un ternero con una cuerda o arrastrando un trineo de patatas tras ellos – simplemente caminando a trompicones hacia el oeste sin nadie al mando. Ya no se enterraban a los hombres muertos por los bombardeos aéreos. Las unidades de suministros, a menudo sin oficiales, huían en estampida por la carretera, mientras las tropas de combate de todas las ramas, incluida la artillería antiaérea, sostenían desesperadamente la línea de frente. Todo el tren de suministros – excepto allí donde las unidades eran firmemente dirigidas- retrocedía en una loca huida. Las unidades de suministro se encontraban al borde de la psicosis, casi de pánico, probablemente porque en el pasado tampoco habían sido empleadas en precipitados avances. Sin comida, temblando de frío, sumidos en completa confusión, los hombres se trasladaron hacia el oeste. Entre ellos había heridos a los que había resultado imposible enviar de vuelta a la base a tiempo. Las tripulaciones de los vehículos de motor que no querían esperar en campo abierto a que se despejaran los atascos de tráfico, se adentraban en los pueblos más cercanos. Era el momento más difícil por el que había tenido que atravesar nunca el Cuerpo Panzer. "
¿Cómo era eso posible? ¿Cómo podía subyacer el pánico detrás de las disciplinadas e incluso heroicas fuerzas de combate de la línea de frente? La respuesta es bastante sencilla. La Wehrmacht Alemana no había aprendido nunca los principios y métodos de retirada. El soldado alemán consideraba la retirada no un tipo especial de operación que podía ser doblegada a su voluntad, sino un desastre impuesto sobre él por el enemigo.
Incluso en los días del Reichswehr, la práctica de las retiradas había sido planteada con recelo. Con cierto desdén, podría decirse. Uno no ejecuta retiradas; simplemente enseña a los hombres a correr.
Más tarde, después de 1936, incluso la resistencia elástica fue eliminada del programa de entrenamiento militar. “Ataque” y “resistencia” eran las dos únicas técnicas que se enseñaban al soldado alemán. En lo concerniente a retiradas combatidas, la Wehrmacht había ido a la guerra sin estar preparada. El coste de esta omisión fue alto. En Klin se encontraría con ella por primera vez.
El 14 de diciembre a las 13:00 horas un Teniente ruso con una bandera blanca apareció ante el Capitán Hingst, oficial al mando de la 8ª Compañía del 3º Regimiento Panzer, que estaba siendo empleado junto con elementos del 2º Regimiento de Infantería a lo largo del borde sudeste de la ciudad como parte del grupo de combate Hauser. El oficial soviético llevaba consigo una carta firmada por el “Coronel Yukhvin” en la que se exigía la rendición de Klin. “La posición de los defensores es desesperada,” había escrito el Coronel Soviético. Se trataba de la primera invitación a rendirse que se presentaba bajo bandera blanca en el Frente Este.
Contraofensiva de Invierno soviética contra el Grupo de Ejércitos Centro hasta hoy. Al norte, las operaciones contra el Tercer Grupo Panzer en Klin, cuyo detalle se ha mostrado anteriormente.
El Capitán Hingst trató a los rusos con gran cortesía y, tras informar al Coronel Hauser y solicitar instrucciones, le envió a las 14:00 horas con la respuesta de que el coronel soviético estaba equivocado, que la situación no es bajo ningún modo desesperada para los defensores.
Hingst tenía razón. La retirada del LVI Cuerpo Panzer entretanto había progresado de acuerdo con el plan. A las 16:30 horas, cuando la carretera quedó despejada, la 1ª División Panzer con su batallón motociclista partió hacia el oeste.
Para el día de hoy, 15 de diciembre, todas las unidades han alcanzado la línea de intercepción de la 2ª División Panzer en Nekrasino. En el borde sur de Klin, el Coronel Hauser ha retirado sus fuerzas sobre el pequeño río Sestra hasta la parte occidental de la propia localidad. Tan pronto como sus tanques han llegado al otro lado, el puente ha sido volado. Los cuarteles generales y los grupos de combate del 53º Regimiento de Infantería Motorizada, así como la Compañía Panzer Veiel de la 2ª División Panzer, han defendido Klin, para entonces totalmente consumida por las llamas, hasta las 21:00 horas. Entonces, esta retaguardia se ha retirado también hacia el oeste. Los rusos han penetrado en la población.
Contraofensiva de Invierno soviética hasta hoy.
Trotz alledem, mit unsern Fahnen ist der Sieg!
Nichts für uns, alles für Deutschland!
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