martes, 6 de diciembre de 2011

El Ejército Rojo desata su Contraofensiva de Invierno - 06/12/1941.

Las hordas soviéticas desatan la gran contraofensiva de invierno.

Camaradas,

Los centinelas en el sector del 87º Regimiento de Infantería acaban de ser relevados. Son las 05:00 horas y hace un frío gélido. El termómetro se mantiene a 25 grados centígrados bajo cero. Los hombres se abren paso por la nieve hacia el pequeño río Yakhroma. De las chimeneas de las cabañas de los aldeanos en el valle el humo se sumerge en la mañana gris. Todo está tranquilo. El 87º Regimiento forma parte de la 36ª División de Infantería Motorizada. Estos regimientos procedentes de Rhineland-Hesse mantienen la línea de frente entre el embalse del Volga al sur de Kalinin, también conocido como el Mar de Moscú y Rogachevo. El extenso sector sólo puede ser cubierto mediante una serie de puntos fuertes separados. Los regimientos son muy débiles para nada mejor. Han sido desangrados y, en mayor medida si cabe, congelados.

El rostro de un soldado alemán precariamente protegido contra el frío al que se le han congelado hasta las pestañas, literalmente.

A una temperatura entre 30 y 50 grados centígrados bajo cero ningún hombre puede permanecer tumbado dentro de un agujero excavado en la nieve durante más de una hora. A menos que, por supuesto, lleve una piel de cordero y botas de fieltro, un gorro de piel y guantes acolchados. Pero los hombres de la 36ª División de Infantería Motorizada no tienen ninguna de estas cosas. Se encuentran a 30 metros del pueblo. Congelados, sus carromatos arrastrados por caballos permanecen junto al arroyo. El mástil de la bomba de agua del pueblo sobresale sobre los tejados bajos. Junto al surtidor hay varias mujeres rusas que recogen agua. De repente comienza todo – los centinelas que acaban de ser relevados y las mujeres rusas. Instintivamente se agachan. Corren hacia las cabañas más cercanas. Y ahí está la “bestia aullante.” Se produce un estrépito, fuentes de nieve se elevan al aire, fragmentos al rojo vivo rebotan contra el suelo, que está como una piedra de tan congelado. Las esquirlas de los proyectiles se estrellan contra la casa de baños y las cabañas. ¡Comienza la acción!

Lanzacohetes Katyusha abren la ofensiva.

La fecha es el 5 de diciembre de 1941 – un viernes. Se está pasando una nueva página en la historia de la guerra. Empieza la gran contraofensiva soviética ante Moscú. Aquí, en el sector de la 36ª División de Infantería Motorizada, en la zona de operaciones del LVI Cuerpo Panzer, el telón se alza en un drama histórico salvaje. Veinticuatro horas más tarde –hoy- la gran batalla ha comenzado también en los otros sectores del Grupo de Ejércitos Centro entre Oshtashkov y Yelets a lo largo de un frente de 1.000 kilómetros.

Situación del frente alemán al comienzo de la Contraofensiva.

La línea de frente, al detalle.

¿Cuál es la situación ante Moscú en este momento? Al norte y oeste de la capital soviética, las puntas de lanza alemanas se han acercado a unos pocos kilómetros de las afueras de la ciudad. En el ala norte del Grupo de Ejércitos Centro, el Noveno Ejército mantiene un arco de 170 kilómetros desde Kalinin hasta el Mar de Moscú.

Representación artística de un ataque Panzer durante el invierno.

Las divisiones del Tercer Grupo Panzer, que deberían haber rodeado Moscú por el norte, han avanzado hasta Dmitrov sobre el Canal Moskva-Volga. Más al sur se encuentran las avanzadillas del XLI Cuerpo Panzer, situadas para cruzar el canal al norte de Lobnya. El grupo de combate Westhoven de la 1ª División Panzer, tras capturar Nikolskoye y Belyy Rast, ha alcanzado el borde oriental de Kusayevo. A la derecha, el Cuarto Grupo Panzer ocupa un cuadrante en torno a Moscú desde Krasnaya Polyana hasta Zvenigorod; la distancia al Kremlin no es en ningún punto superior a 40 kilómetros. Las vanguardias de la 2ª División Panzer se encuentran en la primera parada del tranvía de Moscú. Un destacamento de asalto del 62º Batallón de Ingenieros de Wittenberg ha sido el que se ha acercado más a la guarida de Stalin tras penetrar hasta el suburbio de Khimki, a tan sólo 8 kilómetros de las afueras de la ciudad a 16 kilómetros del Kremlin.

Soldados y tanques de la 11ª División Panzer, distinguible por su símbolo característico, un fantasma.  No hay que confundirla con la 7ª División Panzer, a la que se la conoce con el sobrenombre de "Fantasma" (Gespenter Division) desde la campaña de 1940 en Francia cuando Rommel, harto de recibir órdenes de detener el avance y aguardar al resto de fuerzas alemanas, silenció su radio y la condujo por detrás de la línea de frente francesa a tal velocidad y profundidad que ni el propio Alto Mando Alemán sabía dónde se encontraba.

En el ala sur del Cuarto Grupo de Hoepner, de izquierda a derecha, se encuentran las Divisiones de Infantería 106ª y 35ª, las Divisiones Panzer 11ª y así como la División de Infantería Motorizada SS Reich y las Divisiones de Infantería 252ª, 87ª, 78ª; 267ª, 197ª y . A continuación vienen las divisiones del Cuarto Ejército de Kluge. Están a 50 kilómetros de Moscú, a lo largo de una línea que discurre de norte a sur entre la autopista de Moscú y el Oka. El siguiente en la línea de frente es el Segundo Ejército Panzer de Guderian. Ha rebasado la ciudad de Tula, donde los rusos están plantando una enconada resistencia, y mantiene un gran saliente hacia el este en torno a Stalinogorsk; su punta de lanza blindada, la 17ª División Panzer, apuntando al norte contra el Oka, se encuentra ante Kashira.

El último empujón de la Wehrmacht, división a división.

Por último, en el extremo derecho el Segundo Ejército cubre el flanco sur y mantiene el enlace con el Grupo de Ejércitos Sur.

El frío inclemente.

Soldados alemanes se calientan alrededor de un fogata.  En sus rostros, a pesar de las inclemencias, brilla el buen humor.

Ésta es la línea de frente de 1.000 kilómetros en la que la ofensiva alemana ha quedado detenida a principios del mes de diciembre de 1941 – congelada hasta la inactividad en el más literal sentido. Hombres, bestias, motores y armas se encuentran en la helada horquilla de entre 45 y 50 grados centígrados bajo cero. En el diario de un soldado del 69º Regimiento de Infantería de la 10ª División Panzer, hallamos la frase: “Estamos combatiendo la guerra de invierno rusa como si éste fuera uno de nuestros inviernos en la Selva Negra allá en casa.”

Este soldado alemán ha improvisado una funda para sus botas, hecha de trapos y sujeta con cordones.

Ésa es la pura verdad. Oficiales y soldados carecen de ropa de invierno especial adecuada para permitirles acampar y combatir en campo abierto a temperaturas de 50 grados bajo cero. Como resultado, se embuten dentro de todo aquello a lo que pueden echar mano o que encuentran en los molinos textiles rusos, talleres y almacenes – una capa de ropa sobre otra. Pero esto entorpece los movimientos de los hombres en vez de proporcionarles calor. Y estas ropas mugrientas, que nunca se quitan, son criaderos de piojos que se meten directamente en la piel. Los hombres no sólo tienen frío, sino que también están hambrientos. La mantequilla llega dura como una piedra y tan sólo puede ser chupada en pequeños pedazos a modo de “helado de mantequilla.” El pan tiene que ser partido con hacha, y a continuación derretido al fuego. El resultado es diarrea. Las compañías van menguando. Sus pérdidas diarias debido a miembros congelados y trastornos intestinales febriles son mayores que las que provoca la acción enemiga. Como los hombres, los caballos sufren de frío y hambre. Los suministros de avena no llegan. La paja congelada de los tejados de las caballas ya no satisfacen su hambre, sino que enferman a los animales. Hay una gran incidencia de sarna y cólicos. Los animales desfallecen y mueren por docenas.

Un Panzer atascado en la nieve.

Los motores también han dejado de funcionar. No hay suficiente líquido anticongelante: el agua en los radiadores se congela y los motores revientan. Los tanques, camiones y camionetas de radio se quedan inmóviles e inútiles. Las armas se bloquean porque el aceite se congela en las partes móviles. Nadie había pensado en proveer a las tropas de aceite de invierno. Tampoco hay ninguna pasta especial para las lentes de los prismáticos, telescopios de trinchera y miras de las armas. Los instrumentos ópticos se congelan y se vuelven ciegos e inútiles.

Una columna de infantería alemana marcha junto a un vehiculo inmovilizado por el frío.

Apenas hay nada disponible de lo que habría sido necesario para el combate y para la supervivencia en este crudo invierno ruso. Los Cuarteles Generales del Führer habían calculado que las tropas se encontrarían en Moscú antes de la llegada de las heladas. Las penurias por este fallo de cálculo en el calendario operativo y la resultante falta de suministros han de ser ahora soportadas por los hombres en el campo de batalla. ¿Por qué no se han cubierto las necesidades de los hombres que tan mal lo están pasando en el frente con suministros procedentes de Europa? Porque las locomotoras se han congelado también y no están llegando. En vez de los veintiséis trenes diarios que el Grupo de Ejércitos Centro requiere cada día, tan sólo están llegando ocho o a lo sumo diez. Y la mayoría de los aviones de abastecimiento Junkers Ju 52 tampoco pueden despegar de sus pistas en Polonia y Bielorrusia debido al penetrante frío y a la ausencia de hangares.

A falta de vehículos, los alemanes tienen que confiar un gran porcentaje de su transporte a los caballos.

A continuación se muestra un párrafo de una carta escrita por el Cabo Werner Burmeister de la 2ª Batería del 208º Regimiento de Artillería, una unidad recién llegada desde Francia: “Es una tarea sin esperanza – tienes seis caballos enganchados al cañón. Los cuatro de delante pueden ser conducidos a mano, pero para los dos a los lados del eje alguien debe montar, porque a menos que un hombre se encuentre en la montura y empuje su pie contra el eje, golpeará los flancos de los animales a cada paso. A 30 grados bajo cero, en esas estrechas botas altas claveteadas que tenemos, los pies se te congelan antes de que puedas darte cuenta. No hay un solo hombre en mi batería que no sufra congelaciones en dedos de los pies y tobillos.”

Dos centinelas alemanes en plena ventisca.

Así es el cruel invierno ruso descrito sin dramatismo y con cierta trivialidad. Las tropas rusas reciben sin cesar botas de cuero una o dos tallas más grandes para que puedan rellenarlas con paja o periódicos – un procedimiento muy efectivo. Es un truco bien conocido también para los viejos veteranos del Ejército Alemán en el Este. Pero, por desgracia para ellos, sus botas son de la talla adecuada. En estas condiciones, ¿hay que sorprenderse de que las tropas estén en las últimas? La fuerza de combate de los regimientos se ha reducido a menos de la mitad. Lo peor de todo es que los Cuerpos de Oficiales y Suboficiales, así como el grueso de los viejos cabos veteranos, han quedado diezmados por muerte en combate, congelaciones y enfermedades. Hay tenientes al frente de batallones, y a menudo sargentos al mando de compañías. No hay reservas por ningún lado. En estas condiciones se espera que el Grupo de Ejércitos Centro mantenga una línea de más de 1.000 kilómetros de longitud. Todo esto debe ser tenido en cuenta para comprender lo que está a punto de suceder.

Situación del frente soviético al comienzo de la Contraofensiva.

Imagen idealizada de la contraofensiva soviética.

¿Y cuál es la situación en el lado soviético? Incluso mientras la ofensiva alemana todavía está ganando terreno el Alto Mando Soviético ha reunido una fuerza de choque al sur de Moscú y otra al norte de la ciudad. Todas las reservas militares que hay disponibles en el inmenso país son traídas a Moscú. Las fronteras orientales y meridionales son desguarnecidas sin escrúpulos. Las divisiones siberianas, habituadas al invierno y equipadas para el combate invernal, constituyen el núcleo de estas nuevas fuerzas. El Alto Mando Soviético ha enviado treinta y cuatro de estas divisiones al Frente Oeste; de éstas veintiuna se enfrentan al Grupo de Ejércitos Centro, que comprendía setenta y siete divisiones en octubre pero que a primeros de diciembre le resta la fuerza combativa de tan sólo treinta y cinco. Solamente las unidades siberianas recién llegadas han bastado para superar con creces a esta menguada fuerza combativa. El empleo de las tropas siberianas se ha revelado decisivo. La concentración de fuerzas soviéticas ante Moscú es el resultado del que probablemente sea el mayor acto de traición de la guerra. Stalin sabía que la intención de Japón no era atacar a Rusia, sino a América. Lo sabía por su agente en Tokyo, Richard Sorge, quien, como amigo de confianza del Embajador Alemán y amigo de los más altos políticos japoneses, estaba familiarizado con las intenciones de los líderes alemanes y japoneses. Informó a Stalin de que Japón había rechazado la sugerencia del Gobierno Alemán de que debería atacar Rusia. Informó que los militares japoneses se estaban preparando para la guerra contra América en el Pacífico. A pesar de que Stalin se había sentido siempre poco inclinado a fiarse de Sorge, y dado que los informes acerca de las intenciones ofensivas alemanas que había dado en la primera de 1941 se habían visto tan confirmados por los acontecimientos, en esta ocasión Stalin terminó creyéndose los informes de Tokyo y retirar todas sus fuerzas desde Extremo Oriente a Moscú, incluso aunque el Ejército Kwantung Japonés se encontrase situado para atacar en Manchuria.

Stalin y Zhukov.  Parece que el General Soviético va a conseguir salvar la piel por esta vez.  Cuando Stalin le puso al mando del Frente Oeste le había advertido que, si Moscú era capturada por los alemanes, lo pagaría con su cabeza. 

A comienzos de diciembre de 1941, el Alto Mando Soviético ha concentrado en total 17 ejércitos para atacar al Grupo de Ejércitos Centro Alemán. Tres de ellos –los Ejércitos , 10º y 20º- se componen de tropas siberianas y asiáticas recién reclutadas. Los otros ejércitos han sido triplicados o cuadruplicados mediante la adición de reservas. El índice de fuerzas entre alemanes y soviéticos al comienzo de la contraofensiva rusa es de 1,5:1 a favor de los soviéticos.

Tropas frescas soviéticas, perfectamente equipadas para la guerra de invierno, se preparan para el ataque.

¿Cuáles son los planes del Alto Mando Soviético para esta contraofensiva? Muy simples, en realidad. Su principal objetivo es aplastar a las dos poderosas cuñas acorazadas alemanas que amenazan Moscú desde el norte y el sur.

¡Hurra Stalin!

En la mañana gris del 5 de diciembre, mientras el bombardeo inicial de la artillería rusa hacía a los centinelas recién relevados del 87º Regimiento de Infantería correr en busca de refugio junto al Yakhroma. Los regimientos soviéticos han comenzado a cargar contra las líneas avanzadas de la 36ª División de Infantería Motorizada y, junto a ella, la 14ª División de Infantería Motorizada entre Rogachevo y el borde sur del embalse del Volga. Un batallón de esquiadores soviéticos irrumpió en el sector de la 36ª División Motorizada y se dirigió hacia el oeste. Los rusos imitan las tácticas de Blitzkrieg alemana, pero sobre la nieve.

Nach Sieg, trotz alledem!
Tod dem Bolschewismus!

5 comentarios:

  1. Hitler pagó su error táctico al no avanzar a Moscú en julio cuando no había ejércitos rusos que no la pudieran defender. Si hubiera seguido su plan original de seguir su avance hasta Gorki otra hubiera sido la historia. Capturar Moscú, hubiera debilitado más no aniquilado a Rusia, entonces la lucha contra los alemanes sería penosa para los rusos. NO me imagino a la capital rusa, como ciudad alemana.

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  2. Yo sí que creo que la conquista de Moscú habría sido decisiva. Evidentemente, quiero decir una conquista sólida de Moscú, no la clase de conquista agónica a la que podría haber aspirado Tifón a lo sumo. Moscú era un importantísimo centro de gobierno, industrial y de comunicaciones y Stalin mismo reconoció que de caer Moscú se habría tenido que retirar a los Urales. Por desgracia para Hitler, fue un hueso demasiado duro.

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  3. HM Que maldito foro, en especial el comentario de este, que de que si caería moscu lo pagaría con su cabeza. foristas estos,, lo que pasa que ven demacradas películas de lo que leen..

    Si algunos que hallan leído el increíble drama de las memorias y reflexión del gran mariscal soviético, verán que todo lo que afirma este forista es una gran infamia.

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  4. Ver libro "Gibraltar..¡Por siempre Gibraltar! páginas 155 a 196 (capítulo "Franco ganó la Segunda Guerra Mundial para los Aliados").
    http://espanol.free-ebooks.net/ebook/Gibraltar-Por-siempre-Gibraltar-2ª-Edicion

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  5. Ningún valor histórico. Sólo sensiblería filonazi.

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