Británicos comunistas reclaman ayuda para la Unión Soviética. Churchill, obediente, ha atendido a sus exigencias.
Camaradas,
Hoy ha partido desde Islandia con destino Murmansk el primero de una serie de convoys que surcarán el Océano Ártico y con los que los Aliados Occidentales piensan suministrar ayuda material a la Unión Soviética en su lucha contra la Alemania Nacionalsocialista.
Las rutas en verano e invierno de los convoys árticos.
El convoy en cuestión, conocido como Dervish (Derviche) consta de seis buques mercantes cargados con materias primas y 15 aviones de caza Hurricane: los cargueros británicos Lancastrian Prince, New Westminster City, Esneh Trehata, Llanstephan Castle, el también británico buque cisterna Aldersdale y el carguero holandés Alchiba. La escolta del convoy incluye tres destructores, tres dragaminas y tres buques antisubmarinos. Un crucero pesado y otros tres destructores proporcionan cobertura a cierta distancia. Al mismo tiempo, el anticuado portaaviones HMS Argus, se dispone a entregar 24 cazas Hurricanes que aterrizarán cerca de Murmansk.
Por descontado está que veintinueve aviones británicos de refuerzo no le van a suponer ninguna ventaja decisiva al Ejército Rojo. Aún así, y en un patético esfuerzo por elevar al máximo la importancia de su ayuda, Winston Churchill ha ordenado destacar a bordo del convoy a dos periodistas y a un artista gráfico que se esforzarán en hacerles creer a los mundos capitalista y comunista que todavía les va a resultar posible vencer a la Gran Alemania de Hitler. Lo más triste de todo es que, alienados por la propaganda Aliada, muchos les creerán.
Ein Volk, ein Reich, ein Führer!
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