viernes, 26 de agosto de 2011

Avance de Guderian hacia Kiev: la 3ª División Panzer de Model fuerza el cruce del Desna - 26/08/1941.

Situación general actual en el Frente Este.  Obsérvese el giro hacia el sur de los Cuerpos Panzer de Guderian.

Camaradas,

El 16 de agosto, la 3ª División Panzer capturó el nudo de carreteras en Mglin y el 17 el nudo ferroviario de Unecha, con lo que la línea de ferrocarril Gomel-Bryansk-Moscú había quedado cortada. El 21 de agosto los dos Cuerpos Panzer de Guderian alcanzaron las importantes posiciones de partida de Starodub y Pochep. Todo estaba dispuesto ahora para el ataque sobre Moscú. Sin embargo, ese mismo día el Führer hizo entrar en efecto sus órdenes, canceló todos los planes sobre la capital soviética e impuso el avance hacia Ucrania, lo que para Guderian supuso una gran decepción. Tan sólo dos días después el OKH presentaría un informe conminándole al Führer a reconsiderar su decisión pero, como ya se ha visto, el Führer terminaría reafirmándola.

En cuanto las unidades de Guderian comenzaron a moverse, Timoshenko dio por hecho que los Panzer se disponían a atacar el flanco de sus posiciones en Bryansk como paso previo al ataque sobre Moscú, lo que constituyó un grave error. Las divisiones Panzer de Guderian que empujaban hacia el sur no tenían intención de girar en redondo hacia Moscú, y la 29ª División Motorizada y la 17ª División Panzer, que combatían contra las posiciones de Yeremenko en los peligrosos e intrincados bosques a lo largo de la carretera y ferrocarril hacia Bryansk, de hecho no se estaban dirigiendo hacia Bryansk.

Guderian se mueve hacia el sur. En una serie de audaces operaciones, las formaciones Panzer y de infantería del 2º Grupo Panzer y del 2º Ejército han aplastado a los soviéticos en Roslavl (1), Krichev (2) y en el área de Gomel (3), forzado el Río Desna y por lo tanto iniciado la operación de pinza contra Kiev. Estos enfrentamientos en los costados le salieron caro a Guderian, sobre todo en la zona de Pochep. Allí, la 167ª División de Infantería se vio involucrada en un tedioso combate defensivo y su 331º Regimiento de Infantería casi perdió toda su 3ª Compañía en un solo día.

Mientras tanto, la 3ª División Panzer, la División berlinesa del “Oso”, progresaba a gran velocidad hacia las proximidades del Desna, un río ancho y cenagoso donde Timoshenko había estado levantando defensas febrilmente durante las anteriores semanas haciendo trabajar a la población civil literalmente como esclavos. Durante el día, las tropas alemanas avanzaban o combatían, y por la noche dormían en las cunetas, bajo sus tanques o dentro de los camiones. Su objetivo ya no era Moscú, sino las poblaciones del Norte de Ucrania.

Pero el Alto Mando Soviético estaba ciego. Stalin no sólo empleaba a sus tropas en la dirección equivocada, hizo algo mucho peor. Disolvió en Frente Central Soviético con sus Ejércitos 21º y 3º - el frente que conformaba una barrera a lo largo del Norte de Ucrania y puso a sus divisiones bajo el mando del Grupo de Ejércitos de Yeremenko para la defensa de Moscú, donde aguardarían en vano.

Una columna alemana avanza por los polvorientos caminos rusos.

Ayer, 25 agosto, el día era caluroso y los hombres sudaban bajo sus cascos. El fino polvo de las carreteras envolvía a las columnas en espesas nubes que se asentaban en los rostros de los soldados y se deslizaban bajo los uniformes sobre sus pieles. Cubría los tanques, los vehículos blindados de transporte de infantería, las motocicletas y los Kübelwagen con una gruesa capa de suciedad. El polvo era aterrador – tan fino como la harina, imposible de librarse de él.

La 3ª División Panzer había estado descendiendo por la carretera desde Starodub hacia el sur durante las últimas cinco horas. Su Comandante, el Teniente General Walther Model, se encontraba en su Kübelwagen al frente de su grupo del Cuartel General, que incluía un vehículo blindado de reconocimiento, la furgoneta de radio, los ordenanzas en motocicleta y varios Kübelwagen para su Estado Mayor. Los hombres de infantería maldecían cada vez que la columna pasaba a su lado, haciendo que el polvo se alzase en nubes todavía más espesas.

Model (a la izquierda) con Guderian (a la derecha). 

Model, al frente sobre su Kübelwagen, señaló a un viejo molino de viento a la izquierda de la carretera. El Kübelwagen serpenteó a través de un pequeño puente que cruza un riachuelo y se adentra en un campo de rastrojos. Se sacaron los mapas; una conferencia de Estado Mayor se celebró sobre el propio terreno. La furgoneta de radio desplegó sus antenas. Los ordenanzas en motocicleta salían y volvían. El conductor de Model descendió al arroyo con dos cubos de campaña para sacar algo de agua para lavar. Model atusó su monóculo. Claro y brillante, estaba de nuevo encajado en la cuenca de su ojo cuando el Teniente Coronel von Lewinski, Comandante del 6º Regimiento Panzer, se acercó a informar. Un mapa ruso a escala 1:50.000 estaba desplegado sobre una caja de granadas de mano.

“¿Dónde está este molino?” “Aquí, señor.” El lápiz de Model discurrió desde la colina con el molino hasta la hoja adjunta que el oficial ordenanza sostenía. La línea del lápiz terminó cerca de la pequeña ciudad de Novgorod Severskiy. “¿Cómo de lejos queda?”

El oficial de Inteligencia ya tenía sus instrumentos sobre el mapa. “Treinta y cinco kilómetros, Herr General.”

El operador de radio trajo un mensaje del destacamento en vanguardia. “Tenaz resistencia en Novgorod. Poderosa cabeza de puente enemiga sobre la orilla izquierda del Desna para proteger los dos puentes.”

“Los rusos quieren mantener la Línea del Desna.” Asintió Model.

Y ciertamente lo querían. Y por un buen motivo. El valle del Desna era un excelente obstáculo natural de entre 500 y 1000 metros de anchura. Se requerían enormes puentes para cruzar el río y sus orillas cenagosas. El gran puente de ferrocarril de Novgorod Severskiy tenía más de 700 metros de longitud, y el puente de peatones no era mucho más corto. Ambos eran puentes de madera y ninguno de los dos, de acuerdo con el escuadrón de reconocimiento aéreo de la división, habían sido volados. Pero sí que estaban siendo defendidos por poderosas fuerzas.

Von Lewinski con su uniforme de las tropas blindadas.

“Debemos capturar uno de esos puentes intacto, Lewinski,” le dijo Model al Comandante del Regimiento Panzer. “Si no tardaremos días, o incluso semanas, en cruzar este maldito río.” Lewinski asintió. “Haremos lo que podamos, Herr General.” Saludó y se marchó.

“Vamos,” le dijo Model a su Estado Mayor. Como la principal ruta de avance se encontraba congestionada con tráfico, la plana mayor de la división condujo a través de senderos forestales arenosos. A través de los espesos bosques sus vehículos se infiltraron a hurtadillas treinta millas dentro del territorio enemigo. Podrían encontrarse bajo el fuego en cualquier momento. Pero si alguien hubiera considerado esa posibilidad, nunca se habrían adelantado tanto.

Por delante oyeron el sonido de la batalla. Las puntas de lanza blindadas habían establecido contacto con los rusos. Las tropas motociclistas estaban intercambiando fuego con las ametralladoras rusas. La artillería se desplegaba en posición con una batería pesada. A través de sus prismáticos Model podía ver las hermosas iglesias y monasterios de Novgorod Severskiy sobre las tierras alta de la orilla occidental del río. Más allá de esas alturas se encontraba el valle del Desna con sus dos puentes.

La artillería rusa abrió fuego desde la ciudad. Un fuego bien dirigido desde baterías de 15.2 cm. La artillería era el arma favorita de los soviéticos – como había sido la de los Zares. “La artillería es el dios de la guerra,” diría Stalin. El sonido hueco de los morteros se mezclaba con el ruido general. Un momento después las primeras bombas de mortero caían alrededor. Model resultó herido en una mano por una esquirla de granada. Se puso una escayola, pero eso fue todo. Pero un proyectil alcanzó al Coronel Ries, el Comandante del 75º Regimiento de Artillería, que perdió la vida.

Ataque a baja altura de los aviones rusos. “¡Cañones antiaéreos en acción!”

La artillería enemiga comenzaba a afinar la puntería. Hora de cambiar de posición.

El 6º Regimiento Panzer y el batallón motociclista lanzaron su ataque esa misma tarde al anochecer. Pero los tanques quedaron detenidos ante un amplio dique antitanque con tres troncos atravesados. El regimiento de infantería que debería haber atacado a los rusos desde el noroeste al mismo momento estaba atascado en algún lugar de las carreteras arenosas.

¡Paradlo todo! El ataque quedó detenido hasta la mañana siguiente.

La conquista del puente de Novgorod Severskiy.

A las 05:00 de la mañana de hoy, todo ha comenzado de nuevo. La artillería ha empleado sus armas pesadas para allanar los obstáculos antitanque. Los ingenieros se han abierto camino con explosivos hasta ellos. ¡Adelante! Los rusos combaten furiosa y despiadadamente en algunos lugares, pero en otros su resistencia es desganada e incompetente. Las primeras tropas comienzan a rendirse – hombres entre treinta y cinco y cuarenta y cinco años de edad, en su mayoría sin servicio militar previo y con no más de unos pocos días de entrenamiento. Naturalmente, no han resistido ante la magnitud del ataque alemán – ni siquiera a sabiendas de que los temibles Comisarios se encuentran a sus espaldas. Los tanques alemanes, la artillería autopropulsada y la infantería motociclista se infiltra a través de los puntos débiles.

A las 07:00 el Teniente Vopel, con un puñado de tanques de su 2ª Compañía Panzer y con los vehículos blindados de la 1ª Compañía de Infantería del 394º Regimiento, ha tomado posiciones al norte de Novgorod Severskiy. Su tarea es la de proporcionar apoyo a un destacamento de asalto de ingenieros a las órdenes del Teniente Störck mientras lleva a cabo su operación especial contra el gran puente de 800 metros de longitud. El Teniente Buchterkirch del 6º Regimiento Panzer, el especialista de Model en operaciones contra puentes, se ha incorporado con sus tanques al pequeño grupo de combate. Hacia las 08:00 horas una gran detonación y una nube más al sur indican que los rusos han volado el puente de peatones.

Teniente Buchterkirch.

Ahora, todo depende de la operación de Störck y Buchterkirch.

Störck y sus hombres dentro de los vehículos blindados de transporte de infantería no tienen ni idea de lo que sucede a su derecha o izquierda. Se abren paso a tiros a través de las columnas rusas. Ruedan a toda velocidad por senderos en los que la arena llega hasta las rodillas. Bajo la cobertura de espesas nubes de polvo, se infiltran entre las columnas rusas de vehículos en retirada. Conducen a través de la parte norte de la ciudad y descienden al interior del valle del río hasta el gran puente.

“¡Todavía está ahí!” exclama Buchterkirch. El conductor, el operador de radio y el artillero sonríen al unísono. “¡Cañón antitanque junto al puente! ¡Directo contra él! ordena el Teniente”. Los rusos huyen. El Teniente Störck y sus hombres bajan de sus vehículos blindados y corren hacia el puente. Reducen a la guardia rusa. Ahí, sobre los raíles, están tendidos los cables de las cargas de demolición. Los cortan. Ahí mismo se encuentran las propias cargas explosivas. Las arrojan al agua. Bidones de gasolina penden de las vigas a ambos lados. Cortan las cuerdas. Con un chapuzón los bidones caen al agua. Continúan corriendo – Störck siempre en cabeza. Detrás de él se encuentra el Sargento Heyeres y el Sargento Strucken. Los cabos Fuhn y Beyle arrastran la ametralladora. Una y otra vez se acuclillan, primero a un lado y después al otro, detrás de los grandes contenedores de agua y cubos de tierra.

De pronto Störck se yergue. El Sargento ni siquiera tiene que dar un grito de advertencia – el Teniente ya lo ha visto él mismo. En medio del puente reposa una gran bomba aérea soviética de media tonelada dotada de un detonador de tiempo. Con calma, Störck desatornilla el detonador. Se trata de una carrera contra la muerte. ¿Podrá conseguirlo? Lo cierto es que lo logran. Juntos, los cinco levantan la ahora inofensiva bomba y la apartan del camino.

Siguen corriendo. Sólo ahora se dan cuenta de lo que suponen 800 metros. Parece que el puente no termina nunca. Finalmente alcanzan el otro extremo y disparan una bengala, la señal convenida con la punta de lanza blindada. Puente despejado.

Ilustración del heroico cruce del Desna.  Nótense los bidones de gasolina sujetos a la estructura del puente.

Mientras tanto, Buchterkirch en su Panzer había estado conduciendo con cautela descendiendo a la orilla y situándose bajo el puente. Vopel con el resto de los tanques proporcionan cobertura desde lo alto de la orilla.

Por suerte para Störch y sus hombres, porque justo en ese momento, los rusos se dan cuenta de que los alemanes se han hecho con el control del puente y envían a varios destacamentos de demolición – grandes grupos de 30 ó 40 hombres que llevan bidones de gasolina, cargas explosivas y cócteles Molotov. Corren bajo el puente y se encaraman a los pilares.

Con frialdad, Buchterkirch abre fuego contra ellos con su ametralladora desde el otro lado. Varios bidones de gasolina estallan. Pero allí donde las llamas amenazan con extenderse al resto del puente los ingenieros acuden inmediatamente, apagándolas. Furiosamente, la artillería soviética ruge tratando de derribar al puente y matar a sus captores. Sin éxito. Los hombres de Störck se arrastran bajo las planchas de madera del puente y retiran varias cargas – altos explosivos en bolsas de goma verde. Una sola explosión de un proyectil a algunos metros de distancia habría sido suficiente para detonarlas.

Media hora más tarde los Panzer, las unidades motociclistas y los cañones autopropulsados atraviesan el puente. La temible posición Desna, la puerta a Ucrania, ha sido forzada. Un puñado de hombres y unos pocos oficiales resolutivos han decidido este primer acto de la campaña contra Ucrania. Los campos de grano de Rusia se extienden ante los tanques de Guderian. Bajo un brillante sol de finales de verano ruedan hacia el sur.

El Teniente Störck está siendo atendido por un médico que le ajusta un yeso en la parte de atrás de su mano herida cuando el vehículo de mando blindado del General Model llega al puente.

El Teniente le da su informe. Model está encantado. “Este puente vale tanto como una división, Störck.” Al mismo tiempo, los artilleros rusos vuelven a comenzar a bombardear el puente. Pero su puntería es mala, y los proyectiles caen en el agua. El General desciende a la orilla. Los Panzer del 1º Batallón del 6º Regimiento Panzer, seguidos por la 2ª Compañía del 394º Regimiento de Infantería, se adentran en la cabeza de puente. El sonido de la batalla enfrente crece en intensidad - el hueco detonar de los morteros y el traqueteo de las ametralladoras, salpicados por el agudo ladrido del cañón de 5 cm de la 2ª Compañía del Teniente Vopal. Los rusos reúnen a todas las fuerzas que pueden y, apoyados por tanques y artillería, las lanzan contra la todavía pequeña cabeza de puente alemana. Intentan eliminarla y reconquistar el puente de Novogorod-Severskiy – o al menos destruirlo.

Pero Model sabe lo que significa el puente. No necesita que Guderian se lo recuerde por teléfono. “¡Mantenedlo a cualquier precio!” El puente es su oportunidad de deslizarse rápidamente por detrás del Grupo de Ejércitos Suroeste de Budenny golpeando desde el norte. Si el Grupo Panzer de Kleist que opera dentro del Grupo de Ejércitos Sur de Rundstedt, avanza a través del bajo Dnieper y gira hacia el norte, entonces se constituirá una enorme bolsa, mayor de lo que el más loco estratega podría jamás soñar.

Sieg Heil!
In Ostem nun marschieren wir!

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