martes, 2 de noviembre de 2010

Los ingleses desembarcan en Creta - 02/11/1940.

Camaradas,

Las primeras tropas británicas han desembarcado en la isla de Creta no sin incidentes, porque la Regia Aeronautica ha enviado a varios aviones que han castigado con fuego de ametralladora y bombas las ciudades portuarias de Canea y Retimo, donde se han producido los desembarcos más importantes. Una vez más, Gran Bretaña demuestra cuáles son sus verdaderos intereses. Cuando los ejércitos del Duce avanzan a través de las montañas griegas junto a la frontera albanesa, en vez de acudir allí donde más es requerida su presencia, Gran Bretaña vela por sus propios intereses y ocupa la estratégica isla de Creta, muy importante en el escenario de guerra del Mediterráneo oriental pero inútil en una operación terrestre como la que está teniendo lugar en estos momentos.

Enclave estratégico de la isla de Creta.

 Mientras tanto, la que también sabe mucho de puntos estratégicos es Italia, que bombardea sistemáticamente objetivos tan diversos como el Pireo, puerto de Atenas; Salónica, enclave principal de Macedonia; Corfú, crucial en el avance italiano a lo largo del litoral epirota; Jiarissa y Tebas, por donde discurre la vía férrea Atenas-Salónica; Metsovo, el paso de montaña entre Epiro y Tesalia; Castoria, una de las puertas a Macedonia; Megara, sobre la línea entre Corinto y Atenas. Sin embargo, todos estos puntos se encuentran demasiado cerca de los combates, o al menos de la Grecia continental y claro, no resultan tan interesantes a los codiciosos ojos ingleses.

Bombarderos italianos en formación cerrada se dirigen a sus objetivos.

Los que todo lo saben —¿cómo podrán saberlo todo y predecirlo todo y sin embargo equivocarse, en casi todo?—aseguran que al Eje se le entenebrece el cielo por lo de Egipto y Grecia, que le multiplica cuidados diplomáticos y conflictos guerreros; pero la lógica del hombre sencillo dice precisamente lo contrario, que a quien se le multiplican los conflictos es a la ex aliada de Francia. En Egipto y Grecia no combate Italia a Grecia ni a Egipto, sino a Inglaterra y, si ésta ayuda, que los ayudará, es ella quien agranda su frente y descuida su propia casa para acudir a las ajenas donde dispone a su antojo como si de un Gobernador romano en tierra bárbara se tratase.

Desde luego, los hechos demuestran que al Eje no le apuran los nuevos conflictos puesto que no ha rehuido ni soslayado ninguno sino que, por el contrario, sus líderes se reúnen para afrontarlos. Incluso ahora vemos que al iniciarse el avance italiano en Grecia, que anda en muy buenos pasos, las noticias internacionales admiten la posibilidad de una paz inmediata.

Civiles albaneses del norte de Epiro reciben brazo en alto a los libertadores italianos.

No será Italia quien la pida, puesto que fue de ella de quien partió el ultimátum, y en cuanto a las aseveraciones de revueltas anti-italianas en Albania, la lógica del hombre sencillo dice que son falsas y además absolutamente inverosímiles. El odio albanés contra Grecia es histórico y secular, y después de las guerras balcánicas de 1912 y 13 aún se exacerbó más y también contra Inglaterra. Por eso, sólo vítores despierta en Albania el paso de las tropas italianas.

Una comitiva griega acude a saludar a los italianos.

A propósito del espléndido aislamiento, no diré que Inglaterra carezca de amigos, que los tiene, en Ultramar, aunque no más decididas que los cercanos; porque el único cercano es el ex Negus, que ha prometido formalmente volver, a Abisinia para dirigir la insurrección contra Italia. La lógica del hombre sencillo se acuerda de que en Abisinia sólo se ama a los guerreros propiamente dichos -valientes y activos-, no así a los intrigantes que en cuanto sonó el primer tiro salieron corriendo hacia Londres a ponerse a buen recaudo. Piensa el hombre sencillo que la represalia inglesa bombardeando Nápoles para causarle un muerto y cinco heridos es una prueba más de despechada debilidad.

En los despachos ingleses se dice que sus aviadores volvieron a las bases muy contentos de haberle-hecho la competencia al Vesubio. Pero el Vesubio está completamente tranquilo y los napolitanos tanto que, al ver llover fuego unos rninutos, como sabían que no era de su volcán, lo atribuyeron a alguna alegre e “inofensiva pirotecnia.” Más fácil es que Pompeya resucite en Londres, que no que se renueve en la clara tierra del milagro partenopeo. En Roma, y en las demás ciudades de Italia se ha escuchado la noticia por radio como quien oye llover.

Viva l’Italia!
Vinceremo!

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