domingo, 21 de noviembre de 2010

Los buques corsarios del Führer - 21/11/1940.

Camaradas,

Desde su ascenso al poder, el Führer estuvo decidido a devolverle a la flota de superficie alemana el esplendor de otros tiempos. Con esta idea en mente surgió la Kriegsmarine y se construyeron los nuevos buques de guerra capaces de defender la bandera del Reich en los mares. Pero los planes del Führer eran mucho más ambiciosos: perseguía nada más ni nada menos que disputarle a la Royal Navy la hegemonía en los océanos del mundo.

El Führer contempla un modelo a escala de las futuras unidades de la Kriegsmarine.

Así fue cómo a principios de 1939 se concibió el Plan Z, mediante el cual en un plazo de 5 años la Kriegsmarine llegaría a contar con diez acorazados, cuatro portaaviones, tres cruceros de batalla, ocho cruceros pesados, 44 cruceros ligeros, 68 destructores y 249 U-Boote. Con semejante poder naval, la superioridad de la Royal Navy se habría llegado a ver notablemente comprometida.

Por desgracia, cuando los belicistas Aliados decidieron imponer sobre el Reich esta guerra, el Plan Z distaba mucho de estar terminado. Muy a nuestro pesar, en septiembre de 1939 la Kriegsmarine no se podía enfrentar en un combate cara a cara con la Royal Navy por el estilo de la Batalla de Jutlandia, y hubo de enviar a sus escasas unidades de guerra en audaces incursiones contra las rutas mercantes británicas, como la que llevó a cabo el acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee o la que en la actualidad lleva a cabo su unidad gemela el Admiral Scheer.

El daño que estas unidades de guerra han infringido al tráfico mercantil británico ha sido muy notable, pero el Alto Mando alemán no es ajeno al gran riesgo que conllevan sus misiones y al hecho de que, una vez localizadas, la Royal Navy pueda convocar a todas sus unidades navales situadas en las inmediaciones y darles caza. A diferencia de los submarinos, que pueden soslayar la vigilancia británica refugiándose bajo el nivel de las aguas, los buques de superficie no cuentan con ninguna protección salvo el camuflaje.

El Pinguin: en apariencia, un inofensivo mercante; en realidad: un mortífero buque de guerra.

El camuflaje… una idea que no ha dejado de estar presente en la mente del Führer y de los Altos Mandos de la Kriegsmarine, quienes al poco tiempo de comenzar las hostilidades rescataron un concepto de la guerra naval de superficie que ya había sido ejecutado con éxito durante la Gran Guerra: los buques corsario o, en su denominación oficial, cruceros auxiliares. Estos buques no son otra cosa que buques mercantes modificados a los que se han instalado piezas de artillería ocultas, tubos lanzatorpedos, minas, hidroaviones, lanchas rápidas de asalto y otros medios ofensivos, y que además cuentan con municiones y víveres suficientes como para efectuar largas campañas así como con un completo “set” de camuflaje que permite a cada uno de los buques corsario adquirir un sinnúmero de aspectos. Así, bajo la inofensiva apariencia de un buque mercante de bandera neutral, estos buques han logrado infiltrarse en las rutas mercantes británicas más distantes y sembrar el pánico entre los enemigos del Reich allá donde se encuentren.

Hasta la fecha, la Kriegsmarine ha lanzado a los mares una primera oleada formada por seis de estos buques: el Orion, el Atlantis, el Widder, el Thor, el Pinguin y el Komet, de los cuales ya se han relatado algunas hazañas.

Hablaremos hoy del Pinguin, conocido por la Kriegsmarine como Schiff 33 (Buque 33), que sólo en los últimos cuatro días se ha distinguido con la destrucción o captura de tres buques británicos con un registro bruto de más de 26.000 toneladas.

El Pinguin, cuando todavía era el Kandelfels.

El Pinguin, de 7.766 toneladas y 155 metros de eslora, fue construido en 1936 en los astilleros Weser Werk de Bremen para la empresa Hansa, con el nombre de Kandelfels. Su transformación comenzó a principios de 1940, cuando fue dotado de cañones de 152mm provenientes del antiguo acorazado Schliesen y provisto de una gran carga de minas marinas (300), así como de varios cañones de 37 y 20 mm para su defensa antiaérea.

Ruptura hacia el Atlántico.

Zarpó de Alemania el 15 de junio de 1940 bajo el mando del Fregattenkapitän Ernst-Felix Kruder, navegando junto a la costa de Noruega disfrazado bajo la apariencia del carguero ruso Petschura y cubierto por fuertes lluvias y tormentas que imposibilitaron a las unidades británicas detectarlo y obligaron a su escolta de torpederos a volver a puerto. Algunos días más tarde, cruzó el Estrecho de Dinamarca rumbo a su zona de operaciones en el Atlántico, que alcanzó a mediados de julio y se encargó de abastecer a los submarinos alemanes del Atlántico.

El Pinguin, camuflado como el mercante griego Kassos, se encuentra con un U-Boot en pleno Atlántico.

A finales de julio el Pinguin atacó y capturó al mercante británico Domingo de Larrinaga de 5.350 toneladas cerca de las islas Ascensión. Después de hacerse con los prisioneros el Pinguin hundió al Domingo de Larrinaga con un torpedo

Después de este ataque el Pinguin se dirigió al Océano Índico cerca de Madagascar, donde uno de sus hidroaviones descubrió un petrolero sin identificación, ametralló el puente y aterrizó cerca de él a la espera de la llegada del Pinguin que al cabo de una hora llegó al punto y capturó el petrolero, que resultó ser el noruego Filefjell de 7.600 toneladas. Al cabo de unas pocas horas fue avistado el petrolero British Commander, que trató de huir pero fue destruido tras una breve persecución. Tras ser rematado este petrolero, los vigías del Pinguin descubrieron un nuevo buque en las cercanías: el carguero noruego Morviken de 5.000 toneladas, que también fue echado a pique.

El British Commander, sentenciado.

A continuación el Pinguin se dirigió hacia Australia, en cuya costa el Capitán Kruder decidió desplegar un campo minado que no tardaría en cobrarse víctimas. Después, el 11 de septiembre avistó y hundió al carguero Benavon de 5.900 toneladas. El 16 de septiembre, en la ruta de Melbourne a Africa del Sur, el Pinguin capturó al Norward sin disparar un solo tiro.

El 7 de octubre capturó al petrolero noruego Stordstad de 9.000 toneladas cargado con 12.000 de petróleo y 500 de carbón. Los alemanes decidieron apropiarse de este petrolero y transferirle 100 minas con el objetivo de fondear un campo de minas en el Estrecho de Bass entre Australia y Tasmania mientras el Pinguin hacía lo propio entre Sydney y Newcastle. Estas operaciones se llevaron a cabo entre los días 28 de octubre y 6 de noviembre, en las horas de oscuridad, dejándose sentir sus efectos muy pronto. Los buques ingleses Herford y Cambridge así como el norteamericano City of Rayville con 17.000 toneladas de desplazamiento en total se fueron a pique el 8 de noviembre en la zona del estrecho de Bass. En los días siguientes, otros 5 buques, con 29.000 toneladas de desplazamiento, se fueron a pique por las minas fondeadas por el Pinguin.

El Capitán Kruder, un imaginativo Comandante.

Finalmente, en la tarde del 17 de noviembre, hace apenas cuatro días, el Pinguin capturó al carguero noruego Nowshera, de 7.900 toneladas, con 9.000 toneladas de mineral de zinc a bordo, tomando prisionera a su tripulación y hundiendo al buque a cañonazos. Ayer 20 de noviembre, uno de sus hidroaviones atacó al frigorífico inglés Maimoa, que pudo resistir hasta que el Pinguin llegó a la zona y comenzó a cañonearlo. El Maimoa se rindió y también fue hundido tras ser capturada su tripulación. Esa misma noche, el Stordstad, que aún viaja con el Pinguin, ha divisado a otro buque en las cercanías detrás del cual se ha lanzado el corsario, que ha logrado capturarle al poco tiempo, ya entrado el día de hoy. Se trata del buque frigorífico Port Brisbane de 8.000 toneladas que transporta 5.000 toneladas de carne congelada con destino a Inglaterra. ¡Menudo festín para nuestros muchachos!

Es lebe Deutschland!

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