Camaradas
En una cuando menos curiosa jugarreta del Destino, precisamente el mismo día que Roosevelt ha pretendido negarle el pan y la lumbre a los niños alemanes, el Embajador alemán Friedrich Werner von der Schulenburg ha firmado en Moscú con Vyacheslav Molotov un nuevo tratado comercial mediante el cual se prolongan y amplían hasta agosto de 1942 los acuerdos comerciales que se habían rubricado entre Alemania y la Unión Soviética el pasado 11 de febrero de 1940.
Las relaciones comerciales entre Hitler y Stalin, viento en popa.
La Unión Soviética ha acordado enviarle a Alemania materias primas valoradas en 650 millones de Marcos Alemanes a cambio de recibir la misma cantidad en tecnología y maquinaria alemana. Además, el Reich se ha comprometido a reasentar en el interior del Reich a cerca de dos millones y medio de Volksdeutsche residentes en territorios bálticos y balcánicos bajo el control soviético.
El acuerdo alcanzado supone que Alemania recibirá un millón de toneladas de combustible y dos millones y medio de toneladas de grano soviético, así como grandes cantidades de metales no-ferrosos y preciosos. El Reich ha conseguido lo que Gran Bretaña y los Estados Unidos llevan persiguiendo durante décadas sin ningún resultado, y todo se lo debemos a nuestro Führer.
Un tren de mercancías soviéticas llega a Berlín.
Ahora, Winston Churchill puede seguir ufanándose del éxito de su política de bloqueo económico y de hambre contra Alemania. Muy sordos o muy tontos serán los que continúen creyendo a ese charlatán.
Es lebe Deutschland!
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