Camaradas,
Al amanecer de hoy, 21 de enero de 1942, la siguiente Orden del Día ha sido leída en todas las unidades del Panzergruppe Afrika:
¡Soldados alemanes e italianos!
Habéis combatido en duras batallas contra un enemigo superior en número, sin embargo, vuestra moral es inquebrantable. En este momento superamos en número al enemigo situado inmediatamente ante nosotros. En consecuencia, el Panzergruppe lanzará hoy un ataque para derrotarlo. Espero que cada soldado dé lo mejor de sí durante estas jornadas decisivas.
¡Viva Italia! ¡Viva el Gran Reich Alemán! ¡Viva el Führer!
El Comandante en Jefe,
Erwin Rommel.
General der Panzertruppe.
Mientras aguarda a que sus Panzer arrancaran los motores, Rommel ha recibido la noticia de que el Führer le ha concedido las espadas a su Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro. Un extraordinario augurio. Antes de partir para la batalla, Rommel todavía ha hallado tiempo para escribir una carta a su mujer:
Queridísima Lu,
Dentro de dos horas el ejército lanzará su contraataque. Después de sopesar concienzudamente todos los pros y contras he decidido arriesgarme. Confío firmemente en que el Señor tenderá su mano protectora sobre nosotros y nos otorgará la victoria...
Lo que Auchinleck, en un alarde de perspicacia, había considerado "improbable", está a punto de suceder. La fortuna sonríe a los audaces, y la Providencia ha dispuesto que casualmente hoy tanto Auchinleck como Ritchie se encuentren fuera de El Cairo. El resumen del día del Servicio de Inteligencia británico ha informado diligentemente de grandes números de vehículos del Eje sobre la carretera costera, la Via Balbia, pero esta noticia no ha alarmado a nadie en el Octavo Ejército. La naturaleza también ha realizado su propia aportación a los acontecimientos. La noche del 20 al 21 de enero ha visto una reedición a pequeña escala de las primeras etapas de la Operación Crusader. En esta ocasión les ha tocado a los británicos, cuyos aviones han quedado en tierra por estar las pistas de despegue empapadas. Las peores condiciones de todas han estado en Antelat, donde el aeródromo se ha convertido en lo que un testigo a descrito como "pasta de chocolate." Temerosa de que sus aviones fuesen sorprendidos en tierra, la RAF ha evacuado cuatro escuadrones a Msus y otro a Gazala a primera hora. La Luftwaffe apenas puede pedir más.
Rommel conversa con Stefan Fröhlich, General de la Luftwaffe, responsable del apoyo aéreo del Panzergruppe Afrika en su calidad de Fliegerführer Afrika.
En Giof el Matar, mientras tanto, el frente se encuentra tan tranquilo que cuando, el 21 de enero, el Cuartel General del Batallón de Reconocimiento del 7º Regimiento Sudafricano recibe la orden de regresar a Egipto, nadie pone objeciones.
Lo cierto es que nadie –los generales británicos en particular- creía que fuera posible que Rommel pudiera organizar una contraofensiva tan rápidamente después de haber sido rechazado de vuelta a El Agheila.
El Zorro del Desierto había recibido órdenes del Führer de no atacar, y los británicos estaban confiados en que los Panzer de Rommel habían sido tan severamente castigados durante la Operación Crusader que transcurrirían meses antes de que los alemanes pudiesen organizar ninguna operación de envergadura, momento para el cual una nueva ofensiva británica ya habría expulsado a Rommel de África.
Los enemigos del Reich y del mundo civilizado no han sabido calcular la capacidad de Rommel de recuperarse de una situación adversa y responder con rapidez. Dos convoyes italianos le han traído refuerzos blindados –la Fuerza K de la Royal Navy con base en Malta, diezmada, ha sido incapaz de detenerlos- y su Inteligencia sabe que la 1ª División Acorazada Británica es una formación sin experiencia en la guerra en el desierto..
Carros de combate italianos junto al vehículo de Rommel.
Así, con el propio Rommel al frente de una columna blindada, los tanques alemanes han rodado al amanecer en dos líneas de avance bajo un poderoso apoyo aéreo. Su objetivo es Agedabia en Cirenaica Occidental, y los Panzer han caído sobre los británicos justo cuando estos se encontraban desayunando al sol. Los Panzer se han detenido tan sólo cuando se han quedado sin combustible, con Rommel jugándoselo todo en el efecto sorpresa y en su propia habilidad estratégica, con las que espera rechazar a los británicos hacia el este
A medida que el Panzergruppe avanza, rápidamente se dan cuenta todos de que el terreno, "ondulante como las olas del mar" tal y como lo ha descrito uno de los soldados del Afrika Korps, va a suponer un obstáculo formidable. Aparte de las barreras naturales, no obstante, hay poco que pueda detener al Panzergruppe. El 1º Grupo de Apoyo Británico no ha desplegado ninguna línea en el sentido tradicional del término que pueda ser defendida; en lugar de ello, su artillería ha combatido en una serie de acciones defensivas individuales contra los grupos hostiles de Panzer alemanes.
Panzer marsch!
En cuestión de horas, la 1ª División Acorazada Británica emprende la retirada general, rodando a toda velocidad a través del desierto para evitar quedar atrapada por los Panzer. Un oficial alemán describe la huida británica como “una de las más extraordinarias persecuciones de la guerra.”
Incluso ahora, con los tanques británicos huyendo a 40 kilómetros por hora y una división india completa bajo la amenaza de cerco, el Teniente General Neil Ritchie, Comandante del Octavo Ejército, aparentemente sigue convencido de que el avance alemán no se trata más que de una operación de reconocimiento. Los subordinados de Ritchie están preocupados por su falta de decisión y el Mayor General Frank Messervy insinúa que el comandante ha perdido la chaveta.
Al caer la noche, el 1º Grupo de Apoyo ha perdido 16 piezas de artillería y proporcionales cantidades de equipo sin haber obtenido ninguna victoria a cambio. Mientras tanto, el Panzergruppe ha logrado avanzar entre 16 y 18 kilómetros. ¡Rommel vuelve a ponerse en marcha!
Die Panzer rollen in Afrika vor!
Es lebe der General der Panzertruppe Erwin Rommel!
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