Erich von Manstein es uno de los oficiales más brillantes y destacados con que cuenta hoy la Wehrmacht. Hijo de una familia de aristócratas prusianos, desde la cuna su vida ha estado enfocada hacia la tradición militar. Con una hoja de servicios intachable, participó en el Frente Oeste y Este de la Gran Guerra, siendo herido gravemente y recibiendo varias condecoraciones al valor. Después, siguió adscrito al Ejército y al desatarse la guerra actual ha formado parte del Estado Mayor de von Rundstedt durante las campañas de Polonia y Francia, hasta que el pasado febrero fue puesto al frente del LVI Cuerpo Panzer, con el que está participando en la Operación Barbarroja encuadrado en el 4º Grupo Panzer del Grupo de Ejércitos Norte.
El Führer y toda Alemania le deben mucho a von Manstein; no en vano fue él el principal ideólogo de la estrategia principal de Fall Gelb y quien convenció al Führer de que el éxito en el Oeste estaba en un ataque a través de las Ardenas. A la postre, el Plan Manstein fue la clave de la victoria en la Campaña del Oeste al propiciar el embolsamieno en Bélgica del grueso del Ejército Aliado, obligándole a huir en estampida hasta Dunkerque y después al otro lado del Canal de la Mancha.
El General von Manstein.
El Führer y toda Alemania le deben mucho a von Manstein; no en vano fue él el principal ideólogo de la estrategia principal de Fall Gelb y quien convenció al Führer de que el éxito en el Oeste estaba en un ataque a través de las Ardenas. A la postre, el Plan Manstein fue la clave de la victoria en la Campaña del Oeste al propiciar el embolsamieno en Bélgica del grueso del Ejército Aliado, obligándole a huir en estampida hasta Dunkerque y después al otro lado del Canal de la Mancha.
El texto que vamos a leer a continuación está escrito por el propio Manstein, y supone una inmejorable crónica de las operaciones que ha llevado a cabo su LVI Cuerpo Panzer durante estos últimos días. Los dos Cuerpos Panzer del 4º Ejército Panzer de Hoepner, el XLI Cuerpo Panzer de Reinhardt y el LVI Cuerpo Panzer de Manstein, constituyen las puntas de lanza del Grupo de Ejércitos Norte que se dispone a conquistar Leningrado.
El objetivo de Von Manstein no es otro que tomar Novgorod y, a continuación, cortar en Chudovo la línea del ferrocarril que une Moscú y Leningrado. Sin embargo, el pasado día 14 de julio, aprovechándose del vulnerable aislamiento de los alemanes y tal vez espoleado por las críticas de la Stavka, el 11º Ejército Soviético atacó al LVI Cuerpo Panzer cerca de Soltsy. Con el apoyo del 1º Cuerpo de Ejército Soviético en la retaguardia, las fuerzas de Vatutin combatieron con denodada desesperación. El brazo norte del ataque soviético se componía principalmente del 10º Cuerpo Mecanizado y el brazo sur del 16º y 11º Cuerpos de Fusileros. Los soviéticos lograron aislar a la 8ª División Panzer, situada en vanguardia, del resto del LVI Cuerpo Panzer que, rodeado en terreno pantanoso, no podía maniobrar por las estrechas e intrincadas carreteras.
A continuación transcribiremos las propias palabras de Manstein (Victorias Frustradas), relatándonos cómo ha vivido y superado la crisis. En sus palabras, genial documento histórico, se traslucen las dificultades que entraña la gestión de las grandes unidades de un Ejército, los roces que se producen entre los diferentes mandos y la genialidad de los líderes que, como von Manstein, saben crecerse ante la adversidad y alzarse victoriosos de las situaciones más difíciles..
El LVI Cuerpo Panzer avanzaría, desviándose nuevamente hacia el este, por Porchov-Novgorod, para poder cortar cuanto antes por Tschudovo las comunicaciones entre Leningrado y Moscú. Finalidad ésta muy importante sin duda, pero tarada de antemano por la necesidad de separar otra vez a los dos cuerpos de tanques, con el siguiente peligro de cada uno de los grupos, por su parte, careciese de la indispensable pujanza Tanto más probable resultaba este riesgo, cuanto que el terreno que habían de recorrer hasta Leningrado, pantanoso en muchas zonas y boscoso en general, se prestaba ya muy poco de por sí para el empleo de los tanques.
El General Reinhardt (con monóculo y gafas de motorista) con Walter Krüger, Comandante de la 1ª División Panzer.
El objetivo de Von Manstein no es otro que tomar Novgorod y, a continuación, cortar en Chudovo la línea del ferrocarril que une Moscú y Leningrado. Sin embargo, el pasado día 14 de julio, aprovechándose del vulnerable aislamiento de los alemanes y tal vez espoleado por las críticas de la Stavka, el 11º Ejército Soviético atacó al LVI Cuerpo Panzer cerca de Soltsy. Con el apoyo del 1º Cuerpo de Ejército Soviético en la retaguardia, las fuerzas de Vatutin combatieron con denodada desesperación. El brazo norte del ataque soviético se componía principalmente del 10º Cuerpo Mecanizado y el brazo sur del 16º y 11º Cuerpos de Fusileros. Los soviéticos lograron aislar a la 8ª División Panzer, situada en vanguardia, del resto del LVI Cuerpo Panzer que, rodeado en terreno pantanoso, no podía maniobrar por las estrechas e intrincadas carreteras.
A continuación transcribiremos las propias palabras de Manstein (Victorias Frustradas), relatándonos cómo ha vivido y superado la crisis. En sus palabras, genial documento histórico, se traslucen las dificultades que entraña la gestión de las grandes unidades de un Ejército, los roces que se producen entre los diferentes mandos y la genialidad de los líderes que, como von Manstein, saben crecerse ante la adversidad y alzarse victoriosos de las situaciones más difíciles..
Vehículos semioruga, artillería autopropulsado Sturmgeschutze y otros vehículos del LVI Cuerpo Panzer avanzan por el terreno abierto característico de las primeras semanas de Barbarroja. Una vez cruzado el Río Velikaya, von Manstein se ha visto maniobrando en un terreno mucho más difícil.
El LVI Cuerpo Panzer avanzaría, desviándose nuevamente hacia el este, por Porchov-Novgorod, para poder cortar cuanto antes por Tschudovo las comunicaciones entre Leningrado y Moscú. Finalidad ésta muy importante sin duda, pero tarada de antemano por la necesidad de separar otra vez a los dos cuerpos de tanques, con el siguiente peligro de cada uno de los grupos, por su parte, careciese de la indispensable pujanza Tanto más probable resultaba este riesgo, cuanto que el terreno que habían de recorrer hasta Leningrado, pantanoso en muchas zonas y boscoso en general, se prestaba ya muy poco de por sí para el empleo de los tanques.
Pero lo más lamentable aún era el hecho de que se hubiese privado al LVI Cuerpo de la División Totenkopf de las SS, ya relevada de Sebesh-Opotschka por la 290ª División de Infantería y mantenida ahora como reserva del Grupo Panzer al sur de Ostrov. De suerte que, lo mismo que al partir de la frontera alemana, el centro de gravedad del Grupo Panzer volvía a recaer en el cuerpo izquierdo del grupo de ataque, o sea, en el XLI Cuerpo, mentras que al LVI Cuerpo, destinado al amplio rodeo por Tschudovo, se le mandaba a la aventura con una sola división motorizada y una de tanques. Por si fuera poco, se le dejaba sin la imprescindible cobertura de la División Totenkopf de las SS, escalonada a la derecha de su expuesto flanco sur, aun sabiendo que las fuerzas enemigas con las que hasta ahora había luchado el Cuerpo quedaban derrotadas y rechazadas, pero no aniquiladas.
El mando, después de todo, estaba convencido de que la seguridad del cuerpo seguiría dependiendo de la rapidez de sus evoluciones.
Un Panzer IV de la 8ª División Panzer atraviesa un curso de agua junto a un puente destruido. La imagen nos da idea de la dificultad del avance.
La 3ª División Motorizada, al principio disponible en Ostrov, ya había tomado Porchov el 10 de julio, tras dura lucha, y fue seguidamente emplazada en una carretera secundaria al norte. La 8ª División Panzer debería a su vez avanzar por Zoltsy, a fin de apoderarse a la mayor brevedad del paso sobre el Mschaga en su desembocadura en el lago de Ilmen, esencial para continuar el avance.
En constantes y, por lo general, duras luchas, seguimos avanzando los primeros días, sin que el enemigo se dejase sentir por ahora sobre nuestro desguarnecido flanco sur hasta el 14 de julio, en que, a primera hora de la mañana, fue atacado el puesto de mando del comando general, situado en el lado norte del río Shelon. Aquel mismo día, la 8ª División Panzer, que después de dura lucha con un enemigo bien pertrechado de artillería y tanques pesados había tomado Zoltsy, avanzó todavía, por indicación mía, hasta el sector del Mschaga, hallando el puente ya volado.
Entretanto, el mando del Grupo Panzer había dislocado el centro de gravedad o eje de su avance aún más al oeste de la carretera de Luga. Al XLI Cuerpo Panzer, con sus tres unidades rápidas, le había hecho avanzar de Pskov hacia el norte, para cerrarle el paso al enemigo que al norte del Lago Peipus se replegaba sobre Narva. Este cuerpo solamente había dejado cubriendo la carretera a Luga la 269ª División de Infantería.
Con eso el LVI Cuerpo Panzer venía a quedarse de pronto más desamparado y alejado de todo concurso en su maniobra de desviación para rodear por Tschudovo, de lo que lo había estado nunca hasta entonces. Por lo que el mando hubo de hacer presente al del Grupo que para alcanzar el objetivo propuesto se hacía indispensable la inmediata asignación de la División Totenkopf de las SS; además de la del I Cuerpo de Ejército del 16º Ejército, que habría de seguir muy de cerca a las anteriores fuerzas.
Avance del 4º Grupo Panzer y contraataque soviético en Zoltsy.
Pero antes de que esta demanda se tradujese en una medida cualquiera, el LVI Cuerpo se hallaba ya en apurada situación. Muy inquietantes eran, en efecto, las noticias que el amanecer del 15 de julio llegaban al puesto de mando junto al Shelon, al oeste de Zoltsy. El enemigo había caído con importantes efectivos procedentes del norte sobre el flanco de la 8ª División Panzer, a la altura del Mschaga, al paso que desde el sur había avnazado también y cruzando el Shelon, apoderándose de Zoltsy. Con lo que el grueso de los combatientes de la 8ª División Panzer, situado entre Zoltsy y el Mschaga, quedaba escindido de las últimas fracciones de la unidad con las que se hallaba el mando. Además, también a nuestra espalda había cuidado el enemigo de cerrar la puerta, situándose con fuertes contingentes llegados del sur en nuestra carretera de aprovisionamiento, al paso que la 3ª División Motorizada, que más adelante avanzaba por el norte, se veía asaltada en esta dirección y la nordeste por superiores fuerzas enemigas en Maly Utogorsch.
Era evidente el propósito del enemigo de embolsar al aislado LVI Cuerpo Panzer. La ausencia de la División Totenkopf de las SS, como cobertura de retaguardia del flanco derecho, le había permitido a aquél disponer para atacar por el Shelon las fuerzas que tenía a nuestro flanco sur. Y, a su vez, la ausencia del XLI Cuerpo Panzer de la carretera de Luga dejaba al enemigo allí entretenido antes, con las manos libres para atacarnos por nuestro flanco norte.
De momento, la situación del cuerpo era de todo menos de envidiable, y era realmente para preguntarse si no nos habríamos arriesgado demasiado. ¿No habríamos descuidado la vigilancia del enemigo por nuestro flanco sur más de lo debido, tal vez engañados por nuestros éxitos anteriores? Bien es verdad que, por otra parte, ¿qué íbamos a hacer, si no, si queríamos tentar alguna posibilidad de llevar a buen término la misión encomendada? Como estaba la situación, no había más remedio que retirar por Zoltsy la 8ª División Panzer para escapar al cerco inminente, y aún se necesitaría que también la 3ª División Motorizada se desprendiese por de pronto del enemigo para que el cuerpo recobrase su libertad de movimientos. Se siguieron unos días críticos, en los que el enemigo trató por todos los medios de mantener el cerco, no sólo con divisiones de fusileros, sino también con dos de tanques y considerables efectivos de artillería y aviación. A pesar de todo, la 8ª División Panzer logró romper por Zoltsy hacia el oeste y reunir así sus fuerzas, no sin que algunas veces tuviésemos que aprovisionarla desde el aire. Por su parte, la 3ª Motorizada pudo también desprenderse del enemigo después de haber rechazado nada menos que diecisiete ataques. Entretanto se había conseguido así mismo despejar la carretera de aprovisionamiento del Cuerpo, una vez que el mando del Grupo Panzer hubo puesto a disposición del cuerpo la División Totenkopf de las SS.
Por fin, el 18 de julio pudimos dar por resuelta la crisis. Ahora se hallaba el cuerpo firmemente afianzado en un frente orientado al este y nordeste, respectivamente, a la altura aproximada de Dno, y podíamos relevar con la División SS Totenkopf a la 8ª Panzer para concederle algún descanso. En cuanto al descubierto flanco sur, también había desaparecido el peligro, gracias a la incorporación del I Cuerpo de Ejército del 16º Ejército, que se acercaba a Dno.
De algún consuelo nos sirvió también la captura en un avión de un escrito del Mariscal Soviético Voroschilov, a quien había conocido yo en 1931 y que ahora mandaba las fuerzas enemigas de nuestro frente. De su lectura se desprendía que una parte importante de los ejércitos soviéticos había sido desbaratada, especialmente en las batallas en torno a Zoltsy.
Detalle del contraataque de Zoltsy entre el 14 y el 18 de julio.
Como es lógico, durante los días del cerco sólo habíamos podido comunicar con la retaguardia por radio o avión en el mejor de los casos. Ahora, tan pronto como las comunicaciones quedasen restablecidas, nuevamente cayó sobre nosotros el considerable aluvión de papel. Especial mención merece un telegrama en que el mando supremo nos hacía una pregunta preñada de amenazas. Por lo visto, la radio de Moscú se había precipitado un poco a celebrar nuestro embolsamiento, y con tal motivo parece que había hablado de que entre el botín hecho por las tropas soviéticas figuraban importantes documentos secretos. En realidad, se trataba de instrucciones estrictamente confidenciales relativas a los lanzahumos Nebelwerfer, un arma nueva que también podía disparar proyectiles incendiarios de gasolina con los que los rusos no acababan de simpatizar. Tan poca gracia les había hecho el nuevo ingenio bélico, que los servicios de radio del frente enemigo nos conminaban a cesar en el empleo de tales proyectiles si no queríamos vernos gaseados. (Cosa que no podían hacer, por la sencilla razón de que tampoco ellos contaban con suficiente protección antigás.) Era, por tanto, comprensible que Radio Moscú jalease muy ufana la trascendencia del documento apresado. A nosotros, en cambio, nos preguntaba el alto mando “cómo era posible” que un secreto tan delicado hubiese ido a caer en manos del enemigo. Ahora bien, el documento no les había sido apresado a nuestras fuerzas combatientes, como se comprenderá, sino a una columna de suministros al sernos ocupada la carretera de aprovisionamiento; percance que fácilmente puede repetirse con cualquier cuerpo Panzer que se encuentre muy alejado del grueso del ejército. Por eso contestamos relatando fielmente lo sucedido, con la observación de que en lo sucesivo, para no dar lugar a censuras como aquélla, cuidaríamos mucho de no alejarnos de la línea de frente los 100 kilómetros que entonces nos habíamos adelantado.
Ya el 19 de julio nos comunicaba el mando de tanques la disposición tomada de que el LVI Cuerpo Panzer avanzase hasta ahora por Luga a Leningrado, para lo que ponían a nuestras órdenes a la 269ª División de Infantería, situada en la carretera de Luga. Nuestra propuesta de reunir de una vez todos los efectivos del Grupo Panzer, y precisamente en la zona este de Narva – puesto que la dirección de avance por Luga nos parecía poco indicada por sus extensos bosques, mientras que de Narva partían cuatro carreteras utilizables hasta Leningrado-, tampoco tuvo aceptación. Además, se nos encomendaba como primera tarea marchar todavía con el I Cuerpo de Ejército en dirección este contra el sector Mschaga, ya antes alcanzado. De lo que cabía inferir que el alto mando seguía en sus trece de poner por obra el plan de una ambiciosa maniobra de rodeo, incluso por el este del lago de Ilmen. En consecuencia, nos lanzamos, por de pronto, con el I Cuerpo de Ejército contra el enemigo, al que hicimos retroceder más alla de Mschaga.
Es lebe der General der Panzertruppen Erich von Manstein!
Sieg Heil!
Es lebe der General der Panzertruppen Erich von Manstein!
Sieg Heil!
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