Camaradas,
La situación en el frente, que para el bando soviético podría describirse de una manera muy escueta: catástrofe, ha obligado a Joseph Stalin a pronunciar un discurso que ha sido radiado por todas las emisoras soviéticas.
Stalin, el peor enemigo de Stalin.
Stalin, el tenebroso cómitre de la Unión Soviética, alza su voz como el verbo de la destrucción y del odio. Al oírlo diríase que escuchamos a los Comisarios Políticos del Ejército Rojo bramar sus amenazas con las que amedrentan a sus propios soldados antes de lanzarlos a la muerte segura o antes de ejecutar a sus enemigos de un tiro en la nuca. Examinemos atentamente las palabras del sangriento dictador, porque lo que transmiten no es más que una consigna: destrucciones implacables, devastaciones de fábricas y campos, formación de zonas de desierto y de hambre. En definitiva, un sinfín de padecimientos para su propia población civil.
Por desgracia, estos criminales no saben ni ganar ni perder. No admiten la derrota pero tampoco la expiación. Se revuelven contra su propia impotencia y un ansia incontenida de sangre los lleva a las más atroces persecuciones. ¿Qué tremendos castigos no se estarán aplicando en la Unión Soviética, en estos instantes, a los "desafectos" y a los vencidos por la técnica, la fuerza y moral alemanas? Aquellas "depuraciones" que, a lo largo de su monstruosa tiranía ha llevado a cabo el déspota de ojos oblicuos, ¿a qué grado llegarán es este momento?
Pero el grito de Stalin es, al mismo tiempo que feroz, cínico. Confiesa que aprovechó el Pacto con el Reich para preparar el ataque de la Unión Soviética sobre Europa. Ha llegado la hora de la expiación. Los crímenes van a ser castigados por el hierro y por el fuego. En la voz de Stalin y en sus órdenes hay un presagio de impotente derrota. La que merecen esos hombres, escarnio de la Civilización, detritus abyecto de lo más bajo y más ruin de la Humanidad.
¡Camaradas! ¡Ciudadanos! ¡Hermanos y hermanas! ¡Hombres de nuestro ejército y marina! ¡Me dirijo a vosotros, amigos míos!
El pérfido ataque military contra nuestra madre patria iniciado el 22 de junio por la Alemania de Hitler continúa. A pesar de la heroica resistencia del Ejército Rojo y a pesar de que las mejores divisiones y las mejores fuerzas aéreas del enemigo ya han sido aplastadas y encontrado su perdición sobre el campo de batalla, el enemigo sigue avanzando, enviando fuerzas frescas al ataque.
Las tropas de Hitler han tenido éxito en capturar Lituania, una parte considerable de Letonia, la parte occidental de Bielorrusia y parte de la Ucrania Occidental. La fuerza aérea fascista extiende el alcance de las operaciones de sus bombarderos y está bombardeando Murmansk, ORsha, Mogilev, Smolensk, Kiev, Odessa y Sebastopol.
Un grave peligro se cierne sobre nuestro país.
¿Cómo puede haber sucedido que nuestro glorioso Ejército Rojo haya rendido un número de nuestras ciudades y distritos a los ejércitos fascistas? ¿Es realmente cierto que las tropas fascistas alemanas son invencibles, como trompetean sin cesar los aduladores propagandistas fascistas? ¡Por supuesto que no!
La historia muestra que no hay ejércitos invencibles y que nunca los ha habido. Se creía que el ejército de Napoleón era invencible, pero fue derrotado sucesivamente por ejércitos rusos, ingleses y alemanes. El ejército del Kaiser Wilhelm en el periodo de la primer guerra imperialista también era considerado invencible, pero fue derrotado varias veces por las fuerzas rusas y anglo-francesas y fue finalmente aplastado por las fuerzas anglo-francesas.
Lo mismo hay que decir hoy del ejército fascista alemán de Hitler. Este ejército no se ha encontrado todavía con una resistencia seria en el continente de Europa. Sólo sobre nuestro territorio se ha topado con una resistencia seria. Y si, como resultado de esta resistencia, las mejores divisiones del ejército fascista alemán de Hitler han sido derrotadas por nuestro Ejército Rojo, esto significa que este ejército también puede ser aplastado y será aplastado como lo fueron los ejércitos de Napoleón y Wilhelm.
La primitiva visión de la realidad que Stalin ofrece al pueblo soviético.
En cuanto a que parte de nuestro territorio haya sido a pesar de todo conquistado por las tropas de la Alemania fascista, esto principalmente es debido al hecho de que la guerra de la Alemania fascista contra la Unión Soviética ha comenzado bajo condiciones favorables a las fuerzas alemanas y desfavorable para las fuerzas soviéticas. El meollo de la cuestión es que las tropas de Alemania, como nación en guerra, se encontraban totalmente movilizadas y las 170 divisiones desplegadas por Alemania contra la Unión Soviética y transportadas hasta las fronteras soviéticas se encontraban en un estado de completa preparación, esperando tan sólo a la señal para entrar en acción, mientras que las tropas soviéticas todavía tenían que efectuar la movilización y desplazarse hasta la frontera.
De no menos importancia a este respecto es el hecho de que la Alemania fascista de pronto y traicioneramente violase el Pacto de No Agresión que había concluido en 1939 con la Unión Soviética, dejando de lado el hecho de que sería considerada agresora por todo el mundo.
Naturalmente nuestro país, como amante de la paz, y no queriendo tomar la iniciativa de romper el pacto, no pudo recurrir a la perfidia.
Podría preguntarse ahora, ¿cómo pudo el Gobierno Soviético aceptar concluir un Pacto de No Agresión con unos personajes tan perversos y traicioneros como Hitler y Ribbentrop?
¿No fue esto un error por parte del Gobierno Soviético? Por supuesto que no. Los Pactos de No Agresión son pactos de paz entre estados. Un pacto así fue el que Alemania nos propuso en 1939.
El Führer "caníbal" según la propaganda bolchevique: Vegetariano-ogro. Las dos caras de la misma moneda.
¿Podía haber declinado la propuesta el Gobierno Soviético? Creo que ningún estado que ame la paz puede rechazar un pacto de paz con un estado amigo, incluso aunque estuviera dirigido por unos individuos perversos y caníbales como Hitler y Ribbentrop. Por supuesto que sólo bajo una condición indispensable, a saber, que este pacto de paz no infrinja directa ni indirectamente la integridad territorial, independencia y honor de nuestro estado, amante de la paz. Como es bien sabido, el Pacto de No Agresión entre Alemania y la Unión Soviética es precisamente dicho pacto.
¿Qué ganamos al concluir el Paco de No Agresión con Alemania? Aseguramos la paz de nuestro país durante año y medio y la oportunidad de preparar a sus fuerzas para repeler a la Alemania fascista si se arriesgaba a un ataque sobre nuestro país a pesar del Pacto. Esto fue una ventaja definitiva para nosotros y una desventaja para la Alemania fascista.
¿Qué ha ganado y qué ha perdido la Alemania fascista al romper el pacto traicioneramente y atacar a la Unión Soviética? Ha ganado una cierta posición de ventaja para sus tropas durante un corto periodo de tiempo, pero ha perdido políticamente al exponerse a los ojos de todo el mundo como un agresor sediento de sangre.
No puede haber duda de que esta ganancia militar de corta duración para Alemania es sólo un episodio, mientras que la tremenda ganancia política de la Unión Soviética es un factor duradero que está destinado a formar la base para el desarrollo de éxitos militares decisivos para el Ejército Rojo en la guerra con la Alemania fascista.
El Bolchevismo de Stalin: una pesadilla que se cierne sobre el mundo.
Este es el motivo por el que todo nuestro valeroso Ejército Rojo, toda nuestra valerosa Marina, todos nuestros halcones del aire, todos los pueblos de nuestro país, todos los mejores hombres y mujeres de Europa, América y Asia, y por último todos los mejores hombres y mujeres de Alemania, condenan los traicioneros actos de los fascistas alemanes y simpatizan con el Gobierno Soviético, apoyan la conducta del Gobierno Soviético y ven que la nuestra es una causa justa, que el enemigo será derrotado, que estamos destinados a vencer.
Por medio de esta guerra que se nos ha impuesto, nuestro país ha entrado en una lucha a muerte con su más malvado y pérfido enemigo – el fascismo alemán. Nuestras tropas luchan heroicamente contra un enemigo armado hasta los dientes con tanques y aviones.
Superando innumerables dificultades, el Ejército Rojo y la Marina Roja están sacrificándose en disputa de cada centímetro de terreno soviético. Las principales fuerzas del Ejército Rojo están entrando en acción armadas con miles de tanques y aviones. Los hombres del Ejército Rojo están desplegando un coraje ejemplar. Nuestra resistencia al enemigo crece en fuerza y potencia.
Codo a codo con el Ejército Rojo, todo el pueblo soviético se alza en defensa de nuestra tierra nativa.
¿Qué se requiere para poner fin al peligro que se cierne sobre nuestro país y qué medidas hay que tomar para aplastar al enemigo?
El pueblo de Ucrania dicta sentencia: Hitler el Libertador y Stalin el Monstruo.
Sobre todo, es esencial que nuestro pueblo, el pueblo soviético, entienda toda la inmesidad del peligro que amenaza nuestro país y abandona toda autocomplacencia, toda irresponsabilidad, todas aquellas conductas de trabajo constructivo y pacífico que resultaban tan naturales antes de la guerra, pero que resultan fatales hoy cuando la guerra fundamentalmente lo ha cambiado todo. El enemigo es cruel e implacable. Está fuera para hacerse con nuestras tierras, mojadas con nuestro sudor, para hacerse con nuestro grano y aceite conseguidos mediante nuestro trabajo. Está fuera para restaurar el dominio de los terratenientes, para restaurar el zarismo, para destruir la cultura nacional y el estado nacional de existencia de los rusos, ucranianos, bielorrusos, lituanos, letones, estonios, uzbekos, tártaros, moldavos, georgianos, armenios, azerbayanos y de todos los demás pueblos libres de la Unión Soviética, para germanizarlos, para convertirlos en esclavos de los príncipes y barones alemanes.
Por lo tanto, es una cuestión de vida o muerte para el Estado Soviético, para los pueblos de la Unión Soviética; la cuestión de si los pueblos de la Unión Soviética permanecerán libres o si caerán en la esclavitud.
El pueblo soviético debe darse cuenta de esto y abandonar todo comportamiento frívolo, debe movilizarse y reorganizar todo su trabajo sobre nuevas bases de un periodo de guerra en que no puede haber misericordio para el enemigo. Más aún, no debe haber cabida en nuestra filas para los llorosos y los cobardes, para los que inciten al pánico y los desertores. Nuestro pueblo no debe conocer el miedo en la lucha y debe unirse generosamente a nuestra guerra patriótica de liberación, nuestra guerra contra los esclavizadores fascistas.
Lenin, el gran fundador de nuestro Estado, solía decir que la principal virtud del Bolchevismo debe ser el coraje, el valor, la audacia en el combate, la disponibilidad para la lucha, al lado del pueblo, contra los enemigos de nuestro país.
La espléndida virtud del Bolchevismo ha de convertirse en la virtud de los millones del Ejército Rojo, de la Marina Roja, de todos los pueblos de la Unión Soviética.
El Nacionalsocialismo será el que aplaste a la serpiente marxista.
Todo nuestro trabajo debe ser inmediatamente reconstruido a un paso de guerra, todo debe quedar subordinado a los intereses del frente y a la tarea de organizar la demolición del enemigo. El pueblo de la Unión Soviética ahora comprende que no se puede domar al fascismo alemán en esta salvaje furia y odio hacia nuestro país que ha asegurado a todos los pueblos obreros trabajo en libertad y prosperidad.
Los pueblos de la Unión Soviética deben alzarse contra el enemigo y defender sus derechos y su tierra. El Ejército Rojo, la Marina Roja y todos los ciudadanos de la Unión Soviética deben defender cada centímetro de tierra soviética, deben luchar hasta la última gota de sangre por nuestras ciudades y pueblos, deben desplegar la audaz iniciativa e inteligencia que son inherentes a nuestro pueblo.
Debemos organizar un apoyo total para el Ejército, asegurar poderosos refuerzos para sus filas y el suministro de todo lo que requiera, debemos organizar el rápido transporte de tropas y material militar y abundante ayuda a los heridos.
Debemos fortalecer la retaguardia del Ejército Rojo, subordinar todo nuestro trabajo a esta causa. Todas nuestras industrias deben ponerse a trabajar con mayor intensidad para producir más rifles, ametralladores, artillería, balas, proyectiles, aviones; debemos organizar la protección de fábricas, centrales eléctricas, comunicaciones telefónicas y telegráficas y tomar efectivas medidas antiaéreas en todos los lugares.
Debemos desatar una lucha implacable contra todos los desorganizadores de la retaguardia, desertores, incitadores al pánico, propagadores de rumores; debemos exterminar a espías, distractores y paracaidistas enemigos, prestando ayuda inmediata a nuestros batallones destructores. Debemos tener en cuenta que nuestro enemigo es astuto, sin escrúpulos, experimentado en el engaño y en la diseminación de falsos rumores. Debemos reconocer todo esto y no caer víctimas de la provocación. Todos aquellos que mediante su pánico y su cobardía dificulten las tareas defensivas, no importa quiénes sean, deben ser llevados de inmediato ante un tribunal militar. En el caso de retirada forzosa de unidades del Ejército Rojo, todo el material rodante debe ser evacuado, al enemigo no hay que dejarle un solo motor, un solo vagón de ferrocarril ni un solo kilo de grano o galón de combustible. Los granjeros colectivos deben evacuar todo su ganado y entregar su grano para su salvaguarda por parte de autoridades del Estado y su transporte a la retaguardia. Toda propiedad de valor, incluidos metales no ferrosos, grano y combustible que no puedan ser retirados, deben ser destruidos sin posibilidad de fallo.
En las áreas ocupadas por enemigo deben formarse unidades de guerrilla, a caballo y a pie, deben organizarse grupos camuflados para combatir a las tropas enemigas, para fomentar la guerra de guerrillas en todas partes, para volar puentes y carreteras, dañar líneas de teléfono y telégrafo, incendiar bosques, almacenes, transportes. En las regiones ocupadas las condiciones deben volverse insoportables para el enemigo y todos sus cómplices. Tiene que ser acosados y aniquilados a cada paso y todas sus medidas frustradas.
No se puede considerar que esta guerra con la Alemania fascista sea una guerra ordinaria. No es sólo una guerra entre dos ejércitos, es también una guerra de todo el pueblo soviético contra las fuerzas fascistas alemanas. El objetivo de esta guerra nacional en defensa de nuestro país no es sólo la eliminación del peligro que pende sobre nuestro país, sino también ayudar a todos los pueblos europeos que gimen bajo el yugo del fascismo alemán.
En esta guerra de liberación no estaremos solos. En esta gran guerra tendremos leales aliados en los pueblos de Europa y América, incluido al pueblo alemán que está esclavizado por los déspotas hitleritas.
Nuestra guerra para la libertad de nuestro país se fusionará con la lucha de los pueblos de Europa y América por su independencia, por las libertades democráticas.
Será un frente unido de pueblos alzándose por la libertad contra la esclavitud y las amenazas de esclavitud de los ejércitos fascistas de Hitler.
En relación con esto, las históricas palabras del Primer Ministro Británico Churchill acerca de ayudar a la Unión Soviética y la declaración del Gobierno de Estados Unidos señalando su disposición a prestar ayuda a nuestro país, que sólo pueden evocar un sentimiento de gratitud en los corazones de los pueblos de la Unión Soviética, son completamente comprensibles y sintomáticos.
Camaradas, nuestras fuerzas son innumerables. El arrogante enemigo pronto sufrirá esto en sus carnes. Codo a codo con el Ejército Rojo muchos miles de obreros, granjeros colectivos e intelectuales se alzan para combatir al agresor enemigo.
Las masas de nuestro pueblo se alzarán por millones.
Los pueblos trabajadores de Moscú y Leningrado ya ha comenzado a formar vastas levas populares en apoyo del Ejército Rojo. Estas levas populares deben organizarse en todas las ciudades que se encuentren en peligro de invasión enemiga, todo el pueblo obrero debe ser despertado para defender nuestra libertad, nuestro honor, nuestro país – en nuestra guerra patriótica contra el Fascismo Alemán.
Para asegurar la rápida movilización de todas las fuerzas de los pueblos de la Unión Soviética y para rechazar al enemigo que ha atacado traicioneramente nuestro país, se ha formado un Comité de Estado para la defensa en cuyas manos ha sido depositado todo el poder del Estado.
El Comité de Estado para la defensa ha entrado en fuciones y ha convocado a todo el pueblo a situarse en torno al Partido de Lenin y Stalin y alrededor del Gobierno Soviético para apoyar abnegadamente al Ejército y Marina Rojas, demoler al enemigo y asegurar la victoria.
¡Todas nuestras fuerzas en apoyo de nuestro heroico Ejército Rojo y nuestra gloriosa Marina Roja!
¡Todas las fuerzas del pueblo – para la demolición del enemigo!
¡Adelante, hacia nuestra victoria!
Es posible que el discurso de Joseph Stalin sea el último que pronuncie en Moscú. A estas horas los alemanes se encuentran a menos de cuatrocientos kilómetros de la capital soviética y sobre una carretera que, para desgracia de Stalin, es la mejor con que cuenta la Unión Soviética; todo es llano y como predestinado para un rápido avance de las divisiones Panzer y motorizadas.
Stalin invoca el ejemplo de Napoleón, pero la historia sólo se repite hasta cierto punto. El emperador de Francia avanzó hacia Moscú teniendo que pensar constantemente en la España sublevada contra su autoridad y en las posibles coaliciones enemigas. La Alemania fascista de Hitler, como gusta llamarla Stalin, por el contrario, tiene ya dominado y pacificado el continente y las potencias anglosajonas nada pueden emprender para ayudar directamente a Rusia. Además, no estamos en invierno, la guerra se hace con motores, el abastecimiento de la Wehrmacht no entraña dificultades más allá del hecho de que los Panzer avanzan más rápido que los suministros. Aunque el pueblo ruso escuche al cruel dictador soviético y devaste el país por el cual tengan que pasar los alemanes, a la Wehrmacht no le faltarán combustible, municiones ni refuerzos.
Las palabras de Stalin suenan a hueco; la grandilocuencia artificial apenas consigue disfrazar la exasperación, la falta de fe en lo venidero. Los partes rusos hablan, desde hace días, de la "superioridad numérica" del atacante para justificar las vertiginosas retiradas y el desmoronamiento de sus ejércitos. La debacle del Ejército Rojo es tan rápida que hasta los más optimistas se han visto sorprendidos.
Es lebe Nationalsozialismus!
Adolf Hitler, Sieg Heil!
El 22 de junio: el comienzo de la liberación del terror soviético.
Es posible que el discurso de Joseph Stalin sea el último que pronuncie en Moscú. A estas horas los alemanes se encuentran a menos de cuatrocientos kilómetros de la capital soviética y sobre una carretera que, para desgracia de Stalin, es la mejor con que cuenta la Unión Soviética; todo es llano y como predestinado para un rápido avance de las divisiones Panzer y motorizadas.
Stalin invoca el ejemplo de Napoleón, pero la historia sólo se repite hasta cierto punto. El emperador de Francia avanzó hacia Moscú teniendo que pensar constantemente en la España sublevada contra su autoridad y en las posibles coaliciones enemigas. La Alemania fascista de Hitler, como gusta llamarla Stalin, por el contrario, tiene ya dominado y pacificado el continente y las potencias anglosajonas nada pueden emprender para ayudar directamente a Rusia. Además, no estamos en invierno, la guerra se hace con motores, el abastecimiento de la Wehrmacht no entraña dificultades más allá del hecho de que los Panzer avanzan más rápido que los suministros. Aunque el pueblo ruso escuche al cruel dictador soviético y devaste el país por el cual tengan que pasar los alemanes, a la Wehrmacht no le faltarán combustible, municiones ni refuerzos.
Las palabras de Stalin suenan a hueco; la grandilocuencia artificial apenas consigue disfrazar la exasperación, la falta de fe en lo venidero. Los partes rusos hablan, desde hace días, de la "superioridad numérica" del atacante para justificar las vertiginosas retiradas y el desmoronamiento de sus ejércitos. La debacle del Ejército Rojo es tan rápida que hasta los más optimistas se han visto sorprendidos.
Es lebe Nationalsozialismus!
Adolf Hitler, Sieg Heil!
las palabras de stalin fueron llevadas al terreno al pie de la letra. tierra arrasada fue lo que encontro la wermacht en su avance. luego de hundirse en su retarguardia, acumular millones de hombres, aumentar la produccion de sus fabricas detras del volga se abalanzo sobre las tropas alemanas de una forma imparable. stalin fue un loco de genio sombrio, pero genio al fin
ResponderEliminarUn verdadero psicópata que no se fiaba ni de su propia sombra. Rebelión en la Granja lo describe a la perfección.
ResponderEliminarHitler nunca vio a su ejército desfilar en las calles de Moscú. A él le interesaba conquistar los recursos de la URSS, Ucrania era su objetivo principal en ese momento.
ResponderEliminarConvengamos que pronosticó a la perfección lo que luego sucedería. El enfrentamiento lo fue no solo entre ejércitos. Sino también entre modos de producción. La lógica industrial sovietica fue superior a cualquier otra que se haya conocido. Los aliados desembarcan en 1944 cuando el ejercito alemán ya había sido derrotado!!! Venció la URRSS. Venció aplastantemente!!! Y derroto al ejercito alemán en todos los sentidos!!! No se conformó con expulsarlos; los persiguieron hasta sus madrigueras y los aplastaron... Pueden tramarse miles de excusas y factores para esto... Pero sepan amigos que ESO ES SER DERROTADOS!!! Y FUERON DERROTADOS PORQUE DE HECHO LA URRS FUE S U P E R I O R!!!
ResponderEliminarLa URSS venció gracias a una abrumadora superioridad numérica, a la ayuda material de los aliados occidentales, a la dispersión de la Wehrmacht en varios frentes y siempre a costa de pérdidas terribles. Stalin fue un tirano despiadado para con su propia gente y me sorprende que ningún comunista lo admire aún. La propia Unión Soviética impulsó una "limpieza" del amargo recuerdo de Stalin tras su muerte: http://en.wikipedia.org/wiki/De-Stalinization
ResponderEliminarLa idea original y potable era destruir a Rusia en el mismo año de 1941. Al fallar, todo se derrumba, porque Rusia tenía gran cantidad de habitantes, enorme extensión territorial, una causa justa ya que era la invadida, los inviernos a su favor, ayuda extranjera en material bélico, guerreros valientes, y fábricas de guerra no bombardeables. Todo terminó como lo presagió el asesino y astuto Stalin.
ResponderEliminarla operacion barbaroja fracaso por:
ResponderEliminar1: la monumental ayuda armamentistica y logistica del capitalismo internacional hacia rusia (inglaterra, eeuu,etc)
2: las graves fallas de la inteligencia alemana que permitieron la infiltracion de espias y el actuar de traidores, que produjeron muchas distracciones, descordinaciones y perdida de eficiacia en el campo militar aleman.
3: el brutal invierno ruso
4: la existencia de un topo dentro del circulo intimo de hitler que tubo acceso detallado al plan alemana sobre stalingrado.
5: superioridad numerika del imperio comunista
6: feroz y super eficiente propaganda de odio antigermano, que motivaba a las tropas sovieticas.
Manumental ayuda económica, ya ahí desbarrancas, yo que vos volvería a leer los sucesos y más que nada prestaría atención a las fechas de los mismos. Si queres te paso data para que tengas una perspectiva histórica más grande y dejes de creerle todo lo que dice la BBC. Slds.
Eliminarcurioso que stalin hable de paz, justicia, libertad , democracia y demas, siendo que invadio toda europa oriental a la fuerza y masacrando a todos los opositores. que hipocrita mas grande. tipico marxista.
ResponderEliminarsi los alemanes hubiesen aceptado la ayuda de los ucranianos que querian vengarse de stalin,,,ganaban la guerra.
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