Camaradas,
En la bolsa de Minsk, la Wehrmacht ha conseguido encerrar a dos Ejércitos Soviéticos completos. En un flujo continuo, porque los bolcheviques embolsados están alternando rendiciones en masa con fanáticas defensas hasta la última bala, en nuestras manos están cayendo o terminarán por caer 341.000 prisioneros de guerra y capturado o destruido 4.799 tanques, 9.427 cañones y 1.777 aviones. La consecución de estas pérdidas tan terribles, a las que habría que añadir un número similar de heridos y desaparecidos, en menos de diez días, supone un éxito indiscutible del Grupo de Ejércitos Centro, que sin duda ha cumplido con sus objetivos establecidos en Barbarroja de aniquilar a las fuerzas del Ejército Rojo desplegadas en Bielorrusia y abrir el camino a Moscú.
Un soldado alemán dirige con un palo, cual pastor al ganado, a una columna de prisioneros soviéticos capturados en Minsk.
El Nuevo Orden ha llegado a la Unión Soviética. Soldados alemanes pasan por delante de la Casa de los Soviets de Minsk con su estatua de Lenin.
Miles y miles de prisioneros de guerra bolcheviques se dirigen hacia los campos de prisioneros. El primer escalón de defensa soviético ha caído derrotado, pero en la retaguardia, la Stavka prepara nuevas hordas.
Tampoco debe ser ninguna sorpresa el hecho de que el Grupo de Ejércitos Centro haya obtenido la primera gran victoria de Barbarroja. Su condición de “puño de acero” de la campaña gracias a sus dos grupos Panzer, sus dos Fliegerkorps (incluído el VIII, con categoría de élite), unido a la posición extremadamente vulnerable de Pavlov, han hecho que este resultado haya sido prácticamente inevitable. Von Leeb nunca habría conseguido cerrar un gigantesco Kessel en el norte por pura falta de recursos mientras que al sur, en Ucrania, a von Rundstedt todavía le queda bregar mucho para conseguir las cifras de von Bock.
La Operación Barbarroja en una imagen: los Panzer hacia el este y los prisioneros bolcheviques, hacia el oeste.
Situación de las bolsas de Minsk-Bialystok a día de hoy.
Casi de inmediato, y en contra de las órdenes del Führer de que en primer lugar las bolsas de Minsk deben ser completamente eliminadas –y mayormente por su propia iniciativa- tanto Hoth como Guderian han comenzado a mover sus grupos Panzer hacia Smolensko desde sus posiciones al norte y sur de Minsk. A medida que las divisiones de infantería han ido alcanzando cada una de las bolsas, los Panzer han quedado libres para continuar hacia el este. Todos los líderes alemanes saben que el éxito de Barbarroja depende en gran medida en no conceder al Ejército Rojo un momento de respiro para reestablecer su defensa.
Los Panzer reanudan la marcha.
Interesante fotografía de Heinz Guderian (a la izquierda) obtenida el día de hoy. En la misma se puede distinguir (con la Cruz de Caballero) al SS Standartenführer Fritz Klingenberg, el audaz Capitán de la SS División Reich que logró capturar Belgrado con sólo un puñado de hombres.
Guderian, y en menor grado Hoth, no esconden su creencia en que Moscú debe ser el objetivo prioritario de Barbarroja. En su orden del día del 22 de junio Guderian llegó a exclamar: “El objetivo es Moscú - ¡cada hombre debe saber esto!” Esta opinión, en realidad, no va de acuerdo con ninguna de las directivas de Barbarroja ni en la creencia del propio Führer de que Moscú “no es muy importante.” Sin embargo, ni Stalin ni Timoshenko ni Zhukov saben esto y están dispuestos a interponer al avance de von Bock todo los recursos que tengan a mano, en detrimento de sus defensas en otros frentes.
Deutschland sieg an allen Fronten!
Es lebe der Führer!
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