jueves, 16 de septiembre de 2010

Cincuenta y siete noches de Blitz por delante - 16/09/1940.

Camaradas,

Los británicos siembran de mentiras su prensa y proclaman que en la jornada de ayer destruyeron cientos de aparatos alemanes y mataron a medio millar de tripulaciones de la Luftwaffe. Cuando en el día de hoy cientos de toneladas de bombas vuelvan a caer sobre sus ciudades, la población civil se dará cuenta de las mentiras de sus dirigentes. 56 aviones alemanes derribados contra 27 de la RAF (sin contar otra treintena de aparatos averiados) sería una cifra mucho más realista.

Hermann Göring y el Führer.

Göring ha mantenido esta mañana una conversación con el Führer. El Führer se encuentra muy decepcionado por los acontecimientos de ayer y no realiza mención alguna sobre planes futuros respecto a Seelöwe. Göring toma la decisión de cancelar los ataques aéreos diurnos contra las ciudades británicas y volverá a concentrar la actividad diurna en los aeródromos de la RAF y fábricas de cazas con el objetivo de destruir la fuerza de caza inglesa tanto en el aire como en tierra. Durante la noche mantendrá la campaña de bombardeos sobre Londres durante tanto tiempo como sea posible, conocedor de que los cazas británicos son incapaces de combatir de noche.

La RAF es impotente ante los bombardeos nocturnos.

Apenas hay actividad aérea durante el día debido al tiempo nuboso, pero algo antes de las 20:00 comienzan los bombardeos nocturnos. 170 bombarderos en oleadas sucesivas vuelan sobre Londres y arrojan más de 200 toneladas de bombas de alto explosivo. Son alcanzados los muelles de Londres y los distritos residenciales de West Ham, East Ham, Hackney, Bethnal Green y Shoreditch. Otros bombarderos arrojan sus bombas sobre los suburbios meridionales de Southwark, Bermondsey y Brixton, y los suburbios occidentales de Finchley, Willesden y Stanmore.

Civiles británicos en un andén del metro londinense.

Otras formaciones se abren paso hacia Liverpool, Manchester, Coventry, Birmingham y Bristol. El pueblo de Gran Bretaña ha comenzado a incorporar el bombardeo nocturno en su rutina diaria, acudiendo cada noche a ponerse a refugio en uno de esos rincones húmedos y fríos, a menudo abarrotados, donde la gente a veces pasa tanto tiempo como en su casa. En el mismo Londres, las estaciones de metro se convierten en el hogar de miles, con camas y literas alineadas en los andenes y voluntarios llevando cazuelas de té y platos de comidas. Algunos artistas y músicos organizan improvisados espectáculos para los refugiados bajo la superficie. En otros pueblos y ciudades la historia se repite. El estilo de vida ha cambiado y la cosa está en saber cuánto tiempo aguantará la moral.

Es lebe Deutschland!

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