Camaradas,
Mañana, cuando el sol se levante de nuevo por el horizonte y algunos felices neutrales lo contemplen con ojos entornados , saboreando el desayuno de la paz, la bélica y horrenda criatura despertará al último día de su primer medio año. La bélica y horrenda criatura, nacida de la mano de sus dos padres putativos: Francia e Inglaterra, siente ya los dientes en las encías sin sonrisa. La bélica y horrenda criatura ya puede morder, y lo que por sus primeros balbuceos ha insinuado no tiene problema en morder a los propios padres que la engendraron.
La guerra, el hijo putativo de Francia e Inglaterra.
¿Qué balance y qué previsiones pueden hacerse en esta fecha estática que anuncia por los campos de Dios el próximo movimiento de terror? Estos primeros meses dan a Alemania, por muchos puntos, la iniciativa y el éxito. Primero, anuló a un adversario —Polonia— en una de las más rápidas victorias que conoce la Historia. Vencer en Polonia ha significado, por de pronto, para el Reich, la simplificación de una guerra de dos frentes en una guerra de uno solo.
Alemania empezó la acción marítima, y principalmente la submarina, que en la anterior guerra inició demasiado tarde, desde los primeros días. Un millón ochocientas mil toneladas es el total de las pérdidas sufridas por el enemigo contra pérdidas poco importantes por la parte germana. Estas son realidades innegables. ¿Cuáles han sido las victorias aliadas? Todo el esfuerzo inglés ha sido en estos seis meses concretado en el bloqueo. El bloqueo también es una realidad, pero relativa y defectuosa, sobre todo después del Tratado comercial de Alemania y de Rusia. Otra de las iniciativas inglesas y su más tenaz ofensiva ha sido en este medio año la propaganda y el cultivo de la guerra diplomática. En estos últimos días, los periódicos franceses e ingleses, respaldándose un tanto en la apariencia de probabilidad que puede dar el viaje del americano Welles, hablan de los planes de una paz fantástica que el Reich solicita. Nada de paces fantásticas—dice la Prensa germana—; la palabra de nuestro santo y sena es "combate". Y recuerda aquellas palabras de Hitler, asegurando que el año cuarenta sería el año decisivo.
Lo que el Viento se Llevó, película galardonada hoy con 10 óscar en la duodécima Ceremonia de la Academia. Toda una alegoría del esfuerzo del pueblo alemán por salir adelante ante la adversidad. ¡Gracias, Hollywood!
Aunque las previsiones sean siempre arriesgadas, porque esta guerra puede tener enormes sorpresas todavía e inesperados frentes, quizá, todo hace pensar que a los seis meses se cierra un ciclo bélico de calma y de espera para empezar uno duro y violentísimo. Si la acción alemana fuese contra Francia y esa acción estuviese acompañada del éxito, la guerra podría terminar fulminantemente. ¿Por dónde y cómo piensan atacar los Aliados? Hasta hoy, puede pensarse que los Aliados no piensan en atacar. Hay toda una corriente inglesa que cree que las guerras se .pueden ganar simplemente no haciéndolas, esto es, dejando al enemigo que se desangre en la picota del tiempo y la resistencia infranqueable. Hay otra corriente inglesa que cree que para vencer a Alemania hace falta encontrar un nuevo frente de guerra que sólo pueden ofrecer algunas geografías que hasta la fecha son neutrales. La lucha inmediata parece planteada así: por parte de los Aliados, la espera paciente en el callejón sin salida; por parte de Alemania una acción tan rápida y tan definitiva que desmorone toda la confianza que los ingleses tienen en su natural aislamiento. De un modo o de otro, parece natural que estamos en las vísperas de una nueva y dura fase, y que la segunda mitad del año cuarenta no se parecerá, al primero y terminado semestre.
De Welles se ha escrito mucho en estos días, quizá, demasiado. Mañana por la mañana se espera en Berlín definitivamente al enviado americano. En Berlín se entiende que esta visita no es una visita oficial y que se trata solamente de un viaje de información. En Alemania, donde no hay formado ningún plan de paz al contrario de lo que, naturalmente, divulga la Prensa franco-inglesa, las preguntas que formule el Sr. Welles serán contestadas con toda la amplitud y sinceridad que requiera.
El Mago de Oz, la otra película del año. Eclipsada por el éxito apabullante de Lo que el Viento se llevó pero aún así galardonada con dos óscar de la Academia. Una clara alegoría de nuestros enemigos, hombres sin corazón, cerebro ni coraje, al que el Reich (Judy Garland) ha intentado llevar por el camino de la paz (ladrillos amarillos) hasta el feliz encuentro con Adolf Hitler (el Mago de Oz). Por desgracia, la realidad ha resultado mucho más triste que la ficción.
Este plan de paz fantástico consiste, siempre según los Aliados, en una proposición alemana de terminar la guerra de acuerdo con Mussolini, con el establecimiento de una nueva Polonia, autonomía absoluta para Bohemia y Moravia y devolución de las colonias alemanas, amén de una colaboración en una Conferencia del Desarme. A estas fantasías se opone, naturalmente, la realidad, el discurso del Führer y los discursos de Goebbels en Westfalia sobre la misma geografía de 1648. A fin de cuentas, si Welles tiene algo que hacer y ha de tener algún efecto su visita en Europa, no será ahora, sino el día que el Reich haya abatido militarmente a los franco-ingleses y a éstos pueda interesarles su intervención para salvar algo de su hegemonía mundial. Será entonces la hora en que se le pedirá al Reich que sea magnánimo.
Es lebe Deutschland!