Camaradas,
Celebramos hoy el veintiún aniversario del final de la Gran Guerra. Son muchas las cosas que han ocurrido desde aquella fatídica fecha de 1918, pero si de algo podemos estar seguros es que los alemanes de hoy no somos los mismos que entonces volvieran a casa humillados y cabizbajos. Los alemanes volvemos a ser una nación orgullosa de sí misma y que se siente lo suficientemente fuerte para liderar los valores de una Europa que, en nuestra ausencia, sin duda acabaría sucumbiendo en manos del capitalismo, el bolchevismo o de cualquier otro instrumento del que la judeo-masonería hubiera tenido a bien valerse.
Celebramos hoy el veintiún aniversario del final de la Gran Guerra. Son muchas las cosas que han ocurrido desde aquella fatídica fecha de 1918, pero si de algo podemos estar seguros es que los alemanes de hoy no somos los mismos que entonces volvieran a casa humillados y cabizbajos. Los alemanes volvemos a ser una nación orgullosa de sí misma y que se siente lo suficientemente fuerte para liderar los valores de una Europa que, en nuestra ausencia, sin duda acabaría sucumbiendo en manos del capitalismo, el bolchevismo o de cualquier otro instrumento del que la judeo-masonería hubiera tenido a bien valerse.
Nada de esto habría sido posible sin Adolf Hitler. Él, el hombre adecuado en el instante adecuado, un regalo que el Destino ha situado entre nosotros para iluminarnos como un Sol. Sólo el futuro y la Historia podrán decir todo lo importante que él ha sido para Alemania.
Es lebe Adolf Hitler! Es lebe Deutschland!
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