Precisamente el día que ha dado la orden de desviar el esfuerzo y presión de la Wehrmacht sobre Inglaterra para comenzar a preparar las operaciones en otros escenarios de guerra, principalmente la Unión Soviética, el Führer se ha acordado de su amigo Francisco Franco, Caudillo de los españoles. Éste tiene prevista una reunión el próximo día 11 de febrero en Bordighera con el Duce y, como el Führer sabe, Franco es un irreconciliable enemigo del comunismo, contra el que Alemania se va a lanzar finalmente. El Führer no puede revelarle lo que a la sazón constituye una operación militar de altísimo secreto, pero aún así no ha querido dejar pasar la oportunidad de intentar acercarle a la causa del Eje y le ha escrito en los siguientes términos:
Los tres grandes defensores de la paz y de la civilización.
España nunca tendrá mejores amigos que los que quedan representados en el día de hoy por Alemania e Italia a menos que, por supuesto, surgiera una España distinta. Dicha España, sin embargo, sería una España decadente y que no tardaría en sucumbir. Sólo por esta razón creo, Caudillo, que nosotros tres, el Duce, usted, y yo, estamos unidos los unos a los otros por la fuerza más implacable de la historia y que deberíamos en consecuencia, en este histórico conflicto, obedecer al mandato supremo y darnos cuenta de que –en los momentos graves como estos- las naciones se pueden salvar mediante corazones tenaces y no mediante prudentes cautelas.
Sabias palabras las del Führer. ¿Cuál será la respuesta de Francisco Franco? ¿Unirá su destino al glorioso destino que les aguarda al Führer y al Duce? ¿Será su final el de los dos héroes predestinados por la Providencia a figurar en los anales de la Historia como los más grandes líderes de todos los tiempos? En manos de Franco está la decisión.
¡Arriba España!
Es lebe Deutschland!
Viva l’Italia!
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