jueves, 17 de diciembre de 2009

¡Adiós, Admiral Graf Spee! – 17/12/1939.


 El crucero Admiral Graf Spee, justo antes de salir del puerto de Montevideo.

¡Adiós, Admiral Graf Spee! ¡Adiós a todos tus cañones, que tienen ya intención de velas para el largo y profundo viaje! ¡Adiós, barco casi humanizado por la gesta y el gesto, hundido por manos amigas para evitar el cautiverio!

Creo que no habrás sido, ¡oh, crucero que ya no cruzarás más el Océano en viajes victoriosos!, comprendido por las hijas de los millonarios que, ávidas de emociones han llegado hasta el lugar de tu inmolación en aviones pueriles y curiosos.


18:15: El Admiral Graf Spee zarpa del puerto de Montevideo.  Las multitudes se agolpan a miles para presenciar el viaje final del bravo crucero.

El desencanto inglés debe ser muy grande a estas horas. Las fuerzas navales concentradas en la desembocadura del río de La Plata, los cañones enemigos, que en la noche atlántica se afilaban las uñas impacientes, se retiran ahora cuando tú, Admiral Graf Spee, duermes en el fabuloso cementerio marino, y se retiran sin poder llevar hasta la capital del Imperio el trofeo de una victoria fácil, de un triunfo espectacular, que la propaganda británica hubiera explotado durante mucho tiempo.


19:52: El canto del cisne.  Se produce la detonación que pone punto y final a la victoriosa campaña del crucero.

Alemania sabía esto, como sabe que si el Uruguay no ha consentido que el crucero acorazado reparase en Montevideo por sus averías más allá de 72 horas, es por la profunda presión que ha ejercido Inglaterra. Pero lo que importa es que la jauría armada no ha podido cebarse en esta extraordinaria presa. Y lo que importa en este capítulo flotante de Historia es esa bella muerte de la nave germana, violada y hundida por su propio comandante.


Los restos en llamas del Admiral Graf Spee.

"Para poder vencer al enemigo tenemos que vencernos nosotros antes", ha dicho, quejándose de la frivolidad de su país, Paul Reynaud, Ministro de Hacienda de Francia, en una desesperada y patética alarma al pueblo. Así Alemania, día por día, da un ejemplo de saberse vencer para alcanzar la victoria. Y algunas veces, como ahora, el ejemplo tiene la belleza de este barco sacrificado.

Es lebe Admiral Graf Spee!
Sieg Heil!

2 comentarios:

  1. Triste final!

    Al menos queda el consuelo de que su periplo permanecera en los anales de la historia...

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  2. En el caso del Admiral Graf Spee, el balance fue bueno para los alemanes. Perdieron un crucero pesado (acorazado de bolsillo) de 15.000 toneladas a cambio de más de 50.000 toneladas de mercantes aliados. Una relación de más de 1:3.

    Los casos del Bismarck y el Tirpitz, orgullos de la Kriegsmarine, sí que fueron decepcionantes. La batalla del Bismarck tuvo ciertos ribetes épicos, pero de cara al esfuerzo de guerra alemán fue un sacrificio inútil. La historia del Tirpitz sí que fue como para echarse a llorar...

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