El Reich alemán alcanzó durante la jornada de ayer un acuerdo con el Reino de Italia para proceder a la repatriación de los alemanes que habitan al sur del Tirol, dentro del territorio italiano conocido como Trentino o Alto Adigio. Durante las semanas siguientes (hasta el 31 de diciembre), los afectados podrán elegir libremente entre ser realojados dentro de las fronteras del Reich como alemanes de pleno derecho o conservar la residencia y ciudadanía italianas. Esta medida forma parte de la iniciativa conocida como Umsiedlung (Realojamiento) según la cual el Reich se propone reubicar dentro de las fronteras del Reich a todos los alemanes residentes en el extranjero. El pasado día 18 de octubre dio comienzo efectivo la “campaña de realojamiento” (Umsiedlungaktion) en los países bálticos, y ya se ha hecho público el plan general de reasentamiento a nivel europeo.
Esta medida corrobora una vez más la voluntad pacífica de nuestro Führer. Como bien se sabe, su objetivo y el de su Partido ha sido siempre el de conseguir una Patria alemana para todos los alemanes, un fin indiscutiblemente justo en el caso de un pueblo como el alemán que desde el siglo XII ha venido desperdigando su población por buena parte de Europa, principalmente el este. Por desgracia, muchos de los detractores del Führer han visto en este punto de su ideario una excusa para la beligerancia y en especial durante las últimas semanas lo han esgrimido como argumento para desacreditar las ofertas de paz alemanas. Puesto que todavía quedan en Europa muchas naciones con un porcentaje significativo de población alemana, ¿qué garantías hay de que el Reich no las reclamará en el futuro?.
Adolf Hitler: un hombre de paz.
Con esta iniciativa la polémica ha quedado definitivamente zanjada. Así, por ejemplo, a resultas del acuerdo alcanzado ayer con Italia, Alemania reconoce que la frontera natural entre ambas naciones se encuentra en el paso del Brennero y renuncia de manera definitiva a una región arrebatada mediante el infame Tratado de Versalles pero que desde siempre ha pertenecido al Tirol germano-austriaco. Lo cierto es que ningún otro gobernante salvo el Führer habría sido capaz de adoptar una medida tan dolorosa para la nación alemana a expensas de su prestigio y por el bien de la paz en el mundo, a pesar de que seguramente y por desgracia no sean muchos los que se lo tengan en cuenta.
El mensaje es claro: Alemania no tiene ninguna otra ambición territorial. Alemania es ya la Patria de todos los alemanes. Alemania es una nación de paz.
Es lebe Deutschland!
Efectivamente, Hitler es un hombre de paz. Casi igual que otro hombre de paz que yo me sé... jejeje
ResponderEliminarPor supuesto, Lucio Cornelio. Tú siempre obraste de forma pacífica bajo el mandato legal otorgado por el Senado y que si te viste abocado a entrar en Roma y asumir la dictadura no fue sino por culpa de esos apestosos populares marianistas que estaban dispuestos a acabar con el Mos Maiorum romano. Muy a propósito rodaron sus cabezas por el foro, y gracias a ello restablecistes la pax romana. ¡Ave, Lucio Cornelio!
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