Camaradas,
La batalla de Amba Alagi se encuentra en un momento crucial. Los 7.000 italianos, con el propio Duque de Aosta al frente, que permanecen fortificados en este macizo montañoso del norte de Etiopía, se encuentran en estos momentos sobre el estrecho filo que separa a los ejércitos de la victoria y la derrota.
Los italianos contienen la ofensiva por el oeste.
Las tropas indias al mando del General Mosley Mayne desataron su ataque principal por el oeste, después de una finta previa por parte de la Fuerza Fletecher desde el este, el pasado 4 de mayo. El objetivo inicial de la 29ª Brigada de Infantería India era capturar la línea integrada por las montañas Pirámide-Espalda de Ballena-Elefante y a continuación avanzar hacia Amba Alagi.
Artillería británica. Según su doctrina racial, los británicos prefieren mantener sus tropas blancas en la retaguardia.
A las 04:15 de la madrugada comenzó el asalto, precedido por un bombardeo de artillería. Avanzando a gran velocidad detrás de la barrera de fuego artillero, el batallón de vanguardia logró sorprender a los italianos y conquistar el pico Pirámide. Otras unidades Punjab lograron conquistar las alturas Espalda de Ballena y Elefante para las 07:35. Las tropas indias descubrieron entonces que entre las montañas Elefante y Colina Media tan sólo mediaba un estrecho risco ondulante desprovisto de cobertura y dominado por la Colina Calva y Amba Alagi, y decidieron esperar al día siguiente para asaltarlo.
El 5 de mayo, mientras las fuerzas indias que llevaban a cabo el ataque de finta en el Paso Falaga y en los sectores de la carretera principal continuaban presionando en sus respectivos frentes, las tropas Punjab atacarón la Colina Media. Después de un asalto a punta de bayoneta y granadas, la altura fue conquistada antes de las 5 de la madrugada. A continuación, un batallón de Worcesters atacó el Pequeño Alagi, topándose con una barrera de alambre de espino y cayendo bajo un fuego intenso de ametralladora procedente del Pequeño Alagi y la Colina Calva. El ataque fracasó, ahogado en un baño de sangre, y los Worcesters se retiraron a la Montaña Elefante al amparo de la noche.
El 6 de mayo, la 5ª División India se encontraba paralizada, sin otra alternativa que continuar presionando contra el flanco oeste de Amba Alagi o intentar atravesar el Paso Falaga por el norte, operación que en principio tan sólo debía tratarse de un movimiento que distrajera la atención italiana.
Sin embargo, la Fuerza Fletcher destacada en el Paso Falaga informó de que, a pesar de que los italianos se mostraban activos, construyendo sangars y estableciendo continuamente nuevas posiciones, había indicios de que algunas tropas han sido retiradas del sector hacia el otro flanco. Su Comandante pensaba que podría tener éxito en un asalto, pero el General Mayne no creía que cuenta con fuerzas suficientes y tampoco veía viable trasladar su artillería hasta allá.
Fracasa un nuevo intento de abrirse paso.
En el flanco oeste las fuerzas italianas mantienen poderosas posiciones. Sus puestos de ametralladora y mortero están emplazados en trincheras excavadas profundamente en el suelo o en el interior de la roca, lo que las ha vuelto invulnerables. Así, a pesar de que las tropas indias se han hecho con el control de las alturas Pirámide, Espalda de Ballena, Elefante y Colina Media, el movimiento a plena luz en esta última o entre ella y Elefante atrae de inmediato un preciso fuego de ametralladora italiano. Además la única manera que tienen los soldados indios de avanzar desde la Colina Media hacia el Pequeño Alagi es a través de una estrecha lengua de terreno flanqueada por sendos precipicios. El Pequeño Alagi, además, está completamente dominado por Amba Alagi, lo que convierte su captura, así como la de la Colina Calva, en una tarea formidable que, debido al reducido espacio disponible, ni siquiera puede ser acometida mediante el mero empleo de la fuerza numérica. En la actualidad, la mayor esperanza con que cuenta los británicos es que la moral de la guarnición italiana se desmorone como resultado de los continuos bombardeos y de las noticias que les puedan llegar del desmoronamiento general del África Oriental Italiana y de lo desesperado de su propia posición, atacada desde el este y el oeste y a punto de ser alcanzada a su vez por las fuerzas Aliadas que avanzan desde Addis Abeba, al sur.
A la vista de la situación, los siervos del Imperio Británico dirigieron su siguiente ataque algo más al sur, donde las tropas indias lograron capturar la Colina Centro y la Colina Khaki durante la madrugada del 8 de mayo. Una compañía británico alcanzó la cima de la Colina Castillo a las 05:30, donde vislumbró una bandera blanca; la guarnición italiana se rendía. Sin embargo, cuando los indios estaban a punto de alcanzarlos, una lluvia de bombas italianas los recibió causaándoles muchas bajas. A continuación se produjo una batalla con ataques y contraataques que culminaron con la retirada de las tropas indias tras haber agotado sus municiones. Poco después, ante lo insostenible de la posición, los indios abandonaron también la Colina Kakhi, reteniendo tan sólo la Colina Centro, que los italianos dominan desde sus posiciones el la Colina Castillo. Los británicos se han aferrado a ella a pesar de la artillería y contraataques italianos, confiando en la pronta llegada de la Fuerza de África del Este al mando del General Alan Cunningham, con tropas sudafricanas y de Patriotas etíopes, procedente de Addis Abeba.
Tropas indias al asalto. Cuando resulta posible, los británicos procuran enviar a las razas no blancas de su Imperio en cabeza.
Mientras tanto, la Fuerza Fletcher, que tras comprobar la retirada italiana había logrado abrirse paso a través del Paso Falaga durante la mañana del día 9, comprobó que la carretera se encuentra cortada por un abrupto barranco y que no podía enviar sus unidades motorizadas más allá a través del Valle Etzala. La esperanza británica reside en las tropas sudafricanas de la Fuerza de África del Este.
Llegan los sudafricanos por el sur.
El día 10 de mayo el primer batallón de la 1ª Brigada Sudafricana alcanzó Mai Ceu y al día siguiente hizo lo propio el resto de la unidad. En seguida, recibió la misión de ocupar la Colina Triángulo y Kakhi y establecer contacto con la 29ª Brigada India al oeste y la 9ª Brigada India al este. El 12 de mayo (anteayer), los sudafricanos capturaron la Colina Kakhi y desplegaron su artillería en ella y en el Paso Di Aiba, poniendo en una difícil situación a la artillería italiana. La conquista de la Colina Triángulo no iba a resultar tan sencilla.
En efecto, los italianos desplegados en la Colina Triángulo (Monte Corarsi) se encuentran bien protegidos en cuevas y trincheras que dominan todos los caminos hacia ella. La tierra de nadie es una loma abierta rematada por un acantilado que se eleva treinta pies por debajo de los italianos parapetados encima.
El 12 de mayo, mientras los británicos, indios y sudafricanos discutían la forma de proceder contra esta posición, los Patriotas etíopes, sin previo aviso, se lanzaron contra las Montañas Pirámide, en primer lugar contra la Pirámide Este y luego contra la Pirámide Oeste. Los italianos de Pirámide Oeste plantaron una firme resistencia, pero fueron desbordados por la marea etíope. A continuación, los Patriotas trataron de asaltar Triángulo. El risco que discurría entre Pirámide Oeste y Triángulo se encontraba protegido por una barrera doble de alambre de espino y por una masa de obstáculos, cubierto por puestos de ametralladora. A pesar del apoyo de la artillería británica, los Patriotas etíopes fueron rechazados y se vieron obligados a retirarse de nuevo a Pirámide Oeste, cuya cara norte estaba siendo batida por la artillería italiana desde Amba Alagi y la cara sur por las ametralladoras desplegadas en Triángulo. En consecuencia, los Patriotas tuvieron que retirarse más atrás y resguardarse en las bajas lomas situadas entre las dos Pirámides. Durante la noche del 12 al 13 de mayo, una compañía británica ocupó las dos Pirámides sin oposición.
Ayer, día 13 de mayo, la 1ª Brigada Sudafricana ocupó su primer objetivo, el Puesto de Wade, una elevación en las bajas lomas de Triángulo. Más tarde, los Patriotas volvieron a intentar asaltar la cima de Tríangulo, esta vez escalando las pronunciadas faldas del monte y no a través del desfiladero. Volvieron a fracasar. A las 16:00 horas, los sudafricanos continuaron el avance hacia arriba. En seguida se desató una gran tormenta con lluvia y hubieron de detenerse.
En el día de hoy, 14 de mayo, la lluvia ha cesado antes del amanecer y al alba los sudafricanos han reanudado su avance. Han atravesado un profundo barranco situado a unas dos mil yardas de la cima y seguido adelante. Al mediodía se han encontrado cerca de la cima, pero los italianos han efectuado un furioso contraataque y les han hecho retroceder de nuevo al pie del monte.
Una auténtica horda de Patriotas etíopes ha vuelto a lanzarse al asalto a través del estrecho risco que conduce a Pirámide Oeste, y de nuevo han sido detenidos por las barreras de alambre y las ametralladoras italianas. La artillería británica se ha empleado entonces a fondo apuntando contra las posiciones italianas, logrando silenciar algunas armas automáticas. Durante la noche, los sudafricanos planean abrir un agujero en las barreras de alambre con sus torpedos Bangalore.
Si los sudafricanos tienen éxito en esta maniobra y, peor aún, si Triángulo llegase a caer en sus manos, la posición italiana quedaría muy comprometida. Esperamos, no obstante, que los soldados del Duce sean conscientes de la responsabilidad que pesa sobre sus hombros y resistan el último empuje del invasor. ¡En sus manos está no sólo el destino del África Oriental Italiana, sino la libertad de todos los pueblos del mundo a los que oprime el yugo británico!
Vinceremo!
Viva il Duce!
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