Camaradas,
Rudolf Hess ha sido trasladado hoy a la Torre de Londres, donde se ha convertido en el último de una serie de ilustres prisioneros que los británicos han encerrado en la vieja fortaleza de 900 años de antigüedad. Hess ha sido transportado en tren desde Escocia después de su “vuelo de paz” desde Alemania y alojado en una habitación cerca de la Torre Blanca. Hess pasa la mayor parte del tiempo observando a sus guardianes. Permanecerá en el interior de la Torre de Londres hasta que una casa de campo de Hampshire haya sido fortificada y acondicionada para su reclusión.
Rudolf Hess mira a través de los barrotes de su celda. Fotografía obtenida durante su reclusión en Landsberg en 1924.
Hess ha sido sometido a examen por parte de psiquiatras del Ejército Británico quienes han afirmado creer que se encuentra cuerdo, pero lo cierto es que su condición parece deteriorarse por momentos. Afirma que alguien está intentando envenenarle, viste su uniforme de la Luftwaffe e insiste en que debería dársele trato de diplomático.
Receta médica prescrita para proporcionarle a Rudolf Hess pastillas para dormir durante su estancia de cuatro días en la Torre de Londres.
En verdad, el vuelo de Hess a Escocia ha dejado completamente perplejos a británicos y alemanes por igual. Dentro de lo que cabe, el Führer se siente satisfecho porque, al fin y al cabo, su Lugarteniente no haya revelado ningún secreto comprometido y se esté mostrando como un auténtico demente, así como porque los británicos no se hayan regodeado en exceso de la situación.
Ein Volk, ein Reich, ein Führer!
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