domingo, 8 de mayo de 2011

El último combate del Pinguin - 08/05/1941.

Camaradas,

El corsario alemán Pinguin (Buque 33) a las órdenes del Capitán Ernst-Felix Krüder ha puesto hoy punto final a su misión de guerra y lo ha hecho como los auténticos héroes: combatiendo hasta el último proyectil.

El Pinguin, en la mar.

El Pinguin comenzó su crucero de guerra el pasado 15 de junio, a lo largo del cual ha logrado hundir 12 buques y capturado 16, un total de 28 buques con 136.550 toneladas de desplazamiento. Además, otros 4 buques han resultado hundidos a consecuencia de sus minas. Su mayor éxito, y por el que pasará a la historia, se produjo el pasado mes de enero cuando el Pinguin apresó a toda la flota Ballenera Noruega del Antártico, incluidos dos buques factoría, 11 balleneros y un buque cisterna sin disparar un solo tiro.

Después de su éxito en la Antártida, el Pinguin se dirigió hacia la Isla de Santa Helena, donde fue reabastecido por el Alsterstor y adoptó el aspecto del mercante noruego Tamerlane. A lo largo de las siguientes semaneas consiguió localizar hundir a los mercantes Empire Light y Clan Buchanan antes de dirigirse hacia el Océano Índico para acosar las rutas marítimas entre Mozambique y el Golfo Pérsico. En el día de ayer, cazó al pequeño buque cisterna British Emperor, enviándolo al fondo del mar y ha puesto rumbo sur.

El British Emperor, la última víctima del Pinguin.

Por desgracia, y a pesar de las señales de interferencia del Pinguin, el British Emperor ha transmitido señales SOS a gran potencia que se han recibido hasta en la propia Alemania. También las ha recibido el crucero británico HMS Cornwall, que en ese momento navega unas 500 millas al sur del Pinguin. El HMS Cornwall se ha dirigido hacia el norte en pos de la señal SOS y del Pinguin que, sin saberlo, ha navegado directamente a su encuentro.

En el día de hoy, en un punto al norte de las islas Seychelles, el Pinguin ha avistado sobre el horizonte la silueta de un buque de guerra británico. Inmediatamente ha alterado su rumbo hacia el sudoeste y puesto sus motores a toda máquina. Un hidroavión Supermarine Walrus lanzado por el HMS Cornwall ha sobrevolado varias veces al Pinguin y ha informado de lo que en aparencia se trata de un típico carguero noruego. En efecto, el Pinguin navega bajo pabellón noruego y lleva pintado el nombre Tamerlane a ambos lados de su puente; su tripulación lleva la ropa habitual de la marina mercante. El HMS Cornwall se encuentra a tan sólo sesenta y cinco millas de distancia del Pinguin. Una hora y media más tarde, el Walrus ha regresado solicitando la identidad del buque, la carga y el puerto de destino. La silueta del Tamerlane que se muestra en el Registro de Buques Mercantes encaja con lo que ha visto el observador del Walrus, pero el Tamerlane no figura entre los nombres de la lista de buques mercantes que se sabe se encuentran en la zona en ese momento y la tripulación del Walrus anda con la mosca detrás de la oreja.

El crucero de guerra del Pinguin.  El punto 24, su última acción.

El HMS Cornwall a su vez ha navegado a toda máquina hacia el sudoeste y lanzado uno de sus hidroaviones. Los vigías del Pinguin han avistado al crucero británico acercándose a gran velocidad. La tripulación del Pinguin se ha dirigido a sus puestos de combate, aunque los cañones han permanecido ocultos; el camuflaje sigue siendo la mejor protección con que puede contar el Pinguin. Los operadores de radio a bordo del corsario alemán han comenzado a transmitir señales de alarma, identificándose como el mercante noruego Tamerlane y afirmando encontrarse bajo el ataque de un buque de guerra alemán. El operador de radio a bordo del HMS Cornwall ha informado que las señales están siendo enviadas desde un transmisor de la Marina Mercante Británica. El crucero británico ha notificado por radio al Walrus que informe a los noruegos que el buque que se dirige hacia su posición es británico y que le ordene detenerse. El Pinguin ha adoptado entonces la clásica respuesta defensiva de mostrar su popa. El HMS Cornwall se ha acercado hasta 20.000 metros y le ha ordenado tres veces mediante lámpara de señales: “¡Alto, o disparo!” Un disparo de advertencia de uno de los cañones de ocho pulgadas del crucero ha caído lejos y a la derecha del Pinguin, que no se ha detenido. Las señales han sido repetidas y otro disparo efectuado. El segundo hidroavión Walrus a bordo del Cornwall ha sido equipado con dos bombas de 250 libras y recibido la orden de lanzar la primera bomba enfrente del Pinguin y, si éste sigue sin detenerse, arrojar la segunda sobre su castillo de proa. En ese momento, el HMS Cornwall se encuentra a 12.000 metros del Pinguin.

Los cañones de proa del HMS Cornwall.

A las 17:14 horas, a 8.000 metros de distancia, el Pinguin ha dejado caer su disfraz, izado su bandera de guerra, virado violentamente a babor para ponerse en posición de combate y abierto fuego con cinco cañones simultáneamente, acertando al crucero británico a la primera. El HMS Cornwall ha sufrido un fallo en los circuitos eléctricos que controlan el manejo de sus torretas de artillería principal. En consecuencia, el HMS Cornwall ha roto el contacto y se ha retirado fuera del alcance de los precisos cañones del Pinguin para llevar a cabo reparaciones. El HMS Cornwall tiene también completamente averiado el enlace telefónico entre el puente y los cañones y la línea a la catapulta de los aviones. Un oficial ha sido enviado a popa para ordenar al Walrus bombardear el Pinguen. Sin embargo, el hidroavión ha resultado dañado por la metralla y no ha podido despegar. Otro impacto directo del Pinguin ha destruido el telégrafo de la sala de máquinas y averiado algunos cables vitales de su sistema de dirección. El HMS Cornwall se encuentra a la deriva. Otro proyectil alemán ha iniciado un incendio, pero el crucero británico ya no se encuentra al alcance del Pinguin y la tripulación británica ha podido finalmente reparar los circuitos que gobiernan las torretas de artillería. En seguida, el HMS Cornwall ha acertado con su primer proyectil al Pinguin, derribando su mástil de proa. El Capitán Ernst-Felix Krüder ha dado entonces orden de liberar a los prisioneros, colocar las cargas explosivas y abandonar el buque. En ese preciso momento, una andanada de cuatro cañones ha destruido al Pinguin. El primer proyectil ha acertado en la cubierta de proa barriendo los dos cañones de 150 mm del castillo de proa y sus dotaciones. El segundo proyectil ha destrozado la sala meteorológica y hecho pedazos el puente, matando al instante a Krüder y a todos los presentes salvo a uno. El tercer proyectil ha devastado la sala de máquinas. El cuarto proyectil ha explotado dentro de la bodega número 5 provocando la detonación de 130 minas explosivas almacenadas allí, haciendo saltar por los aires la proa del Pinguin. Las llamas se han elevado a cientos de metros de altura y fragmentos del Pinguin han quedado esparcidos por toda la superficie del mar. El Pinguin ha desaparecido en menos de cinco segundos.

Kapitän zur See Ernst-Felix Krüder, principal responsable y protagonista de la hazaña del Pinguin.

Desde el principio hasta el final, la acción ha durado sólo 27 minutos. El Pinguin ha disparado 200 proyectiles contra el HMS Cornwall, que a su vez a disparado 136. Los botes del crucero británico han recogido a seseta miembros de la tripulación del Pinguin y a veinticuatro de sus prisioneros. De los 401 alemanes a bordo del Pinguin, tan solo han sobrevivido tres oficiales, un suboficial prisionero y cincuenta y siete marineros. De los 238 prisioneros a bordo del Pinguin, tan sólo han sobrevivido nueve oficiales y quince marineros. Doscientos catorce prisioneros y trescientos cuarenta y un marinos alemanes han perdido la vida en este combate que constituye la primera vez en la guerra que los británicos logran hundir a uno de los buques corsarios alemanes.

Es lebe Kapitän zur See Ernst-Felix Krüder!
Sie sind nicht tot, sie leben in Deutschland!

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