Camaradas,
El discurso que Winston Churchill ha pronunciado hoy ante la Cámara de los Comunes durante el debate sobre la política de guerra del Gobierno Británico es sorprendente. Pero sorprende más. mucho más, la credulidad de su país. Ha perdido Inglaterra la baza de Yugoslavia, el punto de apoyo de Grecia que creyó firmísimo, la gran ilusión del Norte de África, la altiva confianza en la inexpugnabilidad de Egipto, el respeto de pueblos que creía totalmente sometidos y hasta prevé —dramática posibilidad— la pérdida de Malta y de Creta. En menos de un mes ha visto rotos sus esfuerzos y han saltado, hechas añicos, todas sns resistencias. ¿Cómo puede prometer Churchill a su pueblo después de estas premisas, vastamente dibujadas en su discurso, no ya la victoria final, sino la victoria inmediata en el Oriente Medio? ¿Y cómo puede el pueblo escuchar en silencio esta gigantesca mistificación? ¿Y cómo pueden, por ende, los miembros de esa Cámara “democrática”, ratificar su confianza a Winston Churchill por 447 votos contra 3?
El precedente, el único precedente que conocemos de esta tremenda paradoja, tuvo lugar en España a lo largo de su Guerra Civil. Entonces, los comunistas, a medida que su derrota era mayor y más irreparable, afirmaban con más ahinco su victoria. Hablaban como si no les escuchase nadie. Pero entonces, también, en lo que tienen de insobornables todas las conciencias, aun las de aquellos mismos que querían engañar a los demás, la verdad se abría paso, silenciosa y atemorizada, pero con toda su fuerza incontenible. ¿No estaremos delante de un proceso análogo, al final del cual no será posible contener, ni por un momento más, la realidad terrible?
Éstas han sido algunas de las palabras del inefable Winston Churchill:
La derrota en Libia.
La pérdida del valle del Nilo y del Canal de Suez, de nuestra posición en el Mediterráneo, de Malta, sería uno de los más rudos golpes que podríamos recibir. Estamos firmemente decididos a luchar en todos estos puntos con todos los recursos de nuestro Imperio y tenemos todas las razones para creer que saldremos adelante. Wavell tiene actualmente bajo su mando cerca de medio millón de hombres. Una ola continua de material sale de Inglaterra para ellos y ahora que se derrumba la resistencia italiana en Abisinia será posible efectuar una concentración constante de estas fuerzas en el norte. En realidad, el movimiento de tropas se lleva a cabo rápidamente desde hace muchas semanas y el magnífico Ejército sudafricano se trasladará en breve a orillas del Mediterráneo.
¿Está usted borracho, señor Chuchill?" "Sí señora, y usted es fea. Pero, ¿sabe? mañana, yo estaré sobrio."
Pero la guerra en el desierto occidental o en cualquiera de los desiertos que rodean a Egipto no puede realizarse sino con efectivos más bien reducidos y muy bien equipados. El empleo de grandes masas en este teatro de lucha sólo puede conducir al desastre. Esto es lo que les ha ocurrido a los italianos. Ciento ochenta mil hombres yacen bajó el suelo africano. En el Agheila, la fuerza blindada alemana no era mucho mayor que la nuestra, pero hubo errores y mala suerte. Al cabo de muy pocos combates, nuestras tropas se desorganizaron, aunque las demás fuerzas que teníamos en Bengasi y que no constituían más que una división, se replegaron hacia Tobruk donde, con refuerzos, formaron una gran guarnición que aún hoy se mantiene a la defensiva. Según hemos sabido ahora, los alemanes no pensaban llegar más allá de Agedabia. Sólo intentaban, atacar a nuestras fuerzas blindadas para impedir, con esta maniobra de diversión, que enviásemos fuerzas a Grecia mientras ellos mandaban refuerzos de Italia y Sicilia. Defendemos y defenderemos hasta la muerte, sin pensar ni por un momento en la retirada. Tobruk y ese otro puesto avanzarlo ofensivo que es Creta; todavía no atacada. También lucharemos con todas nuestras fuerzas por el valle del Nilo y por el dominio del Mediterráneo.
Churchill, pitoniso, cree posible la llegada de los alemanes al Irak.
En Irak seguramente tendremos que combatir dura y largamente al este de Basora. Durante varios días hemos sentido vivas inquietudes por nuestra suerte en esta región, pero ayer la guarnición de Habbaniyah efectuó una salida y derrotó por completo a los asaltantes, que emprendieron la huida. Fueron hechos prisioneros 26 oficiales y 408 soldados iraquíes y las pérdidas totales del enemigo se calculan en un millar. Posiblemente lleguen los alemanes antes de que hayamos sofocado la insurrección, y en este caso nuestra labor será mucho más difícil. Posiblemente también, la revuelta haya sido prematura. Pensamos ayudar a los iraquíes a deshacerse lo antes posible de Rachid Ali y de su dictadura militar.
Así es como la Historia conocerá a esta guerra, que no será la guerra de Adolf Hitler porque el Führer nunca la quiso.
«Mantenemos el tráfico marítimo con grandes pérdidas»
Es un error creer que ha sido ganada la batalla del Atlántico. La manera de juzgar esta cuestión reside en el número de toneladas de importaciones que llegan a nuestros puertos. En la actualidad mantenemos el tráfico con grandes pérdidas y tratamos de hacer frente a este problema construyendo nuevos barcos, reparando los averiados y reduciendo el tiempo de intervalo, entre las llegadas y las salidas.
La realidad del bloqueo al Reino Unido: los niños británicos ya no pueden comprar helados y han de conformarse con zanahorias.
En todos estos aspectos hemos realizado importantes progresos, pero hay mucho por hacer. Con la ayuda continua que nos prestan ya los Estados Unidos podremos sostener, probablemente, nuestro mínimo esencial de tráfico durante todo este año. Para 1942 tenemos que contar con una inmensa producción de buques mercantes en los Estados Unidos y quizá en 1943. si continúa la guerra, se nos presenten problemas más fáciles. Las patrullas norteamericanas en el Atlántico significan mucho, pero necesitamos más ayuda y no dudo que la obtendremos de muy diversos modos. Se nos ha dicho que tendremos toda la ayuda que nos hace falta, pero yo debo hablar con prudencia porque ningún Ministro británico puede predecir, y aún menos ordenar, la política de los Estados Unidos.
Lo dicho, es una auténtica lástima que en este particular momento de la Historia, Gran Bretaña haya tenido la desgracia de caer en manos de este irresponsable que no logrará otra cosa que arrastrar a su país y a su Imperio al abismo de la destrucción.
Es lebe Nationalsozialismus!
Es lebe Deutschland!
UK tuvo que soportar como EEUU que no fue afectado con la guerra se llevo la gloria al derrotar a la Alemania nazi.
ResponderEliminarHola, de que es vieja está publicación, pero quiero preguntar por una nota de un periodista inglés que estuvo con las Wehrmacht y que escribió sobre la batalla de Berlín. Podrían facilitarme el enlace?. Desde ya gracias. Saludos
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