Camaradas,
Nuestro Führer, gran genio estratega a quien no le gusta dejar ningún cabo suelto, ha querido centrarse hoy en la colaboración con el Japón, aliado del Reich en el Pacto Tripartito, y ha dictado su Directiva 24 acerca de la cooperación entre la Wehrmacht y el Ejército del Imperio del Sol Naciente.
El General Hiroshi Oshima, actual Embajador japonés en Alemania, estrecha la mano del Führer durante una visita a Berlín en 1939.
1) El objetivo de la cooperación inciada en el Pacto Tripartito debe atraer a Japón a emprender operaciones activas en Extremo Oriente lo antes posible. Esto retendrá poderosas fuerzas inglesas, además de desviar hacia el Pacífico el foco de interés de los Estados Unidos de América.
A la vista de la baja preparación militar de sus enemigos, las perspectivas de éxito del Japón serán mayores cuanto antes ocurra la intervención. La Operación Barbarroja crea condiciones políticas y militares especialmente favorables para esto.
El Führer recibe a una delegación militar japonesa en visita por Alemania durante 1937.
2) Para preparar la cooperación, es necesario fortalecer la potencia militar japonesa por todos los medios.
Con este fin, los Comandantes en Jefe de las ramas de la Wehrmacht responderán con toda libertad y extensión las peticiones japonesas que soliciten información acerca de la experiencia de guerra y batalla alemana así como de la economía y tecnología de guerra.
Resulta deseable la reciprocidad, pero esta no debe impedir las negociaciones. Esto concierne principalmente las peticiones japonesas que pudieran tener efecto en las operaciones militares a corto plazo. En lo que respecta a casos especiales, el Führer se reserva su decisión.
Militares alemanes y japoneses posan juntos durante una visita de la Juventud Hitleriana a Japón en 1939.
3) La coordinación de los planes de operaciones en ambos bandos atañe al Alto Mando de la Kriegsmarine.
Se aplican los siguientes principios:
a) La rápida derrota de Inglaterra será el objetivo común en la conducción de la guerra, lo que mantendrá a los Estados Unidos alejado de la misma. Por lo demás, Alemania no tiene intereses políticos, militares ni económicos en el Lejano Oriente que le hagan tener reservas en lo que respecta a las intenciones japonesas.
b) Los grandes éxitos que Alemania ha obtenido en la guerra contra el tráfico mercante hacen particularmente apropiado que poderosas fuerzas japonesas se centren en el mismo propósito. Además, cualquier posibilidad de ayuda en la guerra de Alemania contra el tráfico mercante debe ser explotado.
c) La situación de las potencias del Pacto Tripartito en lo referente a las materias primas requiere que Japón se haga con el control de aquellos territoriosque necesita para proseguir la guerra, en especial si los Estados Unidos intervienen. Las entregas de goma deben tener lugar incluso después de la entrada en la guerra de Japón, dado que resultan vitales para Alemania.
d) La conquista de Singapur, la posición clave de Inglaterra en Extremo Oriente, supondría un éxito decisivo para la guerra combinada de las tres potencias. Además, los ataques dirigidos contra otras bases del sistema naval inglés –contra la potencia naval americana, sólo si la entrada en la guerra de América no puede ser evitada- es probable que debiliten el poder del enemigo y, al igual que si se atacan sus comunicaciones marítimas, que retengan fuerzas esenciales de toda índole (Australia).
No se puede fijar todavía una fecha para el inicio de las discusiones operativas.
4) En las comisiones militares que se establezcan bajo el Pacto Tripartito, sólo deberían discutirse aquellos asuntos que conciernan a las tres potencias al mismo nivel. Esto incluirá principalmente cuestiones de la guerra económica. Tratarlas con detalle será la tarea de la comisión principal en concierto con el Alto Mando de la Wehrmacht.
5) No se debe dar a los japoneses ninguna pista acerca de la Operación Barbarroja.
Es lebe Japan!
Es lebe Deutschland!
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