Camaradas,
Ante los despliegues masivos de tropas que Bélgica y Holanda están llevando a cabo contra nuestras fronteras, nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores ha declarado ante la prensa extranjera que el Reich no tiene intención alguna de violar la neutralidad de estos países, neutralidad que reiteradamente ha sido reconocida y aceptada por el Führer y el Gobierno del Reich.
Esperemos que con esta declaración oficial quede aclarado el “asunto” que durante las últimas treinta y seis horas ha producido la alarma entre los belgas y holandeses. El Reich puede afirmar y afirma que no es cierto que se hayan desplegado grandes concentraciones de fuerzas de la Wehrmacht frente a los Países Bajos ni que éstas pretendan iniciar ninguna invasión y no encontramos motivo para la desacostumbrada reacción de pánico basada en informes y documentos falsos que ha tenido lugar. No es necesaria la movilización total ni la cancelación de permisos por parte de Holanda ni de Bélgica. Una vez más insistimos en que la causa de esta nueva “crisis de nervios” en Bélgica y Holanda debe buscarse en París y, más concretamente, en ciertas gestiones del Primer Ministro Daladier.
Los lobos francés e inglés acechan en los bosques de Flandes y las Ardenas.
A este respecto destaca cierta información que nos ha llegado de Amsterdam en la que se afirma que el jefe del Gobierno francés ha celebrado dos importantes conferencias con el General Gamelin y con el Almirante Darlan, jefes respectivos de los ejércitos terrestre y naval. Francia pretende iniciar una maniobra para crear en Amsterdam y Bruselas un ambiente psicológico similar al que propició que Polonia terminara por tomar las armas contra Alemania, ofreciéndoles la garantía franco-inglesa. Ya saben belgas y holandeses en qué se tradujo dicha “garantía” y cómo terminó Polonia, así que les rogamos encarecidamente que el sentido común vuelva a instalarse entre ellos y no permitan a las víboras del oeste atravesar su frontera. Las víboras culpables no son otros que Londres y París, por supuesto, quienes sin abandonar sus planes de extender la guerra a los países escandinavos y al sureste de Europa, se dedican ahora a azuzar los avisperos de Bélgica y Holanda en nuestra contra.
Soldado holandés: sé tan inteligente como gallardo y no escuches los cantos de sirena.
Por nuestra parte, lo repetimos una vez más: El Reich no tiene intención de invadir a ninguno de los dos pequeños países, no sólo porque nuestro Gobierno se haya comprometido repetidas veces a respetar su neutralidad, sino también porque tenemos interés en que ésta se mantenga y que los puertos holandeses y belgas no se transformen en puertos beligerantes. Alemania es una nación de palabra. Alemania es una nación de paz.
Es lebe Deutschland!
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