Camaradas,
Tres columnas alemanas avanzan hacia Belgrado a la carrera desde distintas direcciones dispuestas a ser la primera en conquistar la capital de Yugoslavia. A pesar de los obstáculos aparentemente insuperables, un hombre, el SS Haupsturmführer (Capitán) Fritz Klingenberg está decidido a ser el primer alemán en alcanzar el objetivo, a pesar de contar tan sólo con un puñado de hombres.
Ilustración del grupo de motociclistas de Klingenberg a orillas del Danubio.
Durante la mañana de hoy, 12 de abril, una compañía de asalto de motocicletas de la División Motorizada SS Reich se ha destacado de su columna y ha avanzado hacia Belgrado a lo largo de la orilla norte del Río Danubio hasta los suburbios orientales. El río parece una barrera insalvable, dado que todos los puentes sobre él que que la vanguardia de motociclistas esperaba poder utlizar han sido volados por los yugoslavos.
Sin embargo, después de una búsqueda concienzuda, los motociclistas han encontrado una lancha motora y, a media tarde, el SS Hauptsturmführer Klingenberg junto con un líder de pelotón, dos sargentos y cinco soldados, se han subido a la pequeña embarcación y dirigido hacia la lejana orilla opuesta. Aunque el río revuelto ha estado a punto de hacerlos volcar varias veces, la lancha ha logrado cruzarlo. Los hombres de las Waffen SS han saltado a la costa de arena y Klingenberg ha ordenado a sus hombres seguir adelante y afrontar una tarea aparentemente imposible: capturar la capital de Yugoslavia con sólo nueve hombres.
Soldados de la División SS Reich atraviesan un río. Fotografía obtenida durante la Campaña en el Oeste, cuando la unidad tenía el tamaño de un regimiento y su nombre era SS VT (Verfügungstruppe).
Klingenberg fundamenta su decisión en dos factores: el camuflaje y la sorpresa. Los yugoslavos todavía están sumidos en la confusión debido al bombardeo alemán y, además, no esperan encontrarse con un pequeño grupo de soldados alemanes en el centro de la ciudad. Los acontecimientos se han desarrollado exactamente como Klingenberg ha previsto.
Justo después de abandonar su lancha, el grupo SS se ha encontrado con un contingente de veinte soldados yugoslavos que, sorprendidos por encontrarse con una fuerza alemana en Belgrado, se han rendido sin disparar un tiro. Minutos después, varios caminones militares cargados con soldados se han acercado hasta los alemanes, que han efectuado algunos pocos disparos, y los yugoslavos, hipnotizados, han capitulado.
Los dioses de la guerra han sonreído a Klingenberg cuando uno de los prisioneros ha resultado ser un Volksdeutsche –alemán étnico- que se ha ofrecido voluntario para ser su guía e intérprete.
A bordo de los camiones capturados, Klingenberg y sus ocho soldados se han dirigido al Ministerio de Yuerra de Yugoslavia, pero se lo han encontrado vacío: aparentemente, el Alto Mando Yugoslavo ha huido. Por lo tanto, los SS han conducido hasta la delegación alemana, donde el adjunto militar, que ha permanecido retenido en Belgrado todo este tiempo, ha saludado a los recién llegados con entusiasmo. Se ha quedado perplejo, no obstante, cuando ha sabido que Klingenberg y su puñado de hombres se han estado haciendo pasar por la División Motorizada Reich al completo.
Klingenberg relata su historia a reporteros de la radio alemana.
Si el adjunto militar alemán ha podido ser engañado, no le cabe la menor duda a Klingenber de que las autoridades civiles yugoslavas también creerán que toda una división alemana ha penertrado en la ciudad. Así, Klingenberg ha lanzado su farol. Ha izado una bandera alemana con la Swástika y ha enviado a un civil yugoslavo para contactar con el alcalde e informarle de que Belgrado se encuentra bajo el control de la División SS Reich.
Dos horas más tarde, el alcalde y varios de sus colaboradores han llegado a la delegación alemana para ofrecerles la rendición formal. La treta ha funcionado a las mil maravillas y Belgrado ha caído en manos de nueve soldados de las Waffen SS.
Es lebe SS Hauptsturmführer Fritz Klingenberg!
Es lebe der Waffen SS!
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