Camaradas,
El día de hoy ha amanecido en Namsos tan cubierto de niebla como ayer. El Almirante al mando de las fuerzas navales de la zona, John Cunnigham, ha destinado a la protección del convoy de evacuación dos cruceros y dos destructores y enviado al pusilánime Mountbatten con el crucero HMS York, cinco destructores y tres transportes al interior del fiordo de Namsos.
Soldados franceses en los bosques de Namsos aguardan a que la flota aliada los rescate. Obsérvense sus rostros aterrorizados mientras la Luftwaffe martillea la ciudad.
Soldados aliados se abren paso hacia los muelles de la ciudad en ruinas de Namsos.
Tras doblar el último recodo del fiordo, los marineros británicos se han entrado con la pavorosa visión en llamas de la ciudad de Namsos. Sin saber si la ciudad se encontraba todavía en manos inglesas, Mountbatten ha dirigido su flota al puerto. Un buque anti-submarino, el HMS Aston Villa, ardía semi-hundido a estribor. Al acercarse a los muelles, los británicos se han encontrado con un paisaje en llamas desolador. Sin embargo, Carton de Wiart estaba ahí con 5.500 soldados de la Mauriceforce, ansiosos por ser evacuados.
La pavorosa visión en llamas de Namsos.
Los Aliados huyen de Noruega al amparo de la noche.
La evacuación ha comenzado a las 10:30 de la noche. Dos de los transportes han podido situarse junto al deteriorado muelle y han llenado sus bodegas de tropas. Los destructores han recogido al resto de soldados aliados y los han trasladado al crucero y al tercer transporte antes de cargarse ellos mismos una última vez. Mientras tanto la retaguardia aliada trataba de contener a nuestros soldados en las afueras de Namsos hasta que finalmente han huido ellos también y han sido recogidos por el destructor HMS Afridi.
Los Aliados han dejado abandonados en los muelles numeroso equipo (armas, cañones y vehículos) que no han tenido tiempo de destruir en el colmo de la incompetencia. A las 2:20 de la madrugada del día 3, el HMS Afridi ha puesto un broche patético a la presencia aliada en Namsos y por ende en la Noruega central, disparando con sus cañones contra los muelles tratando de destruir el valioso equipo pesado aliado que sus compatriotas se han olvidado de inutilizar.
Sieg Heil!
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