Camaradas,
Hoy cabe reportar una nueva tragedia naval británica, una más en la larga lista que la estupidez capitalista ha abocado a tantos jóvenes ingleses.
HMS Daring.
El submarino U-23 comandado por el capitán Otto Kretschmer ha avistado al destructor inglés de 1.300 toneladas HMS Daring, que se encontraba realizando labores de escolta al convoy HN-12 en su viaje de vuelta a Inglaterra desde Bergen, Noruega. Por lo general, los submarinos suelen evitar el combate contra los destructores por lo peligroso que puede resultar para su nave un ataque fallido, pero el intrépido capitán del U-23 no ha querido dejar pasar la oportunidad y ha iniciado el ataque. A unas 40 millas al este de Pentland Firth, el destructor ha sido alcanzado en la popa con sendos torpedos que lo han partido en dos y se ha ido a pique en pocos minutos, arrastrando a 157 miembros de su tripulación.
Hasta nosotros ha llegado el trágico testimonio de uno de los únicos cinco supervivientes, el veinteañero William Edward Woodnut.
“Me encontraba en uno de los emplazamientos de cañones sobre uno de los puestos de vigía en medio del buque, aguardando al momento de irme a la cama, cuando de pronto hubo una explosión terrible. El barco se partió por la mitad. Fui arrojado a cubierta y observé la chimenea caer hacia mí. Por suerte golpeó el cañón y rebotó al agua.
Entonces me hundí con el buque mientras una segunda explosión lo azotaba. Recuerdo subir a la superficie cubierta de aceite. Una bolsa de aire debajo de mi chubasquero me mantenía a flote y nadé alrededor hasta que me encontré con un par de marinos colgando de los lados de un bote salvavidas neumático. Uno de ellos trepó y nos ayudó a subir al otro hombre y a mí.
Tripulación al completo del HMS Daring, antes de la guerra.
Estaba oscuro y podíamos escuchar los gritos de otros hombres, pero no pude verlos. La popa del destructor había vuelto a la superficie, y entiendo que un hombre se colgara de una hélice propulsora hasta que fue rescatado.
Después de un tiempo el teniente del Daring nadó hacia nosotros y amablemente preguntó si podía acompañarnos. Lo subimos al bote.
Vimos lo que parecía un submarino. Pensando que sería británico, gritamos, pero entonces se nos ocurrió que podría ser el U-Boot que nos había torpedeado, así que nos callamos y el submarino desapareció. "
Los marineros ingleses aguardaron durante horas cantando canciones para animarse y reconfortándose con la idea de que disfrutarían de 14 días de permiso. Cuando llegaron las luces del día, no había rastro del buque, de supervivientes o de ningún barco que pudiera rescatarlos. Tenían mucho frío, las mantas habían volado mientras flotaban a la deriva. Finalmente un destructor los avistó y fueron rescatados.
Una nueva página en la triste historia de la Royal Navy.
Es lebe Kriegsmarine!
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