jueves, 4 de febrero de 2010

Clausura de la Conferencia de la Entente Balcánica – 04/02/1940.

Camaradas,

Hoy ha celebrado su última reunión el Consejo Permanente de la Liga Balcánica. Después de la reunión tuvo lugar una comida en la Legación de Grecia y, a las cinco de la tarde, los ministros se reunieron nuevamente para celebrar la sesión de clausura.

A la salida de la octava sesión del Consejo Permanente de la Entente balcánica, el Ministro de Asuntos Exteriores rumano, Grigore Gafencu, en calidad de Presidente de este Consejo, ha leído el comunicado oficial siguiente: 

Grigore Gafencu. 
  1. Es interés común de los cuatro Estados el mantenimiento de la paz en el orden y la seguridad en el Sudeste de Europa.
  2. Tiene la firme decisión de proseguir una política resueltamente pacífica, manteniendo sus respectivas posiciones en el conflicto actual para librar de las pruebas de la guerra a esta parte de Europa.
  3. Quieren permanecer reunidos en el seno de la Entente, que no persigue fines particulares y que no se dirige contra nadie y vigilar en común la salvaguardia de los derechos mutuos, de independencia y de territorio nacional.
  4. Desean sinceramente mantener y desarrollar relaciones amistosas con los Estados vecinos en espíritu de conciliación, de comprensión mutua y de colaboración pacífica.
  5. Sienten la necesidad de estrechar las relaciones económicas y las comunicaciones entre los estados balcánicos, aumentando los intercambios comerciales dentro de la Entente.
  6. Han decidido prolongar por un nuevo período de siete años, a partir del 9 de febrero, el Pacto balcánico.
  7. Los cuatro ministros de Negocios Extranjeros deciden mantener contacto estrecho hasta la próxima reunión del Consejo que tendrá lugar en Atenas el mes de febrero de 1941.
La importancia política de estas conclusiones no se le escapa a nadie. El convenio económico que formaba parte interesante del programa, por el cual los estados balcánicos deciden .ampliar el intercambio comercial, no sólo no afecta al intercambio alemán, sino que, muy positivamente, favorece los planes económicos y financieros del Reich. En el aspecto político, lo que presentaba más palpitante interés era la actitud de Turquía. El más seguro peón británico en los Balcanes le ha fallado, sin duda posible ya, al Imperio británico. Esto supone un nuevo disgusto y una nueva decepción franco-inglesa que ve alejarse, con los planes danubianos de extensión del conflicto, la supuesta facilidad para quebrar en su favor la neutralidad de los Dardanelos.  

Inglés desolado en el barrizal de Gallipolli.  Turquía vuelve a golpear a la Gran Bretaña.

Los confusos proyectos ingleses que, de una parte, van hacia la estrategia del petróleo; de otra, a la guerra con Rusia para aislar a Alemania de estos petróleos que tanto preocupan y que están previstos autárquicamente en el plan cuatrienal, y de otra, a la extensión del teatro de la guerra para poder combatir desde otras geografías al Reich, parecen retrasarse, por lo menos un tanto, en lo que al juego balcánico se refiere. Evidentemente, esta broma de la unión de las libertades y aquella otra, más sangrienta aún, de las garantías, tienen la desconfianza de los no beligerantes, sobre todo por aquello de "cuando se ven pelar las barbas del vecino...", y. después de la experiencia de ver, cómo estas doctrinas han costado la vida a más de una nación alegre y confiada a la que sus “garantes” han abandonado cobardemente.
 
Es lebe die Balkanentente!

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