Camaradas,
La metereología ideal y las altas temperaturas presagian otra intensa jornada de combates sobre Inglaterra. Los aeródromos de Hawkinge, Lympne, Manston, Gravesend, Croydon, Kenley, Biggin Hill, Hornchurch y Duxford han recibido graves daños los últimos días, habiendo quedado completamente desmantelados algunos de ellos. Dentro de poco, los ingleses tendrán que despegar sus aviones desde las carreteras.
07:55: Cuatro importantes formaciones de la Luftwaffe atraviesan el Canal. Los ingleses, conscientes de que en el día de ayer habían enviado a sus cazas demasiado tarde, enmendan su error y envían sus escuadrones sin retraso.
Los escuadrones ingleses se encuentran con la primera oleada, que resulta estar compuesta de Messerschmitts Bf 109 volando a 25.000 pies de altitud donde su rendimiento es mayor que el de los Spitfires. Los cobardes ingleses abortan la misión al no querer involucrarse en combates de caza contra caza. Sin embargo, uno de los escuadrones no recibe el mensaje y es atrapado por los Messerschmitts, que derriban a tres de ellos. Los cazas alemanes, ante la estampida inglesa, deciden atacar los globos antiaéreos del área de Dover.
Uno de los 23 globos destruidos hoy en Dover.
08:15: Las otras tres oleadas de la Luftwaffe resultan ser una formación de más de 200 bombarderos He 111 y Do 17 escoltados por 60 Bf 110s. Los ingleses envían a todos sus escuadrones (13) en la zona salvo a tres que quedan reservados para la defensa de Londres. Al alcanzar la boca del Támesis, la formación alemana se divide en tres grupos, cada uno dirigiéndose a un objetivo distinto. Los bombarderos golpean los aeródromos de North Weald y Hornchurch.
08:25: 40 Do 17s escoltados por Bf 110 se dirigen al aeródromo de Duxford. Los ingleses, deseperados, solicitan ayuda inmediata. Un escuadrón de Hurricanes consigue interceptar a los bombarderos alemanes y dispersa su formación, pero sólo logra derribar un aparato y no detiene la formación.
Con la mayoría de los pilotos de la RAF intentando mantener a raya a los bombarderos alrededor de Londres y el escuadrón de Hurricanes enzarzado con la formación de la Luftwaffe que pretende atacar Duxford, una tercera formación alemana avanza sin oposición sobre el aeródromo de Debden, que es dañado gravemente con más de 100 bombas. Tres barracones y los almacenes son destruidos, además de quedar sembradas de agujeros las pistas y dañados varios aviones.
En el camino de regreso, los Spitfires se enfrentan a los bombarderos y logran derribar a dos de ellos a cambio de otros dos cazas propios.
09:00: La Luftwaffe lanza un nuevo ataque con dos oleadas que de nuevo se acercan sobre el Estuario del Támesis. Una formación de Dorniers se desvía a Eastchurch donde golpea al aeródromo y varios Bf 110s atacan el aeródromo de Detling.
Los británicos sienten el desgaste de los numerosos días de combate. Pierden cazas a mayor ritmo del que logran reemplazarlos y, sobre todo, los pilotos están agotados, con muchos realizando hasta cuatro salidas al día.
12:15: Un centenar de bombarderos con escolta pesada cruzan el Canal y se separan en dos formaciones, la primera de Dorniers Do 17 y la segunda de Heinkels He 111, la cual a su vez se divide en otras dos. El aeródromo de Biggin Hill Croydon es atacado por doce bombarderos que destruyen un hangar y dañan varios edificios. Biggin Hill es golpeado una vez más, dañando todavía más sus hangares y edificios, sus cuarteles y sus salas de operaciones, que reciben impactos directos que apagan las luces y llenan las habitaciones con humos acres, polvo, humo y fuego. Las líneas de teléfono y de electricidad provisionales instaladas a toda prisa tras los ataques de ayer vuelven a quedar destruidas. Los ingleses no pueden hacer nada contra los bombarderos debido a la pesada escolta de Bf 109s que los acompaña. Al final del ataque, el aeródromo de Biggin Hill está tan vapuleado que los escuadrones que habían despegado previamente de ahí tienen que ser desviados a Kenley y Croydon.
Cazados durante el despegue.
La Luftwaffe visita de nuevo el aeródromo de Hornchurch. Un escuadrón de Spitfires se encuentra despegando cuando una línea de puntos se distingue en el cielo, dirigiéndose en línea recta hacia el aeródromo: los Dorniers Do 17. Tres Spitifires se lanzan sobre las pistas de despegue y comienzan a ganar velocidad lentamente justo en el preciso momento en el que los Dorniers sobre el aeródromo arrojan sus bombas. Explosiones y vibraciones terribles sacuden el aeródromo a medida que las bombas estallan. Una de ellas cae justo delante del Spitfire que rueda en cabeza y debajo de él parece surgir un volcán en erupción que hace saltar por los aires a los tres Spitfires, despedazándolos. El aeródromo queda completamente cubierto de cráteres.
Spitfire hecho trizas en Hornchurch.
13:00: Durante la tarde, varias oleadas de Bf 110s se acercan a la costa y atacan las estaciones de radar británicas. La de Foreness resulta seriamente dañada.
15:15: Otra gran formación de bombarderos se lanza sobre los aeródromos de Hornchurch y Biggin Hill. Este último es alcanzado por enésima vez en su sala de operaciones, resultando averiado el sistema telefónico. El tejado de cemento se derrumba y cae sobre la mesa de operaciones, que se rompe en pedazos. Otros dos hangares, la cantina de oficiales y varios talleres quedan destruidos así como varias pistas y carreteras de cemento al ser alcanzadas por impactos directos.
Por la tarde-noche, 160 bombarderos vuelven a atacar las ciudades de Liverpool y Birkenhead, en este último caso la cuarta noche de bombardeo seguida.
Para la RAF ha sido un día terrible. La Luftwaffe no les ha dado descanso desde primera hora de la mañana. Después de algunos días de descanso motivados por las inclemencias metereológicas, los últimos dos días han supuesto un baldón para la RAF, que ha perdido muchos pilotos, incluidos muchos comandantes experimentados. Ahora, muchos escuadrones están siendo mandados por oficiales novatos y en algunos casos por suboficiales.
La vuelta a casa. Quizás cansados, quizás tocados (véase el rastro de humo del BF 109 de la derecha), pero siempre victoriosos.
En total, la Luftwaffe ha perdido sesenta aparatos en estos dos días. Los pilotos alemanes también están cansados, pero se sienten satisfechos por el éxito táctico que ha supueso el traslado de los Bf 109s a Calais, lo que les permite escoltar a los bombarderos durante más tiempo, y por el hecho de que son conscientes de que están vapuleando los aeródromos de la RAF y de que los británicos cada día son más débiles. En el mes que comienza mañana, seguirán poniendo todo su empeño en incendiar Inglaterra en ataques día y noche y hacer a los ingleses hincar la rodilla de una vez por todas. Será septiembre el mes que decidirá si la invasión de Inglaterra resulta posible o no.
Wir fahren gegen England!
Sieg Heil!