Camaradas,
El curso de los acontecimientos ha sido el siguiente: Finlandia recibió el pasado día 28 un ultimátum de Moscú según el cual Finlandia debía aceptar los términos soviéticos para el comienzo de las negociaciones en un plazo de dos días (para las 11 de la mañana del primero de marzo). El Gabinete finlandés se reunió inmediatamente en Helsinki. El Ministro de Asuntos Exteriores Väinö Tanner, quien ha estado intentando obtener ayuda de Suecia repetidas veces y en vano, declaró que a Finlandia no le queda otra opción que aceptar la paz. La mayoría de ministros se mostró de acuerdo, pero el Presidente Kyösti Kallio pensó que la opinión del Mariscal Mannerheim era esencial para tomar dicha decisión, que fue pospuesta por un día. De ese modo, la misma tarde del día 28 el Primer Ministro Risto Ryti y otros cuatro ministros viajaron a Mikkeli para reunirse con el Mariscal Mannerheim, quien les reconoció que la situación en el frente se había vuelto francamente preocupante. Todo el Alto Mando Militar finlandés se mostraba unánimemente a favor de la paz. Tras esto, el día 29, víspera del cumplimiento del plazo soviético, el Gobierno finlandés en pleno, con una sola excepción, votó a favor de aceptar las condiciones de paz de los soviets.
El diplomático finlandés Eljas Erkko, anterior Ministro de Asuntos Exteriores y actual representante de Finlandia en Suecia.
En este estado de circunstancias, con la decisión de ceder a las peticiones soviéticas ya tomada y el mensaje según el cual el Gobierno finlandés aceptaba los términos soviéticos como punto de partida para las negociaciones redactado y en manos del diplomático finlandés Eljas Erkko en Estocolmo, los finlandeses decidieron posponer su entrega al Ministro de Asuntos Exteriores sueco Christian Günther, al parecer debido a la reacción que había producido la noticia a los anglo-franceses. Por lo visto, el Gobierno francés se había sentido a última hora profundamente comprometido con la causa finlandesa y estaba intentando convencer a los británicos de unirse a ella con promesas de última hora que, evidentemente, no podían ser cumplidas. La actividad fue frenética en París en la noche del 29 al 1. Al final, los franceses llegaron a ofrecer a Finlandia la friolera de 50.000 soldados que llegarían a Finlandia a finales de marzo a través de Noruega y Suecia en virtud a ciertos milagros diplomáticos que Francia prometía llevar a cabo.
Christian Günther, Ministros de Asuntos Exteriores sueco. Intermediario entre Finlandia y la Unión Soviética.
A la vista de las nuevas circunstancias, el Gabinete finlandés decidió postergar la respuesta. La Unión Soviética respondía al día siguiente (ayer) con un contraataque masivo en el istmo a cargo de tres divisiones en dirección a Viipuri que obligó a los finlandeses a replegarse de sus posiciones de vanguardia. Mientras, Noruega y Suecia volvieron a recibir la petición de los Aliados de concederles permiso para atravesar su territorio y Noruega y Suecia volvieron a negárselo.
Väinö Tanner, Ministro de Asuntos Exteriores finlandés.
Finalmente hoy, después de recibir de los Aliados la noticia de que sólo van a enviar 6.000 británicos y 12.000 franceses, el gobierno finlandés ha decidido continuar los intentos de negociar la paz con la Unión Soviética. Los Ministros de Asuntos Exteriores finlandés y sueco, Tanner y Günther, han mantenido una conversación telefónica durante la cual el Ministro finlandés comunica que su país está dispuesto a negociar si se les permite mantener Viipuri y Sortavala. En la misma conversación Tanner vuelve a solicitar a Suecia una alianza defensiva, pero Gunther se lo toma poco menos que a broma. El telegrama llega a Moscú poco después con pocas esperanzas de prosperar dada la ventajosa situación de que disfrutan los soviéticos en este momento. En los suburbios de Viipuri la batalla se recrudece, con combates cuerpo a cuerpo. Los soviéticos capturan la estación de tren y la población civil evacúa la ciudad ante la que se le viene encima.
Sieg heil!
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