Viñeta humorística británica que alude a cómo los ingleses han dejado de amar las noches claras.
Camaradas,
El Reichsmarschall Göring ha felicitado a sus pilotos de caza por haber infringido tantas pérdidas al Comando de Caza de la RAF y a sus pilotos de bombarderos por haber “reducido a la plutocracia británica al terror”.
Miles de civiles han quedado sin hogar.
En verdad, los efectos del Blitz en la moral británica son patentes. Una segunda evacuación del medio millón de niños que viven todavía en el área de Londres está en curso. Se están marchando a un ritmo de 2.000 niños al día en pequeños grupos, lento pero sin pausa. Más de 20.000 niños fueron evacuados durante el mes de septiembre y se espera que en este mes se ayude a 89.000 madres y niños pequeños a ser evacuados.
Niños londinenses desalentados aguardan su turno para ser evacuados. Sus infancias quedan marcadas para siempre por la estupidez de su Gobierno, que rechazó las generosas ofertas de paz del Führer.
Cuando comenzaron los bombardeos masivos el día 7 de septiembre, miles de vecinos del triturado Extremo Este de Londres se vieron obligados a huir de la devastación. Unos 5.000 marcharon al Bosque Epping y acamparon allí. Otros subieron en camiones y se trasladaron a los campos de Kent donde fueron alojados en los pajares de los granjeros. En la actualidad, unos 10.000 londinenses viven en las cuevas Chislehurst de Kent. Están equipados con luz eléctrica y cuentan con una cantina y una enfermería rústica. Las familias se han acomodado en cuevas individuales y han instalado en ellas camas y muebles.
Niños londinenses reciben asistencia médica en las cuevas de Chislehurst.
Unos 25.000 londinenses fueron a Paddington y tomaron trenes a sitios tales como Reading, Basingstoke y Oxford. Sólo Oxford ha recibido a 15.000 refugiados. Algunos de estos refugiados han regresado ya a Londres, y es que no faltan los que prefieren permanecer en sus barrios natales, incluso si la Luftwaffe los ha dejado devastados.
Mina alemana con su paracaídas.
En la última semana, el Blitz se ha cobrado más de 1.500 víctimas. Muchas de las muertes las han provocado las nuevas minas terrestres alemanas, unos artilugios arrojados en paracaídas que pueden pesar 500 ó 1.000 kilogramos y que explotan minutos, horas o días después de haber sido arrojadas. Algunas minas de este estilo han causado hasta 100 muertos.
Militares, policías e ingenieros británicos posan junto a una mina... ¿desactivada?
Los ingleses han desplegado grupos especiales de ingenieros para desactivar dichos artefactos. Su tarea es sumamente penosa, trabajando día y noche contra el reloj, sin saber si restan horas y segundos para que el artilugio de una tonelada que tienen entre manos estalle. Cada día se producen incidentes y víctimas entre este cuerpo especial de desactivación. Hoy, sin ir más lejos, dos ingenieros que manipulaban una mina que quedaba colgada del techo de una casa a seis pulgadas del suelo, han tenido que huir precipitadamente cuando han visto que la mina resbalaba y caía. La gigantesca explosión ha matado a uno y herido gravemente al otro.
Calle inglesa tras la explosión de una mina de 1.000 kg.
En una situación como ésta, tampoco escasean los rumores, algunos de los cuales llegan a ser a cada cual más truculentos. Así, y a pesar de que las autoridades británicas lo han negado por activa y por pasiva, persisten los rumores de que la Wehrmacht intentó la invasión al final del verano, siendo ahogada en un mar de sangre. Se cree que hay miles de cadáveres de alemanes que han sido arrastrados por el mar hasta las playas de la costa sur entre la Isla de Wight y Cornwall, donde la invasión estaba dirigida. Según otra historia, los cuerpos de los soldados de la Wehrmacht están calcinados porque el mar fue incendiado como medida para combatir la invasión.
Avión de la Luftwaffe derribado sobre el Canal.
Según otra teoría, la invasión alemana no fue detenida por la Royal Navy ni por la RAF, sino que hubo de enfrentarse al mismo destino aciago de la Armada Invencible española en la lucha contra los elementos y sus barcazas fueron hundidas durante una terrible tormenta. Nadie ha visto los cuerpos, pero esto se explica porque las autoridades los han ocultado. La realidad es que los únicos cadáveres alemanes que el mar ha podido arrastrar a las costas inglesas son los de los pilotos de aviones derribados durante los combates aéreos sobre el Canal.
Gott straffe England!
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