Camaradas,
Los ingleses son testarudos. Desde que fueron desalojados de Lillehammer han ido atrincherándose en una posición defensiva tras otra, y una vez tras otra los hemos desalojado a cañonazos. El capítulo de hoy de esta crónica de una derrota anunciada ha tenido lugar en la localidad de Kjörem.
Acción en Kjörem.
En Kjörem, la carretera y vía de ferrocarril siguen discurriendo por la orilla izquierda del río Laagen, pero el valle es mucho más estrecho. Los británicos se han atrincherado en la carretera y ha situado sus tropas por delante en ambas orillas del río, con patrullas situadas entre los bosques altos.
Las tropas del General Pellengahr han llegado por la carretera hacia las 8:15 de la mañana. En seguida han desplegado ametralladoras y morteros, no sólo a lo largo de la carretera sino también en la orilla derecha (desde el punto de vista de los ingleses) del río, con lo que han podido someter a ambos flancos de la posición británica a un fuego cruzado terrible.
Una posición británica adelantada, que contaba para su protección con un bosque, se ha retirado cuando los morteros alemanes han logrado incendiarlo. Para cuando los británicos se han decidido a contraatacar, nuestras tropas ya habían asegurado la posición con tanques y ametralladoras. No obstante, los británicos han establecido una nueva línea más atrás que ha logrado resistir hasta el anochecer.
Soldados alemanes toman posiciones en una colina.
Las tropas británicas en la orilla derecha, sin embargo, han quedado expuestas a un fuego cruzado mortífero y a las 6 de la tarde los británicos han iniciado la retirada, que ha terminado a las 10 de la noche. A las 11 de la noche han hecho lo propio las tropas británicas de la orilla izquierda, complicada porque nuestros soldados dominaban las alturas detrás de ellos.
Es decir, los británicos han resistido con desesperación, pero una vez más las tropas alemanas los han rodeado por los riscos nevados, han rebasado a los defensores e infringido graves pérdidas. Una de las unidades británicas que ha tomado parte en los combates y que al inicio del día se hallaba compuesta de 700 hombres, ha sufrido casi 400 bajas.
El General Británico Bernard Paget ha solicitado con urgencia a Londres otra brigada de infantería, más artillería antiaérea y apoyo aéreo efectivo. Sin ellos, se siente incapaz de mantener ninguna posición durante más de dos días. De entrada, las órdenes que ha recibido no han podido ser más halagüeñas: resistir a toda costa en Otta, diez millas al norte.
Es lebe Deutschland!
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