Camaradas,
Ayer día ocho de marzo tuvo lugar en Moscú la primera reunión entre la comitiva de paz finlandesa y la Unión Soviética. Los representantes soviéticos fueron Vyacheslav Molotov, Andrei Zdanov y el General Aleksandr Mikhaylovich Vasilevsky.
Vyacheslav Molotov, implacable negociador.
La delegación finlandesa, recibida fríamente por Molotov y con lenguaje hostil por parte de la Prensa rusa, manifestó que las demandas soviéticas eran demasiado duras para que el pueblo finlandés las aceptase, por no hablar de sus consecuencias económicas. Al final de su alocución, el Primer Ministro Ryti añadió: “…espero que en una atmósfera de conciliación, pueda hallarse una solución que cumpla adecuadamente con las necesidades militares de la Unión Soviética sin dejar una honda amargura en los corazones del pueblo finlandés.”
Paasikivi describió la reacción de Molotov de la siguiente manera: “… A estas palabras tan razonables y ciertas Molotov respondió de un modo que dejaba a las claras que él no era capaz de comprender la situación desde nuestro punto de vista.”
La respuesta de Molotov comenzó así: “… la Unión Soviética no ha querido la guerra… fuimos pacientes con ustedes el pasado otoño e intentamos hallar una solución pacífica. Pero no salió nada de aquellas negociaciones. Esto es un signo de la hostilidad finlandesa hacia la Unión Soviética, y esa hostilidad es todavía mayor de lo que pensábamos.” Molotov culpó al Gobierno finlandés de planear que fuerzas hostiles cruzasen su territorio y llevaran a cabo un ataque contra la Unión Soviética. Por ese motivo, la cuestión de la seguridad de Leningrado es todavía más importante y las viejas demandas no son suficientes. Las otras demandas en el norte son sólo para asegurar la vía ferroviaria de Murmansk y para asegurar Murmansk contra intenciones hostiles.
Las negociaciones de ayer terminaron con un ultimátum velado: “… Nuestra confianza ha sido traicionada… Finlandia debe aceptar estas demandas al completo o la guerra continuará.”
Requisitos soviéticos para la paz.
Hoy ha sido enviado a Helsinki un telegrama detallando las demandas soviéticas: la cesión de todo el istmo de Carelia, incluyendo la ciudad histórica de Viipuri, Carelia del norte y el territorio alrededor de Salla en el lejano norte de Finlandia, además de la mitad occidental de Kalastajansaarento, en Rybachi. También, los soviéticos reclaman la cesión de la península de Hanko en la costa norte del Golfo de Finlandia durante 40 años.
El Presidente Kyösti Kallio y el Gabinete han discutido los términos en dos reuniones. Todos los asistentes se han mostrado impactados por la severidad de las condiciones. El Ministro de Educación Hannula ha reclamado, como antes, que se haga un llamamiento a los Aliados, esta vez apoyado por el Ministro de Defensa Niukkanen. La primera reunión ha terminado cuando Mannerheim ha telefoneado diciendo que daría un informe detallado de la situación actual a las 22 horas.
El informe de Mannerheim no ha podido resultar más desalentador. La situación en el frente es casi catastrófica. El Comandante del II Cuerpo, el Teniente General Öhquist, sostiene que el frente puede sostenerse quizás durante una semana, pero no más. Los finlandeses sufren al día casi un millar de bajas, y en especial las pérdidas de oficiales son muy alarmantes. La única conclusión es que cualquier retraso en las negociaciones de paz sólo resultará en peores condiciones y demandas más duras.
El idealismo: la primera víctima de la Guerra de Invierno.
Finalmente todos los asistentes, con la excepción de Hannula y Niukkanen, han apoyado la moción para dar a la delegación en Moscú plena autorización para aceptar la paz. El Presidente Kallio, que todavía albergaba ciertas dudas sobre si continuar o no las negociaciones, ha quedado tan impresionado con el informe de Mannerheim que no ha tenido más remedio que apoyar la autorización.
En el día de hoy el Ejército Rojo ha consolidado su cabeza de puente en la costa oeste de la Bahía de Viipuri, y la lucha ahí alcanza renovada intensidad a medida que el Ejército Rojo intenta atravesar las defensas finlandesas para amenazar su retaguardia. En estos días de lucha desesperada los comandantes finlandeses que luchan en los diferentes sectores del Istmo y de la Bahía de Viipuri a menudo solicitan permiso para retirarse a mejores posiciones, pero no lo obtienen. El Alto Mando, consciente de las negociaciones en Moscú, está haciendo una apuesta arriesgada. Los finlandeses tienen que luchar con firmeza durante el tiempo que dure la guerra para que los negociadores estén en una posición favorable. Pero el Alto Mando es consciente de que las tropas están llegando al límite de su resistencia. ¿Qué llegará primero, el colapso del Ejército finlandés, la primera, que secará el terreno y lo hará propicio para el avance soviético, o la paz?
Es lebe Finnland!
No hay comentarios:
Publicar un comentario