El acorazado Bismarck, orgullo de la flota de superficie alemana, surca los mares a toda máquina, libre de sus perseguidores. Encima, una imagen de Otto von Bismarck, el Canciller de Hierro que da nombre al buque.
Camaradas,
Desde que durante las primeras horas de la madrugada de ayer el Bismarck se escabullera de la persecución a la que lo tenía sometido la Royal Navy. los británicos han estado rastreando el Atlántico de forma desesperada intentando localizar al Bismarck, que se ha convertido en una auténtica obsesión para Winston Churchill. A pesar de que los británicos interceptasen los mensajes transmitidos ayer por radio desde el acorazado alemán a su Alto Mando y obtenido una idea aproximada de su situación, lo cierto es que durante toda la jornada de ayer el Bismarck ha continuado navegando hacia Francia sin ser localizado. Cada vez parece más seguro que va a lograr zafarse del fabuloso despliegue de la Royal Navy, que ha enviado a la Home Fleet desde Scapa Flow, a la Fuerza H desde Gibraltar y a todos los buques de guerra que se encontraban empeñados en tareas de escolta de convoys, en su búsqueda.
A las 03:00 de la madrugada de hoy, 26 de mayo, dos hidroaviones Catalina del Comando Costero Británico han despegado desde Lough Erne en Irlanda del Norte en misión de reconocimiento. A las 10:30, uno de los Catalina pilotado por Dennis Briggs, ha avistado al Bismarck e informado inmediatamente de su posición: "Un acorazado en demora 240º, a cinco millas, rumbo 150º. Mi posición es 49º 33´ norte, 21º 47´ oeste. Hora de transmisión, 10:30/26." Los alemanes han respondido con fuego antiaéreo y el Catalina ha tenido que alejarse rápidamente tras ser alcanzado por metralla.
La artillería del Bismarck abre fuego contra el Catalina.
Después de más de 31 horas de haber roto el contacto, el Bismarck ha sido descubierto de nuevo. No obstante, en este momento los buques de la Home Fleet al mando del Almirante John Tovey se encuentran muy lejos del acorazado alemán. El HMS King George V navega a 135 millas al norte y el HMS Rodney (cuya velocidad máxima es de 21 nudos) a 125 millas al nordeste. Aún forzando sus máquinas al máximo jamás van a lograr alcanzar al Bismarck. Sólo los buques de la Fuerza H al mando del Vicealmirante Sir James F. Somerville procedentes de Gibraltar, podrían llegar a interceptarlo. De todos ellos, el crucero de batalla HMS Renown es el mejor situado, aunque no se le ha permitido acercarse solo al Bismarck por temor a que se repita lo del Hood. El portaaviones HMS Ark Royal, mediante un ataque aéreo, es el único buque que tiene alguna posibilidad. De ese modo, nada más recibirse la noticia del avistamiento del Catalina, han despegado dos Swordfish de la cubierta del Ark Royal con depósitos extra de combustible para mantener el contacto visual con el Bismarck. A las 11:15, finalmente, uno de los Swordfish ha localizado al acorazado alemán.
A las 1450, quince Swordfish han despegado desde el Ark Royal (Capitán Loben E. Maund) para atacar al temible Bismarck. A las 15:50 han obtenido contacto por radar con un buque, pero han confundido el blanco y se han lanzado al ataque sobre el crucero ligero HMS Sheffield (capitán de navío Charles A. Larcom) al que se le había ordenado aproximarse al Bismarck. Afortunadamente para los británicos, el HMS Sheffield no ha resultado alcanzado por ninguno de los once torpedos lanzados contra él debido a fallos en las espoletas magnéticas. Dos torpedos han detonado al entrar en el agua, tres al cruzar la estela del crucero, y los seis restantes han sido esquivados con éxito. Los Swordfish han regresado al Ark Royal, aterrizando después de las 1700. A las 1740, el crucero ligero HMS Sheffield forzando sus máquinas al máximo ha logrado establecer contacto visual con el Bismarck.
Los británicos lo han apostado todo a un último ataque. Pronto se hará de noche y es su última oportunidad de detener o al menos aminorar la marcha del Bismarck. Si no lo consiguen, al amanecer de mañana el Bismarck quedará bajo la protección aérea de la Luftwaffe y entrará en el puerto de Saint Nazaire a lo largo del día. Así pues, a las 19:15 otros quince aviones torpederos Swordfish, en su mayoría los mismos que participaron en el ataque anterior contra el HMS Sheffield, han despegado de nuevo del portaaviones Ark Royal, esta vez armados con torpedos provistos de las anticuadas pero fiables espoletas de contacto.
Mientras tanto, el teniente de navío Herbert Wohlfarth, comandante del U-556 que ha alcanzado la zona de operaciones, ha escrito en su diario de guerra:
1948. Alarma. Un acorazado de la clase King George y un portaaviones, probablemente el Ark Royal, han salido de la niebla a gran velocidad. Si sólo me quedara algún torpedo… no habría tenido ni que maniobrar. Estaba perfectamente colocado para el ataque. Sin destructores, sin hacer zigzag. Podría haberme quedado donde estaba y alcanzarlos a los dos. Aviones torpederos observados operando desde el portaaviones. Podría haber sido capaz de ayudar al Bismarck.
2039. En superficie. Señal radiada: "Enemigo a la vista, un acorazado, un portaaviones, rumbo 115º, a gran velocidad. Situación 48º 20´ norte, 16º 20´ oeste".
Se trata del HMS Renown y del HMS Ark Royal. En efecto, si el U-556 dispusiese de torpedos, probablemente habría podido hundir con facilidad o al menos averiado a alguno de los buques británicos. Pero, aún así, y a pesar de provocar una dura pérdida a la Royal Navy, el U-556 poco hubiera podido hacer para ayudar al Bismarck puesto que hace ya media hora que los Swordfish han despegado de la cubierta del Ark Royal.
Diagrama del ataque fatal del Swordfish contra el Bismarck. De no haber efectuado ninguna maniobra evasiva, el torpedo habría impactado contra su escudo central sin causarle ningún daño.
A las 20:47, con el sol cayendo ya sobre el horizonte, los quince Swordfish del Ark Royal han comenzado el ataque. A bordo del Bismarck el fuego antiaéreo ha sido ensordecedor. A pesar de su mortífera defensa y de sus hábiles maniobras, el Bismarck ha recibido dos impactos por la banda de babor, uno en el centro y otro a popa. La impresionante mole del Bismarck los ha absorbido sin tambalearse, incólume. Los británicos, desalentados, han observado al acorazado alemán continuar su rumbo impertérrito. Ni siquiera alcanzándolo con sus torpedos han logrado obtener la victoria. Sin embargo… ¿qué sucede? El Bismarck navega en un amplio círculo; no corrige su rumbo y vuelve a dirigirse hacia Francia, sino que describe un círculo completo y a continuación se dirige hacia el noroeste, en línea recta hacia sus perseguidores. En efecto, el primer torpedo encajado no ha revestido grandes consecuencias, pero el segundo ha dejado inutilizados los timones, que han quedado agarrotados 12º a babor. La velocidad del Bismarck ha quedado reducida a siete nudos y el sistema de tiro se ha visto seriamente dañado pues requiere de un control de rumbo que se ha perdido con la avería en los timones. A menos que los mecánicos buceadores a bordo del acorazado logren reparar la avería, el Bismarck está perdido.
Entre las 21:30 y las 21:55, el Bismarck ha disparado seis salvas contra el HMS Sheffield, que se ha aproximado a nueve millas de distancia quedando dentro de su campo de tiro. El crucero ligero británico ha resultado alcanzado por la metralla que ha dejado inutilizado su radar, matado a tres hombres y herido a nueve. A las 21:40, el Almirante Günther Lütjens, tras ser informado por sus buceadores de que la avería en los timones sólo puede repararse en un dique seco, ha enviado el siguiente mensaje al Alto Mando: "Buque ingobernable. Lucharemos hasta el último proyectil. Larga vida al Führer." A las 22:38, el destructor polaco Piorun ha avistado al Bismarck, que ha abierto fuego y le ha obligado a retirarse.
El diario de guerra del U-556 continúa de la siguiente manera:
El U-556 y el Bismarck, dos viejos conocidos, navegan juntos por el Mar Báltico en otras circunstancias muy distintas.
23:30. Alarma. Un destructor ha aparecido de repente entre la niebla. Acababa de alcanzar los 30 metros de profundidad cuando nos ha pasado por encima. En el submarino hemos podido oir el ruido de sus hélices. Pero la suerte está con nosotros y no No hubo cargas de profundidad
00:00. En superficie. ¿Que podría hacer ahora para ayudar al Bismarck? Proyectiles iluminantes observados y el Bismarck responde al fuego enemigo. Es un sentimiento horrible estar tan cerca y no poder hacer nada. La única cosa que puedo hacer es observar y dirigir a esos U-boote que aún tienen torpedos a la zona de acción. Mantengo contacto en el límite de la visibilidad y emito señales por radio para dirigir a otros U-boote a la zona.
El Bismarck se prepara para su última batalla. ¡Mañana (dentro de unas horas, en realidad) obtendrá la muerte o la gloria!
Es lebe Deutschland!
Es lebe Adolf Hitler!
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