Camaradas,
Tras proferir sus últimos estertores la bestia ha caido al fin. La capitulación de Varsovia se ha consumado y los últimos defensores han depuesto sus armas. Algunos focos de resistencia se mantienen aquí y allá en diversas zonas del país, pero no son sino los últimos coletazos de agonía de un monstruo que ha recibido ya el golpe de gracia y que no volverá a morder de nuevo.
En esta hora feliz es nuestro deber recordar a aquellos héroes que han dado su vida por la Gloria de la Patria. Hagamos por que su sacrificio no haya resultado en vano y sepamos construir para sus descendientes una Alemania y una Europa como ellos jamás habrían soñado.
Firma de la capitulación de Varsovia.
Armas y municiones rendidas en el centro de Varsovia.
Por cientos de millares se cuentan los prisioneros polacos.
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